El invierno es un momento especialmente oportuno para hacer un balance de sus pertenencias, separar lo que usa o aprecia de todo lo demás, y permitir que este último deje de ocupar un lugar en su hogar. En esta época del año es probable que pase más tiempo dentro de casa. Cuando llegue la primavera, es posible que tenga que abrir de par en par las ventanas para empezar la limpieza de la época. ¿No sería bueno que en ese momento ya haya eliminado el desorden de su casa?
La idea de eliminar el desorden a veces puede resultar abrumadora y traer consigo una carga emocional. A menudo permitimos que el desorden se acumule cuando estamos evitando algo o nos sentimos generalmente ansiosos.
Sin embargo, la paz y la claridad que resultan de la limpieza hacen que el esfuerzo por superar la resistencia y pasar a la acción valgan la pena.
Aquí tenemos cinco pasos para poner en marcha el plan para eliminar el desorden de invierno.
Poner la mente en orden
Cierre los ojos por un momento y visualice el resultado final de la reorganización, en el que su casa es un lugar espacioso y ordenado, refleja sus mayores esperanzas y alegrías y lo inspira a ser su mejor yo. Ahhh, ¡hermoso!
Ahora, abra los ojos y observe el estado actual de su casa. Deje que sienta el impacto que el nivel actual de desorden tiene en su mente y en su cuerpo. Imagínese cuánto podría empeorar, y lo que eso supondría para su productividad, sus niveles de estrés y su mentalidad y experiencia general en casa. Increíble, ¿cierto?
Ahora tiene una visión de lo que no quiere y a lo que aspira. Esa es la materia de la motivación.
Enfóquese en lo positivo
Cuando empiece a tomar medidas concretas, enfóquese en conservar lo que le gusta o le resulta verdaderamente útil, en lugar de centrarse en las cosas que ya no valora o necesita. Cuando se aborda el desorden con un enfoque en lo positivo, la experiencia será más alegre y útil.
Comience con una victoria fácil
Puede ser tentador lanzarse a la pila de desorden más estresante que tenga, pero será mejor que se sumerja primero en la piscina del desorden. Elija una zona pequeña —incluso diminuta— y que solo necesite una ligera mejora. Tal vez sea un cajón de la cocina, una superficie en la entrada o una mesa en el salón.
Despeje y limpie el espacio. Elija todos los objetos que realmente le gustan o que utiliza. Coloque cada objeto en su lugar. A continuación, guarde en una bolsa lo que queda para venderlo, donarlo, reciclarlo o tirarlo. Por último, concédase una palmadita en la espalda y prémiese con una taza de té caliente, o un descanso de 10 minutos, o cualquier otro placer sencillo que le guste, deleitándose con el resultado.
Apunte en ser consistente y las mejoras graduales
Como se dice, Roma no se construyó en un día, y su situación de desorden tampoco. El entusiasmo por su visión del éxito podría llevarlo a intentar desordenar toda su casa de un solo golpe.
En lugar de eso, recomiendo dar muchos golpes. Haga que eliminar el desorden forme parte de su rutina semanal —incluso diaria—. Mantenga los recipientes al aire libre, listos para recibir los objetos clasificados como desorden. Celebre cada pequeña victoria, los progresos regulares, las mejoras graduales y su capacidad para seguir adelante.
Haga que eliminar el desorden sea permanente
Lo que ocurre con el desorden es que no se trata de un escenario de una sola vez. Siempre hay algo nuevo. Así que hágase a la idea de que el desorden siempre formará parte de su rutina. Si permanece constante, se mantendrá al día y disfrutará de un hogar libre de desorden para siempre.
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