Empresas respaldadas por el Partido Comunista Chino (PCCh) pueden explotar su tecnología de energía verde para «lograr ventajas estratégicas, políticas y de inteligencia sobre Estados Unidos», según un informe publicado el lunes.
«El crecimiento de estas industrias favorece los objetivos climáticos y de energías renovables de la Casa Blanca», pero puede plantear «riesgos significativos para las infraestructuras críticas, la seguridad de los datos y la integridad de la cadena de suministro de Estados Unidos», advirtió Craig Singleton, autor del informe y miembro senior de la Fundación para la Defensa de las Democracias (FDD), un think tank con sede en Washington.
Singleton recurrió a la empresa china Contemporary Amperex Technology Co. Ltd. (CATL) para ilustrar esos riesgos.
CATL se dio a conocer este mes de febrero después de que Ford Motor Co. anunciara una asociación, ahora en suspenso, con el fabricante chino de baterías para vehículos eléctricos (VE). Ford firmó un acuerdo para licenciar la tecnología de baterías de CATL para una nueva instalación de 3,500 millones de dólares en Michigan. El acuerdo suscitó preocupación por la seguridad nacional entre legisladores y miembros de la comunidad local, que afirmaron que el uso de la tecnología de CATL por parte de Ford aumentaría la dependencia de China en la cadena de suministro estadounidense y permitiría que los créditos fiscales federales de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA), diseñados para incentivar la fabricación en Estados Unidos, fueran a parar a una empresa vinculada al PCCh.
El informe del DDF sostenía que CATL no habría logrado su éxito actual sin las subvenciones del PCCh, las políticas favorables que protegían el mercado nacional chino de baterías para vehículos eléctricos y los requisitos de seguridad que los reguladores levantaron para CATL.
El informe también ofrecía el contexto del entorno político, legal y empresarial chino para demostrar que CATL no podía comportarse al margen de las leyes del PCCh y las exigencias de fusión militar-civil para compartir tecnología y datos con el Partido.
«En conjunto, las afiliaciones personales de Zeng sitúan a CATL dentro de la esfera de control del partido-estado y podrían proporcionar canales concretos para que el PCCh ejerza su influencia», decía el informe, en referencia al fundador y presidente de CATL, Zeng Yuqun, y a su pertenencia a la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CCPPC), un órgano asesor del Partido. «La firme y reiterada defensa de Zeng de los objetivos ideológicos de Xi sugiere que CATL sirve al Estado».
Además, CATL no es sólo la empresa del Sr. Zeng, sino un defensor nacional del PCCh.
«Si el entusiasmo de Zeng flaquea alguna vez, el miedo podría cimentar su lealtad. Podría priorizar el cumplimiento de las directivas del PCCh para evitar un destino similar al del fundador del gigante tecnológico Alibaba, Jack Ma, que desapareció durante un largo periodo tras criticar las políticas del Gobierno chino», añade el informe. «Incluso entonces, el PCCh podría, sin previo aviso, simplemente reemplazar a Zeng con un líder de su elección para apoyar aún más los objetivos del PCCh».
El Sr. Singleton también advirtió que los productos derivados de CATL de soluciones de carga de vehículos eléctricos y almacenamiento de baterías podrían «servir como potenciales puntos de acceso para inteligencia, recolección, ciberespionaje y sabotaje», con «apagones generalizados que afectarían a centros industriales o centros financieros» en el peor de los casos.
«Los usuarios de vehículos eléctricos podrían ser rastreados durante meses o incluso años después de una sola carga» si los fabricantes instalan software malicioso en los equipos de recarga públicos, escribió.
Según el informe, las baterías CATL se utilizan en instalaciones de generación de energía renovable de Florida, Virginia, Nevada y California, y en una granja solar en terrenos arrendados dentro de la base de Camp Lejeune del Cuerpo de Marines, en Carolina del Norte.
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