La embajada de Estados Unidos en Haití emitió el miércoles una «alerta de seguridad» para que los ciudadanos estadounidenses abandonen el empobrecido país caribeño «lo antes posible» debido al deterioro de la situación de seguridad.
«Dada la actual situación de seguridad y los problemas de infraestructura, los ciudadanos estadounidenses que se encuentren en Haití deben abandonar el país lo antes posible mediante transporte comercial o privado», decía el boletín.
Continuaba diciendo que varias líneas aéreas y compañías de vuelos rentados, entre ellas American Airlines, JetBlue, Spirit, Air Caraibe y Sunrise Airways, están ofreciendo vuelos desde los aeropuertos de Puerto Príncipe y Cabo Haitiano. Los ciudadanos estadounidenses que sigan en Haití y quieran salir por Puerto Príncipe, la capital, deben seguir con frecuencia las noticias locales.
Pero estipuló que «los vuelos se llenan rápidamente y puede que sólo haya plazas disponibles varios días o incluso semanas antes de la salida», dijo la Embajada. «Dado que puede haber un número limitado de plazas, los ciudadanos estadounidenses deben considerar la posibilidad de reservar vuelos con antelación».
Los estadounidenses deben ponerse en contacto con el Departamento de Estado si tienen problemas para salir de Haití o necesitan solicitar o pedir la devolución de un pasaporte estadounidense u otro documento de viaje para salir hacia Estados Unidos, según el boletín.
Se insta a los ciudadanos estadounidenses que permanezcan en el país a extremar la precaución al viajar por Haití y a evitar protestas o grandes concentraciones de personas. Si uno se encuentra con una barricada, debe dar la vuelta e ir a una zona segura, dijo la Embajada.
Viajar a lugares de alto riesgo en Haití «puede exponerte a un mayor riesgo de secuestro, toma de rehenes, robo y lesiones graves», dice el sitio web del Departamento de Estado. En esas zonas de alto riesgo, el organismo «no puede ayudarte», advertía.
El lunes, la embajada de EE. UU. en Puerto Príncipe dijo también que había restringido la estancia del personal en la embajada y en los complejos residenciales debido a la «continua actividad policial y a los disparos» en los alrededores de los complejos.
Deterioro de las condiciones
Las condiciones en el país caribeño y en Puerto Príncipe han empeorado drásticamente en los últimos meses debido a la escalada de violencia de las bandas, mientras que una ciudadana estadounidense y su hija fueron secuestradas a finales de julio y retenidas para pedir rescate por una banda criminal antes de ser puestas a salvo. A principios de este mes, se cerró la embajada estadounidense en Haití debido a los tiroteos en las calles de la ciudad.
Hace varios días, una pandilla abrió fuego contra un grupo de protesta dirigido por una iglesia en un suburbio de Puerto Príncipe, según grupos de derechos humanos. Centenares de personas se reunieron en la iglesia cerca de un líder cristiano y marcharon antes de que una pandilla local abriera fuego, dijo a CNN una directora de derechos humanos, Marie Yolene Gilles.
Sin embargo, el jefe de policía Frantz Elbe afirmó que el líder religioso del grupo, identificado como Marcorel Zidor, estaba acompañado por personas no identificadas que vestían de verde oliva y portaban fusiles de asalto mientras ellos y los miembros de la iglesia marchaban hacia el suburbio de Caanan. Según dijo, el grupo también iba armado con machetes y otras armas para intentar librarse de una pandilla local.
La policía dijo en un comunicado que había intentado convencer al grupo religioso de que detuviera su plan «para evitar una matanza a manos de delincuentes que disponen de un arsenal de guerra». El Sr. Elbe también señaló que el grupo no había notificado la protesta a la policía como era obligatorio, y que los agentes no pudieron detener a la multitud en parte porque se había dividido en dos grupos.
«La policía hizo todo lo posible por detenerlos», dijo en una conferencia de prensa, calificando el suceso de «tragedia».
En medio de la violencia de las bandas, cientos de miembros de pandillas han sido también capturados y asesinados por grupos de vigilancia antipandillas desde que comenzaron los disturbios. En un incidente ocurrido en abril, se vio a turbas de los llamados justicieros quemando a presuntos miembros de bandas hasta la muerte en una zona pública utilizando neumáticos empapados en gas.
Otros incidentes
A principios de esta semana, cientos de personas se amontonaron en pequeñas tiendas de campaña blancas en el patio de un centro deportivo de Puerto Príncipe tras ser desplazadas debido a guerras entre bandas y tiroteos, según la ONU.
Los residentes empezaron a salir en masa de su barrio a partir del 12 de agosto, cuando las bandas armadas lanzaron sus ataques contra la zona. La policía, con escasos recursos, ha luchado para combatir a los grupos armados que ahora controlan amplias zonas de la capital.
Naciones Unidas, por su parte, ha declarado que las guerras entre bandas han desplazado internamente a unas 200,000 personas y han dejado a 5.2 millones de personas necesitadas de ayuda humanitaria. El fuerte aumento de la actividad de las pandillas y de la violencia se produjo tras el asesinato del presidente Jovenel Moise en 2021.
En abril, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos impuso sanciones a Gary Bodeau, expresidente de la Cámara de Diputados de Haití, por presuntos sobornos a funcionarios del gobierno. La agencia afirmó que el Sr. Bodeau pagó sobornos a funcionarios haitianos para asegurarse sus votos para una votación en 2018 y otras formas de apoyo político.
Desde entonces, Estados Unidos ha respaldado un plan de la ONU para enviar una fuerza de seguridad multinacional a Haití, dirigida por Kenia. Se centraría en hacer frente a la violencia de las bandas, concretamente en la capital. La semana pasada, una delegación keniana de 10 personas visitó Haití para evaluar la situación, según los reportes.
Con información de The Associated Press.
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