Hace unos 20 años, tuve una cirugía artroscópica en mi rodilla. Estaba corriendo mucho, y en un período de unos meses, mi rodilla derecha comenzó a «hablarme». Un viaje a mi médico terminó con una derivación a un cirujano traumatólogo, y como no sabía de nada mejor dejé que me operaran, sin mucha evaluación diagnóstica.
Todo lo que había escuchado sobre la cirugía artroscópica de rodilla fue que: era pan comido, y que volvería a correr en dos semanas. La cirugía ocurrió, y resultó ser que la rodilla no había necesitado nada (estaba «impecable» en palabras del cirujano). Dejaron que me recuperara por mi cuenta. A pesar de todo lo que me habían mencionado sobre la recuperación de este tipo de cirugías, me llevó seis meses de dolor, terapia física y frustración antes de que pudiera correr tan solo unos pocos pasos.
Aprendí varias lecciones dolorosas de esa cirugía, y una de ellas fue que: a pesar de las expectativas del equipo médico, amigos y benefactores, el tiempo que se tarda en sanar de un trauma o una cirugía varía mucho de una persona a otra. Hay una serie de factores que pueden influir en el tiempo de curación:
Su salud en general: si está agotado, tiene poca inmunidad o alguna otra condición de salud, puede tomar más tiempo para que se cures que, digamos, un veinteañero sano.
La cantidad de traumatismo involucrado en su lesión: un dentista me dijo una vez que la rapidez con la que una persona se cura, de una extracción dental, está directamente relacionada con lo difícil que fue extraer el diente. Esto es cierto para cualquier tipo de trauma. Un accidente grave o una cirugía complicada lleva un tiempo de curación importante.
Su nivel de dolor: la conclusión es que puede ser increíblemente difícil sanar cuando tiene mucho dolor. Es más difícil moverse, comer y dormir, todo lo cual es necesario para recuperarse.
Su forma de pensar: puede ser difícil mantener la mente positiva si su calidad de vida se ve disminuida por el dolor y la inmovilidad, pero una sensación de calma y optimismo sobre su condición puede ayudar mucho. Estar motivado para levantarse y moverse, y saber que finalmente se curará, puede funcionar como un tonificante.
La dieta: su cuerpo utiliza mucha energía para curarse. Ayude a alimentar el proceso dándole lo que necesita. Manténgase hidratado y coma proteínas nutritivas, granos enteros, grasas saludables y muchos alimentos de origen vegetal. Su cuerpo se lo agradecerá.
Otras formas de autocuidado: otras terapias, como el masaje y la fisioterapia, pueden ser beneficiosas mientras se curas. Aquí es donde la acupuntura entra en juego. Unas pocas sesiones en la mesa de acupuntura pueden ayudar a reducir el dolor, mejorar el sueño y aliviar el estrés asociado con la recuperación. La mayoría de los grandes hospitales de Estados Unidos ofrecen acupuntura para pacientes internados y algunos incluso la ofrecen en sus salas de emergencias.
Así que, ¿cuál fue el problema con mi prueba de rodilla de seis meses? Mi teoría es que cuando el cirujano no encontró nada malo en ella, se fue a una expedición de pesca para tratar de encontrar la fuente de mi dolor. Esta «exploración» hizo que una simple cirugía fuera más traumática. Las secuelas vinieron con mucho dolor e hinchazón, poca flexibilidad y pérdida general de la movilidad.
La buena noticia es que ahora mi rodilla está completamente funcional y sin dolor. He aprendido de la experiencia que no hay un tiempo estándar para la curación, y que hay que hacer muchas más preguntas antes de aceptar la cirugía.
Lynn Jaffee es acupuntora licenciada y autora de «Simple Steps»: El camino chino hacia una mejor salud». Este artículo fue publicado originalmente en AcupunctureTwinCities.com
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