El embajador de Estados Unidos advirtió al gobierno húngaro de que las estrechas relaciones políticas y empresariales con el régimen chino acarrean consecuencias.
Hablando con empresas estadounidenses que han invertido en Hungría, el embajador de Estados Unidos en Hungría, David Pressman, advirtió sobre los riesgos de mantener estrechos lazos comerciales con Beijing.
«Hacer negocios con China viene con condiciones y el interés a menudo se paga en soberanía», dijo el Sr. Pressman en un evento el 11 de junio organizado por la Cámara de Comercio Estadounidense.
Él citó el ejemplo de Sri Lanka, que en un principio consideró un gran negocio la posibilidad de utilizar la financiación china para el desarrollo de infraestructuras, «hasta que Beijing utilizó esa influencia económica para pisotear la soberanía de Sri Lanka tomando el control de su puerto». El Sr. Pressman también mencionó a Italia, que se unió a la iniciativa La Franja y la Ruta de China, concida como BRI, pero que ahora «trabaja duro para salir del mismo sistema de inversión coercitiva china hacia el que Hungría corre voluntariamente».
Italia se retiró de la BRI a finales del año pasado. La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, declaró que el proyecto «no había dado los resultados que se esperaban». El ministro de Asuntos Exteriores italiano, Antonio Tajani, añadió que el proyecto chino «no ha tenido los resultados deseados, y de hecho los países que no han participado han obtenido mejores resultados».
El Sr. Pressman indicó que el gobierno húngaro del primer ministro Viktor Orban ha considerado a China un socio, a nivel económico, más importante que Estados Unidos y señaló que Washington también hace negocios con Beijing,pero «de forma transparente, basándose en reglas claras y con la debida preocupación por los intereses de seguridad de nuestros aliados».
En su discurso, también advirtió al gobierno húngaro de los crecientes riesgos que entraña el intercambio de fuertes relaciones con el régimen chino, como la corrupción, la afluencia de trabajadores chinos que ocupan puestos de trabajo húngaros y la presencia de policías chinos en Hungría.
Estrechos lazos con China
En los últimos años, China ha invertido mucho en Hungría en comparación con el resto de los países europeos. Según un informe del 6 de junio de la consultora Rhodium Group y el grupo de expertos alemán Mercator Institute for China Studies, en 2023, Hungría superará a Reino Unido, Francia y Alemania juntos, o «los tres grandes», para convertirse en el primer destino europeo de la inversión china.
El informe encontró que aunque la inversión china en la UE cayó al nivel más bajo desde 2010, la inversión en Hungría ha aumentado significativamente en los dos últimos años. El año pasado, la inversión en Hungría representó el 44% de toda la inversión china en Europa. Dos empresas chinas, CATL y Huayou Cobalt, se han comprometido a abrir fábricas de baterías en el país europeo.
Hungría fue el primer país europeo en sumarse a la Iniciativa La Franja y la Ruta de China en 2015. Tras el retiro de Italia del programa el año pasado, Hungría sigue siendo el único país europeo que participa en la iniciativa.
El mes pasado, el líder chino Xi Jinping visitó Hungría y firmó 18 acuerdos con el primer ministro húngaro, Viktor Orban, para impulsar sus lazos económicos. Los dos líderes elogiaron la relación entre ambos países, calificándola de «asociación estratégica integral para todos los tiempos», según una declaración conjunta publicada en el sitio web de asuntos exteriores de China.
Durante la reunión, Xi declaró que los dos países avanzarían en la construcción de proyectos clave, incluido el proyecto ferroviario Budapest-Belgrado, de 2100 millones de dólares. La mayor parte de la financiación de este proyecto, que forma parte de la iniciativa de la Franja y la Ruta, procede de un préstamo chino.
La Iniciativa china de la Franja y la Ruta ha suscitado controversia, con críticos que la acusan de crear una trampa de deuda para los países participantes, la que conduce a la dependencia financiera y a la pérdida de soberanía sobre los activos clave. Entre las víctimas figura Sri Lanka, que tuvo que arrendar su puerto de Hambantota a China durante 99 años tras no poder devolver los préstamos.
Con información de Reuters
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