Varias empresas japonesas están considerando trasladar parte de su producción fuera de China, después de la última ronda de aranceles de EE.UU. que entró en vigencia el 1 de septiembre.
Entre los que contemplan la posibilidad de trasladarse se encuentra la marca japonesa de indumentaria Uniqlo, que cuenta con 52 tiendas en Estados Unidos y 698 en China. Muchas de sus mercancías clave fabricadas en China, incluyendo chaquetas, pantalones y camisas, están sujetas a un nuevo arancel del 15 por ciento en Estados Unidos.
“Nuestros ejecutivos estadounidenses han venido a Japón para que podamos discutir el nivel de impacto y cómo responder”, dijo un ejecutivo anónimo de Fast Retailing, la empresa matriz de Uniqlo, según un artículo publicado el 2 de septiembre por la prensa japonesa Nikkei.
La compañía está tratando de trasladar la producción de China a países del sudeste asiático, como Vietnam y Camboya, informó Nikkei.
Sin embargo, habrá desafíos relacionados con el cambio. Una fuente anónima familiarizada con el asunto dijo a Nikkei: “Todavía dependemos de China para las materias primas, por lo que podríamos ver mayores costos en las compras y en el envío de los productos terminados a EE.UU.”.
El pasado mes de marzo, una investigación de la Sección 301 llevada a cabo por la Oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos concluyó que Beijing estaba involucrado en el robo de propiedad intelectual incentivado por el Estado. Esa investigación llevó al Gobierno estadounidense a imponer aranceles punitivos a las importaciones chinas por valor de 250.000 millones de dólares, lo que precipitó la actual guerra comercial.
El 1 de agosto, el presidente Donald Trump anunció nuevos aranceles del 10 por ciento a partir de septiembre sobre importaciones chinas por valor de 300.000 millones de dólares, que cubren una amplia gama de bienes de consumo, incluidos teléfonos inteligentes, computadoras portátiles y prendas de vestir. Desde entonces, algunas de los nuevos aranceles se pospusieron hasta mediados de diciembre.
Trump elevó los aranceles al 15 por ciento a finales de agosto, en respuesta a los aranceles de represalia de China sobre productos estadounidenses por valor de 75.000 millones de dólares, incluido el petróleo crudo.
Según Nikkei, las ventas anuales de Uniqlo en Norteamérica, hasta agosto de 2018, fueron de unos 90.000 millones de yenes (847 millones de dólares), lo que representa alrededor del 5 por ciento de su total a nivel mundial.
Fast Retailing cuenta actualmente con fábricas en varios países del sudeste asiático. Según una lista de “las principales fábricas” publicada en su página web, la empresa matriz tiene un total de 242 talleres en 11 países, incluyendo 128 en China, 44 en Vietnam y 24 en Bangladesh.
Uniqlo planea abrir su primera tienda en Vietnam en otoño de este año. Según un medio vietnamita, Tadashi Yanai, presidente y CEO de Fast Retailing, identificó a la región del sudeste asiático como un “importante motor de crecimiento” para la compañía.
Los menores costos de mano de obra en países como Vietnam y Bangladesh los convierten en una alternativa atractiva para las empresas que buscan trasladar su producción fuera de China.
El fabricante de fotocopiadoras japonés Kyocera también está planificando cambios en la producción, ya que las fotocopiadoras destinadas a Estados Unidos también están ahora sujetas al nuevo arancel del 15 por ciento.
Actualmente, las fábricas de Kyocera en Vietnam fabrican productos para el mercado de la UE, mientras que las de China fabrican productos destinados a Estados Unidos. Según Nikkei, Kyocera tiene previsto cambiarlos para finales de marzo de 2020.
Los relojeros japoneses Seiko Holdings y Citizen Watch también están planeando algunos cambios en la producción.
Según Nikkei, Seiko está planeando trasladar parte de su producción a Japón, mientras que Citizen Watch está planeando trasladarse a Tailandia.
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