Las autoridades sanitarias federales publicaron directrices sobre la prevención de la violencia relacionada con la aplicación de las políticas de prevención del COVID-19, entre las que se incluye instar a los empleados a no discutir con los clientes molestos ni tratar de forzarlos a hacer cosas como usar mascarillas.
Para limitar la violencia que puede ocurrir cuando las empresas aplican políticas y prácticas relacionadas con el virus del Partido Comunista Chino (PCCh), los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) aconsejaron en directrices actualizadas esta semana, una serie de consejos que los empleados deben hacer y no hacer, cómo usar técnicas de desescalada y evitar antagonizar con clientes enojados. Al mismo tiempo se instó a los empleadores a proveer capacitación sobre violencia en el lugar de trabajo e instalar medidas de seguridad como botones de pánico y cuartos de seguridad.
Muchos gobiernos estatales y locales tienen en vigor restricciones para frenar la propagación del virus del PCCh, como los límites del tamaño de las reuniones públicas, mientras que las empresas de todo el país también han puesto en práctica sus propias políticas, como limitar el número de artículos domésticos que un cliente puede comprar o negar el servicio a las personas que se niegan a usar mascarillas. Los enfrentamientos sobre la aplicación de estas políticas relacionadas con el virus pueden llegar a ser acalorados.
Recientemente, un grupo de comensales agredieron a una camarera de un restaurante de Luisiana por decirles que no podían sentarse juntos debido a las restricciones de distanciamiento social, un empleado de un parque temático de Plaza Sésamo cerca de Filadelfia recibió un puñetazo en la cara y se le rompió la mandíbula después de enfrentarse a los visitantes por las políticas de uso de mascarillas, mientras que un hombre de Pennsylvania fue acusado de intento de asesinato tras dispararle a un empleado luego que este le pidiera que usará una mascarilla en una tienda de cigarros.
«Los empleados pueden ser amenazados y agredidos cuando las empresas intentan poner en práctica las políticas y prácticas de prevención del COVID-19 (por ejemplo, uso obligatorio de mascarillas, distanciamiento social y límites al número de clientes permitidos en un negocio)», señalaron los CDC.
Los empleados deben recibir capacitación para responder a la violencia, dicen los CDC, la cual comienza con el aprendizaje de identificación de los factores de riesgo y las señales de advertencia.
«Las señales verbales pueden incluir hablar en voz alta o maldecir. Las señales no verbales pueden incluir puños apretados, respiración pesada, mirada fija y caminar rápido», dijo el CDC.
Si el número de personal lo permite, los empleadores deberían asignar a varios empleados para que trabajen en equipo en la aplicación de las políticas del COVID-19, según los CDC, mientras que los empleados deberían saber cómo responder a situaciones amenazadoras, potencialmente violentas o violentas.
«Las respuestas van desde prestar atención a una persona y mantener un contacto visual no amenazador hasta utilizar un lenguaje corporal de apoyo y evitar gestos amenazadores, como señalar con el dedo o cruzar los brazos», dijo el CDC.
La agencia dijo que el personal no debe discutir con un cliente si hace amenazas o se vuelve violento, y que no debe presionar demasiado en la aplicación de la ley.
«No intenten forzar a nadie que parezca molesto o violento a seguir las políticas de prevención del COVID-19», dijo la agencia.
Si las estrategias de prevención no tienen éxito y la violencia estalla, los CDC dicen que las posibles respuestas podrían incluir llamar a seguridad o al 911.
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