Muchas empresas estadounidenses en Hong Kong expresaron su preocupación por la decisión de Beijing de aplicar una ley de seguridad nacional en la antigua colonia británica, según una encuesta empresarial publicada el 3 de junio.
Beijing adoptó la ley después de una votación ceremonial por su legislatura títere el 28 de mayo. La ley ha suscitado críticas internacionales por amenazar la autonomía y las libertades de Hong Kong, garantizadas cuando el territorio transfirió la soberanía de Gran Bretaña a China en 1997.
La ley prohibirá las actividades que el régimen chino considere que están relacionadas con la secesión, la subversión, el terrorismo y la injerencia extranjera.
La Cámara de Comercio Americana (AmCham) de Hong Kong encuestó a 180, o el 15% de sus integrantes, el 1 y el 2 de junio. La mayoría de los encuestados eran empresas estadounidenses, y un tercio eran empresas de Hong Kong y empresas de otros países.
«Mucho más de la mitad de nuestros encuestados dijeron que estaban muy o moderadamente preocupados por la ley de seguridad nacional, mientras que casi la mitad de los encuestados dijeron que se sentían pesimistas sobre las perspectivas de la ciudad a medio y largo plazo», declaró la presidenta de AmCham, Tara Joseph, según la encuesta.
El 53.33 por ciento dijo que está «muy preocupado» y el 30 por ciento dijo que está «moderadamente preocupado» por la ley de seguridad nacional.
La organización también dejó constancia de las preocupaciones específicas de sus integrantes. Uno de ellos, no identificado declaró: «esta puede recortar las libertades civiles básicas y debilitar el debido proceso y el estado de derecho, lo que conduce a mayores conflictos públicos y a la desconfianza en el gobierno actual».
Otro dijo: «Esta dañará el entorno comercial general de Hong Kong utilizado para ser libre con sistemas legales, financieros y jurídicos justos».
Ante la pregunta de si sus operaciones comerciales en la ciudad se verían perjudicadas por la ley de seguridad, el 60 por ciento dijo que creía que sí. Un integrante escribió: «Esta decisión probablemente causará una salida de capital y una reducción de la inversión extranjera en Hong Kong, lo que también causará más pérdidas de empleos para la gente de Hong Kong».
Cuando se les preguntó acerca de sus principales preocupaciones sobre la ley, el 64.44 por ciento dijo que les preocupaba la «ambigüedad en el alcance y la aplicación de la ley», mientras que el 56.67 por ciento dijo que les preocupaba el impacto en el sistema judicial independiente de la ciudad.
Se espera que el régimen chino redacte los detalles de la ley en los próximos meses.
El 70.56 por ciento dijo que no tenía planes de trasladar sus activos o sus operaciones comerciales fuera de la ciudad. El porcentaje restante dijo que se estaba considerando el traslado, con Tokio, Taipei, Sydney, Bangkok, Londres y Estados Unidos entre sus opciones.
El 48.33 por ciento dijo ser pesimista sobre el futuro a mediano y largo plazo, mientras que el 36.67 declaró ser pesimista a corto plazo pero confiado a medio y largo plazo.
En la encuesta también se preguntó sobre la decisión del Presidente Donald Trump de revocar el estatus comercial especial de Hong Kong bajo la ley de Estados Unidos. El 73.89 por ciento dijo que «esperaría y vería» sobre la decisión, mientras que el 18.33 por ciento dijo que reduciría las inversiones en la ciudad.
Un integrante dijo que después del anuncio de Trump, su compañía estaba considerando tomar medidas «para establecer una nueva entidad legal en un país soberano de la región». Otro integrante escribió que estaba planeando abrir una «compañía hermana en Singapur».
Por su parte, el Primer Ministro del Reino Unido, Boris Johnson, escribió en un artículo de opinión publicado en el South China Morning Post, que cambiaría las normas de inmigración del Reino Unido si la ley de seguridad se aplicaba en Hong Kong.
Johnson escribió que alrededor de 350,000 personas en Hong Kong tienen pasaportes británicos extranjeros y otros 2.5 millones de hongkoneses serían elegibles para solicitarlos.
Los hongkoneses que nacieron antes de que el territorio volviera a ser gobernado por China en 1997 tienen esos pasaportes.
«Si China impone su ley de seguridad nacional, el gobierno británico cambiará nuestras normas de inmigración y permitirá que cualquier poseedor de estos pasaportes de Hong Kong venga al Reino Unido (…) y se le concedan más derechos de inmigración, incluido el derecho al trabajo, lo que podría ponerlos en una ruta hacia la ciudadanía», escribió Johnson.
Johnson advirtió que la ley de seguridad nacional «recortaría sus libertades [de Hong Kong] y erosionaría dramáticamente su autonomía».
El Secretario de Relaciones Exteriores del Reino Unido, Dominic Raab, hizo comentarios similares sobre los planes de inmigración ante la Cámara de los Comunes el 2 de junio.
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