Eligiendo el amor sobre el miedo

Rechace el miedo y elija el amor. Este es un dicho popular y un consejo maravilloso. Muchos creen que solo hay dos emociones primarias en el ser humano, el amor y el miedo, y que no podemos sentir ambas a la vez. Y, de la misma manera que la luz elimina la oscuridad, el amor puede eliminar al miedo.

La opción de rechazar el miedo y elegir al amor puede parecer algo que solo se aplica a momentos de crisis, cuando dejamos un matrimonio, iniciamos un nuevo negocio, nos preparamos para escalar el Monte Everest.

Pero, en verdad, la oportunidad de elegir el amor y rechazar el miedo se presenta en los momentos más pequeños de la vida, y específicamente, en las relaciones con las personas más cercanas a nosotros.

Nos dañamos mutuamente en relaciones íntimas, intencionalmente y sin intención, eso es un hecho.

A veces, si tenemos suerte, descubrimos que hemos lastimado a la otra persona cuando se acercan a nosotros y comparten su dolor, expresan su experiencia y verbalizan lo que dijimos o lo que les molestó.

Pero a menudo, descubrimos que hemos herido a la persona a través de una vía diferente, es decir, cuando nos critican o nos dicen lo que piensan que está mal con nosotros.

En estos casos, generalmente nos sentimos culpados o atacados, y como resultado, puede ser más difícil escuchar o imaginar la situación a través de sus ojos. A menudo, es imposible empatizar con su dolor.

Tenemos una tendencia en estas situaciones a contraatacar y señalar con el dedo, o alternativamente, defendernos y demostrar que la otra persona está equivocada. Es un instinto de supervivencia y, de hecho, puede parecer que nuestra supervivencia está en juego.

Lo que está en juego no es nuestra supervivencia física, sino la supervivencia de nuestra versión de nosotros mismos. La persona que estamos representando o que la otra persona experimenta, no es la que creemos ser. Y así, tratamos de proteger la identidad del ser bueno, el ser inocente, y no culpar por lo que se les acusa.

Es un instinto saludable cuestionar las acusaciones que se sienten injustas o injustificadas.

También es importante poder establecer límites que eviten que las proyecciones y deflexiones de otros caigan sobre nosotros.

Si se le acusa de cosas que no son ciertas, es importante tener claro su verdad. También es saludable y necesario protegerse del dolor que viene en la forma de un ataque emocional. Los ataques e insultos emocionales que están destinados a dañar no están bien y deben detenerse.

Sin embargo, existe una enorme oportunidad en los momentos de su relación, cuando alguien que nos importa está herido y cuando, lo entendemos o no, parecemos ser parte de su dolor. Hay una oportunidad en estas situaciones para elegir responder desde el amor en lugar de reaccionar ante el miedo.

Cuando nos sentimos atacados emocionalmente, culpados o criticados de alguna manera, experimentamos miedo, incluso si no somos conscientes de ello. Nuestro ego está amenazado. Nuestra identidad está amenazada. Nuestra narrativa sobre nosotros mismos está amenazada.

El conflicto es algo peligroso para la supervivencia del organismo del ego.

Como resultado, reaccionamos desde el lugar del miedo, lo que significa defender nuestro ego o atacar de nuevo, intentando desactivar la amenaza. El miedo, como emoción primordial, puede barrer sobre nosotros como un tsunami y hacernos reaccionar sin pensar, o por el contrario podemos consultar a nuestro yo más racional y amoroso. Nuestra reacción a menudo no está alineada con cómo nos sentimos en nuestro corazón acerca de esta otra persona.

Si queremos elegir el amor sobre el miedo como una práctica de vida, no tenemos que esperar a que ocurra una crisis. Simplemente podemos usar las oportunidades presentadas en esos momentos que suceden todos los días cuando la persona que nos imaginamos ser no se alinea con la forma en que nos ven en ese momento.

Elegir el amor en estas situaciones es primero hacer una pausa y respirar por completo antes de hacer algo. Esto es para detenerse y calmarnos, hacer lo mejor que podamos para escuchar lo que la otra persona dice sin defender nuestra versión de quiénes somos o sobre lo qué creemos que sucedió.

También significa abstenerse de atacar con una crítica al otro, o con algo que hicieron o dijeron (relacionado o no) que nos hirió por igual. Es solo escuchar, sin condiciones.

Operar desde el amor es dejar a un lado nuestro propio ego el tiempo suficiente para escuchar la experiencia del otro. Es ser lo suficientemente valiente como para tratar de comprender lo que la otra persona está experimentando, sin importar cuán radicalmente diferente sea lo que pensamos que sucedió, o lo que creyéramos que fue la causa de lo que ocurrió.

Operar desde el amor significa tener la fuerza de corazón para comprender y abrir nuestro corazón al dolor que el otro está tratando de expresar. Una respuesta, no una reacción, que proviene del amor es escuchar el dolor del otro como si solo fuéramos oídos, solo oídos, no oídos unidos a una cabeza, unidos a un ego, unidos a una identidad, unidos a la intención de una persona en permanecer intacto y sin cambios.

Vivir del amor y no del miedo, en un nivel práctico, es pasar de una meta de proteger nuestro ego y ganar el argumento, a pasar a ser amables y amorosos en nuestras acciones.

Es estar dispuesto a dejar de demostrar que somos una buena persona y realmente ser esa buena persona.

Y sorprendentemente, en los momentos en que tenemos la fuerza para elegir el amor sobre el miedo, somos recompensados ​​con el don de experimentarnos a nosotros mismos como amor, y como algo infinitamente más grande que el pequeño y frágil ego que creíamos que éramos y que tan desesperadamente necesitábamos proteger.

Ganamos la dignidad de saber que hemos hecho algo increíblemente desafiante y hermoso.

Somos recompensados ​​con una libertad que supera todas las demás libertades.

En última instancia, es en nuestra voluntad de dejar de defender nuestra idea de nosotros mismos que descubrimos nuestro ser verdadero e indestructible.

Nancy Colier es psicoterapeuta, ministra interreligiosa, autora, oradora pública, líder de taller y autora de varios libros sobre mindfulness y crecimiento personal. Está disponible para psicoterapia individual, capacitación de atención plena, asesoramiento espiritual, oratoria y talleres, y también trabaja con clientes a través de Skype en todo el mundo. Para más información, visite NancyColier.com

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