El empresario chino Li Huaiqing fue arrestado el año pasado bajo el cargo de “participar en la mafia”. Sin embargo, Li fue acusado recientemente de “incitar a la subversión del poder estatal” por haber compartido un artículo en Internet sobre la historia violenta del Ejército Rojo de China. Todas sus posesiones multimillonarias, incluidas su empresa y bienes raíces, fueron confiscados por las autoridades locales.
Li Huaiqing, de 53 años, era el propietario de la compañía Fuhuadian, una empresa privada de la ciudad de Chongqing. Actualmente se encuentra bajo arresto en el Centro de Detención del Distrito de Jiangbei.
A mediados de agosto, la esposa de Li, Bao Yan, y su abogado recibieron un acta de acusación del tribunal, notificándoles que Li sería juzgado el 22 de agosto en el Primer Tribunal Intermedio de Chongqing.
Según la acusación, Li intentó “incitar a la subversión del poder estatal” entre octubre de 2017 y enero de 2018 en siete de sus posteos en WeChat, una red social similar a Facebook. El posteo que le causó serios problemas fue un artículo que acusaba al Ejército Rojo Chino de causar más de un millón de muertes en la provincia de Sichuan.
El abogado contratado por Bao para representar a su esposo intentó reunirse con él más de veinte veces, pero nunca obtuvo la aprobación de la policía del distrito de Jiangbei.
Bao publicó una carta abierta en las redes sociales el 19 de agosto, en la que describía las penurias que sufrió su familia en manos de las autoridades locales.
Bao dijo que su esposo es un veterano del ejército y un hombre de buen corazón. Li había donado un total de casi 300.000 yuan (42.474 dólares) a varias organizaciones benéficas en China en los últimos años. También brindó ayuda financiera a los niños de las montañas Daliang, en la provincia de Sichuan, porque había servido en esta zona mientras estaba en el ejército y fue testigo de la difícil situación de las familias pobres en esa zona. También ayudó a las víctimas de enfermedades pulmonares laborales y prestó ayuda financiera a algunos de sus antiguos camaradas que apenas podían llegar a fin de mes después de servir en el ejército.
La vida próspera y feliz de la familia llegó a su fin abruptamente a principios de 2017, cuando uno de los deudores de Li lo denunció a la policía y lo acusó de estar involucrado con la mafia. El deudor alegó que Li lo había obligado a firmar un pagaré. En China, algunos grupos de pandillas se dedican a actividades ilegales de préstamos.
Aunque Li proporcionó varios testigos y pruebas que refutaban las acusaciones, la policía llegó a su residencia y su empresa el 31 de enero de 2018. Detuvieron a Li, a su esposa Bao, a su hijo mayor de un matrimonio anterior, a tres empleados y a cinco exempleados que habían dejado la empresa al menos dos años antes.
“Todavía tengo pesadillas como resultado de la horrible experiencia”, escribió Bao en la carta abierta. “Me detuvieron sin motivo durante 60 horas y tuve que pasar por continuos interrogatorios e intimidaciones antes de que la policía me liberara sin ninguna explicación ni disculpa”.
La policía ni siquiera perdonó al hijo menor de la pareja, que en ese momento solo tenía 10 años. Fueron a su colegio internado para intimidarlo. Según Bao, la policía interrogó al niño de manera agresiva. Durante mucho tiempo después, el niño se negó a ir a la escuela porque tenía miedo de que la policía fuera y lo arrestara allí.
En su carta abierta, Bao se quejó de los malos tratos de la policía: “Hay leyes claras que protegen a los ciudadanos menores de edad. Cuando la policía interrogó a mi hijo de 10 años, ¿no fue un total desprecio por el Estado de derecho? En un principio se dijo que la acusación contra Li Huaiqing era por su ‘participación en la mafia’, y ahora se convirtió en ‘incitación a la subversión del poder estatal’. Es como si la policía estuviera montando un espectáculo”.
En febrero de 2018, la policía confiscó los bienes de Li, incluida su empresa y propiedades inmobiliarias. La hermana de Li también estuvo implicada en el caso, y las autoridades incautaron sus bienes. El valor total de los bienes confiscados a las dos familias superó los 100 millones de yuan (alrededor de 1.415.000 dólares), según Bao.
Bao quedó en la miseria y tuvo que pedir dinero prestado para poder alimentarse a sí misma y a su hijo pequeño.
Ella también cree que su esposo es víctima de un caso armado por la policía de Chongqing, que inventó cargos contra propietarios de empresas privadas durante la última década con el fin de robar sus propiedades.
Empresarios privados en China bajo gran riesgo
Según el Informe de Análisis de Riesgo Penal de Empresarios 2017, al menos 2292 empresarios chinos fueron condenados en 2017, entre ellos 1984 ejecutivos de empresas privadas, lo que representa el 86 por ciento.
Una vez que el propietario de una empresa privada es condenado o acusado de cargos penales, sus bienes suelen ser embargados. Esta es más o menos la razón por la que los empresarios privados están bajo un riesgo extremadamente alto de ser acusados injustamente de delitos: para incautar sus bienes.
Una de esas víctimas fue Shi Lijun, un empresario privado del condado de Mengyin, provincia de Shandong, que era propietario de tres empresas textiles por valor de más de 1000 millones de yuan (alrededor de 142 millones de dólares). En 2014, Shi fue incriminado por el entonces secretario del Partido, Zhu Kaiguo. Shi fue detenido ilegalmente durante dos años y medio, y todos sus bienes fueron confiscados por el gobierno local. Shi se declaró inocente y fue liberado, pero sus bienes no le fueron devueltos, según informó la edición en chino de La Gran Época en mayo de 2017.
Durante las “Dos Sesiones” de este año –las sesiones plenarias anuales de China de los dos organismos que toman decisiones políticas a nivel nacional–, Sun Qian, fiscal general adjunto de la máxima fiscalía de China, dijo que algunos gobiernos locales “arrestan a los propietarios de empresas privadas y suspenden sus empresas” sin ninguna buena razón o por delitos triviales.
Según un artículo de marzo de 2019 de la revista financiera china Caixin, Sun reveló que cuando visitó una provincia durante una inspección, encontró que entre las cien empresas privadas más importantes de la zona, varios ejecutivos de varias docenas de ellas habían sido arrestados. Sus empresas tuvieron que detener la producción y los trabajadores fueron despedidos como consecuencia de ello.
Desde que el Partido Comunista Chino (PCCh) tomó el poder en China en 1949, los empresarios privados fueron objeto de la represión gubernamental en numerosos movimientos políticos.
Historia documentada de los crímenes del Ejército Rojo en Sichuan
El posteo de Li Huaiqing en WeChat –el artículo que exponía los atroces crímenes cometidos por el Ejército Rojo durante la Guerra Civil China– se basaba en informes bien documentados que se pueden encontrar en al menos tres publicaciones: Diario de Negocios, Nuevo Sichuan y Sichuan Mensual.
Diario de Negocios dijo en un artículo del 27 de noviembre de 1933: “Solo en el condado de Tongjiang, más de 2300 hogares fueron masacrados y ejecutados por los bandidos rojos, independientemente de si la víctima era rica o no, y ni siquiera los eruditos virtuosos se salvaron. Al final, solo unas pocas docenas de hogares quedaron intactos en todo el condado”.
Sichuan Mensual informó en noviembre de 1934 que en el condado de Tongwei más de 120.000 residentes fueron ejecutados, basándose en el número de cadáveres encontrados en docenas de fosas comunes. Una de estas fosas era gigantesca y se convirtió en el lugar de descanso final de unas 10.000 personas. Entre las víctimas había mujeres embarazadas y bebés de solo unos meses de edad.
Además, cuando el Ejército Rojo, ante los ataques del Kuomintang, decidió retirarse de la provincia de Sichuan en diciembre de 1933, el comandante Zhang Guotao ordenó a los soldados de los tres últimos regimientos en retirada que quemaran todas las casas y los campos de los civiles, a fin de “no dejar provisiones para el enemigo”.
El número total de muertes en la provincia de Sichuan causadas por el Ejército Rojo llegó a los 1,11 millones, según el informe de Sichuan Mensual.
El reportero de La Gran Época Xiao Lusheng contribuyó con este artículo.
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