Una gran controversia ha seguido a los recientes comentarios del expresidente Donald Trump sobre el aborto en una entrevista reciente en «Meet the Press», con la preocupación de que no se tomara la política provida tan en serio como otros candidatos.
El miércoles, durante un mitin, dirigió unas palabras a su público de Iowa sobre las leyes del aborto.
«Sin las excepciones, es muy difícil ganar elecciones», dijo. «Probablemente perderíamos las mayorías [en el Congreso] en 2024 sin las excepciones, y quizá la propia presidencia».
Dijo que la gente debería «seguir su corazón» en lo que respecta a su postura sobre el aborto, sin pedirles que se dejen convencer por ninguna propuesta concreta. Pero, añadió, los republicanos «tienen que ganar elecciones» hablando más claramente sobre el aborto. Denunció las políticas de aborto sin límite que favorecen los demócratas como «radicales».
«Tenemos que desenmascarar a los demócratas… por ser los verdaderos radicales. Ellos son los radicales. Los provida no son los radicales», dijo el presidente Trump. «Para ganar en 2024, los republicanos deben aprender a hablar correctamente sobre el aborto».
Un ejemplo de ello es el fiscal general de Kentucky, Daniel Cameron, que hizo campaña para el puesto de gobernador con una plataforma provida sin excepciones. Sus oponentes políticos lo tacharon de radical, publicando un reciente anuncio en video en el que una niña superviviente de una violación mira directamente a la cámara y se dirige al Sr. Cameron, diciéndole que «decirle a una niña de 12 años que debe tener el bebé de su padrastro, que la violó, es impensable». Desde entonces, el Sr. Cameron ha cambiado de opinión y ha dicho que apoyaría añadir excepciones para la violación y el incesto.
¿No a la prohibición?
Durante la entrevista de la NBC respondió directamente «no» cuando se le preguntó si firmaría una prohibición federal a las 15 semanas —algo que otros candidatos del GOP han impulsado— diciendo que no se comprometería con ninguna política antes de traer a más gente a la sala para debatirla.
El expresidente se atribuyó el mérito de la anulación de Roe contra Wade, ya que había hecho tres nombramientos para la Corte Suprema que finalmente dictó sentencia en el caso Dobbs contra Jackson el año pasado. Esa sentencia devolvió el poder a los estados para legislar sobre el aborto como deseen. No parece que quitar poder a los estados al cabo de unos pocos años con la promulgación de una nueva ley federal sea algo que deseen sus partidarios.
Tras la sentencia, varios estados introdujeron rápidamente prohibiciones del aborto.
Sin embargo, en muchos estados esas leyes han sido bloqueadas, por gobernadores y demandas judiciales, a veces incluso antes de entrar en vigor.
Iowa es un buen ejemplo: aprobó una prohibición a las seis semanas en 2018, y la ley aún no ha podido entrar en vigor.
Después de años en los que la ley de Iowa estuvo atascada en un tribunal tras otro, la legislatura republicana aprobó este verano un segundo proyecto de ley de prohibición de las seis semanas. La gobernadora republicana ha promulgado dos veces la prohibición del aborto. La iteración más reciente de la ley fue impugnada inmediatamente ante los tribunales y aún está sujeta a sentencia; mientras tanto, el estado permite actualmente el aborto hasta alrededor de las 20 semanas, justo antes de que el feto sea viable fuera del útero.
La opinión pública
Tras la decisión de la Corte Suprema sobre el caso Dobbs, una historia de gran repercusión sobre una niña de 10 años que fue violada y cruzó las fronteras estatales para abortar atrajo la atención del país.
Las opiniones de los estadounidenses sobre el aborto han entrado en una zona gris en los últimos años. El público se identifica cada vez más como «proabortista», pero no está a favor del aborto sin restricciones. Incluso el 9% de los votantes autoidentificados como «proabortistas» dijeron que pensaban que el aborto era moralmente incorrecto, aunque creían que debería ser legal, según datos de Gallup de 2023.
La mayoría de los estadounidenses, y así se refleja en la mayoría de las leyes que prohíben el aborto, apoyan las excepciones por violación, incesto y cuando está en juego la vida de la madre. La mayoría —51%— está a favor de que el aborto sea legal, pero con restricciones, según una encuesta de Gallup. Sólo el 34% de los votantes dijeron que pensaban que el aborto debería ser legal en todas las circunstancias.
El apoyo disminuyó cuando los encuestadores añadieron plazos a las preguntas. Mientras que el 69% pensaba que el aborto debería ser legal en el primer trimestre, sólo el 37% dijo que debería ser legal en el segundo trimestre, y el 22% en el tercero.
El Pew Research Center realizó encuestas similares en 2022, antes de la decisión sobre Dobbs, y encontró un menor apoyo al aborto, con sólo un 19% que decía que debería ser legal sin excepciones.
Este cambio puede reflejar una opinión desfavorable hacia los castigos para quienes abortan; la encuesta de Pew reveló que el 50 por ciento de los votantes opinaba que las mujeres deberían ser castigadas, frente al 60 por ciento que opinaba que el proveedor que realizó el aborto debería ser castigado.
Tudor Dixon, republicana que se postuló y perdió el escaño de gobernadora en Michigan el año pasado, dijo recientemente en un podcast que el presidente Trump le dio consejos sobre la política del aborto que ella no siguió.
Él le había dicho que «hablara de otra manera sobre el aborto» cuando ella adoptó un enfoque de línea dura y sin excepciones, y ella le dijo al presidente Trump «tenías toda la razón» después.
Michigan tenía originalmente penas para quienes practicaran abortos, con excepciones por violación, incesto y para salvar la vida de la madre.
La Sra. Dixon perdió el escaño frente a la demócrata Gretchen Whitmer, a la que se unieron grupos de activistas abortistas como Planned Parenthood y Emily’s List cuando firmó un proyecto de ley para derogar las leyes abortistas del estado. Ella lo calificó de «buena economía», y desde entonces ha publicado anuncios promoviendo el aborto en su esfuerzo por reclutar a residentes de estados rojos para que se trasladen a Michigan y «disfruten de su derecho a la libertad reproductiva».
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