La Luna, el satélite natural más cercano a la Tierra, nos ha cautivado durante mucho tiempo. Su misterioso atractivo ha inspirado mitos sobre su influencia en la salud humana durante miles de años. Pero, ¿hay algo de cierto en ellos?
Aunque científicamente no están claros todos los efectos de la luna sobre el cuerpo humano, algunas investigaciones sugieren que la respuesta podría ser afirmativa.
Vínculos lunares con el dolor
La influencia de la luna en el dolor es objeto de investigación y debate constantes.
Una de las formas más conocidas en que la luna puede afectar a la salud humana es su influencia en las mareas oceánicas. La fuerte atracción gravitatoria de la luna provoca la subida y bajada de las mareas, lo que podría afectar a las personas que viven cerca de las zonas costeras.
Un estudio de 2011 descubrió que el dolor por cálculos renales (cólico renal) aumenta significativamente durante la luna llena. Otro estudio halló una asociación entre la fase lunar y síntomas inexplicables de ictus.
También se ha especulado con la posibilidad de que la percepción del dolor aumente durante la luna llena. Las teorías proponen que las fuerzas gravitacionales de la luna podrían afectar a los niveles de fluidos en el cuerpo, lo que posiblemente influiría en la sensibilidad al dolor, especialmente en afecciones como la artritis o las migrañas.
Sin embargo, un estudio de 2014 que investigaba la relación entre la luna y el dolor posquirúrgico publicado en el British Journal of Pain no halló efectos estadísticamente significativos de las fases lunares sobre los niveles de dolor o los efectos secundarios tras una intervención quirúrgica. Los investigadores concluyeron que no es necesario evitar las cirugías en determinadas fechas de fases lunares.
Alteraciones del sueño durante la luna llena
Otro campo de investigación que ha arrojado resultados interesantes es el sueño. Según un estudio publicado en Current Biology, las personas tienden a dormir menos profundamente durante las lunas llenas, y según otro, pueden experimentar sueños más vívidos o pesadillas.
Durante las lunas llenas, el estudio de Current Biology observó una reducción del 30 por ciento en la actividad delta del electroencefalograma (EEG), un marcador del sueño profundo, durante los periodos de sueño sin movimientos oculares rápidos. El tiempo que tardaban los participantes en dormirse aumentaba en cinco minutos, y la duración total del sueño disminuía en 20 minutos.
«Estos cambios se asociaron a una disminución de la calidad subjetiva del sueño, así como de los niveles de melatonina», declaró a The Epoch Times el Dr. Thomas Kilkenny, director del Instituto de Medicina del Sueño del Hospital Universitario Northwell Staten Island de Nueva York. Las razones de estos resultados siguen sin explicarse.
Algunos científicos especulan que la luna puede influir en la producción de melatonina, una hormona que regula el sueño y los ritmos circadianos. Según el Dr. Kilkenny, una de las hipótesis es que el aumento de luz de la luna pueda estar afectando a los ritmos circadianos, o que su atracción gravitatoria ejerza una influencia.
«Y, por último, otra hipótesis que está ganando popularidad es la capacidad de la luna para causar fluctuaciones electromagnéticas en la Tierra», añadió.
Un estudio de 2015 de más de 200 personas publicado en el Journal of Sleep Research descubrió que las lunas llenas se asociaban con menos sueño y sueño REM para las mujeres, mientras que los hombres experimentaban un aumento del sueño REM.
La conexión lunar con la salud mental
Algunas pruebas sugieren que la luna puede influir en la salud mental, aunque los resultados son contradictorios.
Alrededor del 80 por ciento de los trabajadores de la salud mental creen que existe una relación entre las lunas llenas y las enfermedades humanas, según una investigación científica publicada en la revista Advances in Mind-Body Medicine.
Sin embargo, algunas investigaciones cuestionan esta creencia. Una revisión de casi 8500 ingresos hospitalarios no mostró ningún aumento de pacientes psiquiátricos durante la luna llena u otras fases lunares. Otro estudio de casi 18,000 historias clínicas no halló correlación entre los ciclos lunares y las estancias hospitalarias o las tasas de ingreso/alta en centros psiquiátricos.
Sin embargo, una condición psiquiátrica puede mostrar un vínculo lunar. Un estudio de 2018 de 17 personas con trastorno bipolar de ciclo rápido publicado en Molecular Psychiatry descubrió que su marcapasos circadiano —nervios cerebrales que regulan los ciclos de alerta y somnolencia— se había sincronizado con el ciclo lunar. Esto provocaba cambios en el patrón de sueño asociados a las transiciones entre estados depresivos y maníacos.
Equilibrar la curiosidad con la precaución
Aunque intrigante, las investigaciones sobre los efectos de la luna en la salud humana siguen sin ser concluyentes. Muchos estudios se han realizado a escala relativamente pequeña, lo que dificulta aislar la influencia de la luna de otros factores. Por ello, hay que interpretar con cautela los resultados disponibles.
No obstante, la relación de la luna con la salud es un campo de investigación fascinante que probablemente se seguirá explorando.
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