El Partido Comunista Chino (PCCh) censuró el discurso del secretario de Estado estadounidense Antony Blinken sobre la política que se tomará respecto a China a principios de junio, según el embajador de Estados Unidos en China.
«Pusimos el discurso en Weibo y WeChat, y fue censurado en unas dos horas y media, simplemente retirado», dijo el embajador Robert Nicholas Burns. «Pero fue interesante. En esas dos horas y media, tuvimos a mucha gente en este país [China] mirando ese discurso».
«Tres días después, lo volvimos a poner en Weibo y WeChat. Fue censurado en unos 20 minutos. Ese es el juego al que juegan».
Burns, que se encuentra actualmente en Beijing, habló sobre las relaciones entre Estados Unidos y China durante un debate virtual el 16 de junio con la Brookings Institution, un think tank de política exterior.
Dijo que el personal diplomático estadounidense en China fue reprendido por el PCCh tras el discurso de Blinken, en el que el secretario de Estado dijo que Estados Unidos no se desvincularía de China, sino que competiría enérgicamente para mantener un orden internacional libre y abierto.
«Nos llamaron y [hubo] muchas quejas sobre el discurso», dijo Burns. «Me sentí realmente decepcionado por esto. No sorprendido, pero sí decepcionado».
«Vemos un fortalecimiento del Partido».
También dijo que el PCCh estaba reforzando su control sobre la vida cotidiana de los chinos.
Burns dijo que la censura represiva del PCCh en las redes sociales y sus cierres masivos tras la pandemia del COVID-19 han afectado negativamente a su misión de representar las políticas de la administración Biden y han limitado su capacidad de ayudar a los chinos a entender los intereses y las capacidades de Estados Unidos.
«Cualquier embajador necesita conectar con la gente del país ante el que está acreditado», dijo. «Es difícil hacerlo aquí, ciertamente, a través de las redes sociales debido a las restricciones y la censura chinas en las redes sociales».
En cuanto a los restrictivos cierres del PCCh, Burns dijo que no se le permitió salir de Beijing durante los tres primeros meses que estuvo allí y que no ha tenido suficientes oportunidades de relacionarse con el pueblo chino.
Afirmó que las relaciones entre Estados Unidos y China han alcanzado su punto más bajo desde que el presidente Richard Nixon visitó por primera vez la China comunista en 1972.
«Es un verdadero reflejo de dónde estamos», dijo Burns. «Es una evaluación honesta de dónde estamos. [Pero] no significa que se haya tocado fondo en la relación».
«No queremos una relación en la que estemos completamente aislados el uno del otro».
Mantener esa frágil relación sería difícil, dijo Burns. Sobre todo, teniendo en cuenta la profundización del compromiso chino-ruso y los intentos de ambas potencias de moldear el orden internacional a su antojo.
«Fue una llamada de atención para mucha gente en todo el mundo al ver que estas dos potencias autoritarias tienen una visión muy diferente de cómo debe configurarse el orden internacional», dijo sobre la asociación entre Beijing y Moscú.
«Tenemos una visión muy concreta. Hay que proteger el orden internacional. Y la base democrática, las preocupaciones por los derechos humanos, la libertad que está incorporada en los documentos fundacionales del orden internacional después de la Segunda Guerra Mundial, son preciosas, y tienen que ser preservadas».
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