El régimen chino condenó a una mujer a dos años y medio de prisión por practicar la disciplina espiritual Falun Dafa, lo que supone la tercera vez que la mujer es encarcelada por su fe.
En total, la mujer ha pasado más de una década en prisión desde 2007, según Minghui.org, un sitio web con sede en Estados Unidos que informa sobre la persecución de Falun Dafa en China.
Wang Suzhen, de 59 años, de la ciudad de Liaoyang, en la provincia nororiental china de Liaoning, fue condenada el pasado diciembre a cumplir dos años y medio de prisión en la Prisión Provincial de Mujeres de Liaoning. En el momento de la sentencia, ya llevaba detenida un año y cinco meses en el Centro de Detención de Liaoning, según el sitio web.
Wang fue condenada anteriormente a cinco años de prisión en 2007. Dos años después de ser liberada, en 2014, volvió a ser condenada a cuatro años de prisión por practicar Falun Dafa
Falun Dafa, también conocido como Falun Gong, es una disciplina espiritual originaria de China basada en tradiciones budistas. Incluye ejercicios de meditación y enseñanzas morales basadas en los principios fundamentales de Verdad, Benevolencia y Tolerancia. Debido a su creciente popularidad en la década del 90, en 1999 el Partido Comunista Chino (PCCh) inició una campaña para eliminar la práctica. Desde entonces, sus practicantes son objeto de amplias campañas de persecución que incluyen la detención, trabajos forzados, lavado de cerebro, tortura y la sustracción forzada de órganos.
Wang, como muchas otras practicantes, fue sometida a torturas mientras estaba encarcelada. En enero de 2008, mientras estaba encarcelada en el octavo distrito penitenciario de la Prisión de Mujeres de Liaoning, un guardia de la prisión la golpeó con un palo de madera y le dio una descarga eléctrica, en un intento de obligarla a renunciar a su fe.
Una táctica habitual utilizada con los practicantes de Falun Gong en la prisión es negarles el sueño o el uso del baño, informó Minghui.org. Un preso golpeó brutalmente a Wang por ir al baño, lo que la hizo perder los dientes delanteros. Los dientes se cayeron posteriormente.
En 2016, mientras cumplía su segunda condena en la prisión provincial de mujeres de Liaoning, Wang sufrió la rotura de un vaso sanguíneo en el cerebro y fue enviada al hospital para recibir tratamiento de urgencia, según Minghui.
Cuando su familia fue a visitarla al hospital, Wang seguía esposada y estaba custodiada por cuatro guardias penitenciarios. Los guardias pidieron a los familiares que pagaran los gastos médicos y les amenazaron con suspender el tratamiento si se negaban a pagar.
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