Las autoridades mexicanas informaron el 19 de marzo que descubrieron cientos de inmigrantes ilegales, incluyendo menores no acompañados, hacinados en tres camiones con remolque cerca de la frontera entre México y Guatemala.
Durante los controles de rutina, los agentes de migración mexicanos junto con la policía de la Guardia Nacional encontraron a 329 guatemaltecos y hondureños, incluidos 114 menores no acompañados, dentro de los vehículos.
Los camiones con remolque fueron detenidos en una carretera al sur de Tuxtla Gutiérrez, la capital del estado de Chiapas, según una declaración de la Secretaría de Gobernación de México.
Los menores no acompañados recibieron comida y agua, y posteriormente fueron trasladados a unos albergues gestionados por la autoridad migratoria, mientras que los adultos fueron enviados a oficinas cercanas para iniciar el proceso administrativo, dijo la Secretaría de Gobernación.
El hecho se produjo en un momento en el que México puso en marcha una operación para reprimir los cruces ilegales en su frontera sur con Guatemala, la que incluye vigilancia en los puntos de entrada con aviones no tripulados y un despliegue de agentes en algunas partes de la frontera.
El despliegue de medidas para disuadir el contrabando de migrantes está dirigido especialmente a las personas que viajan con menores y se anunció un día después de que México dijera que estaba prohibiendo la entrada de viajes no esenciales en la frontera para frenar la transmisión del COVID-19, la enfermedad causada por el virus del PCCh (Partido Comunista Chino).
«El gobierno mexicano realizará (…) operativos en la frontera sur para proteger los derechos y la seguridad de los menores migrantes de varias naciones centroamericanas que son utilizados por las redes criminales como pasaporte para llegar al norte de México», dijo el Instituto Nacional de Migración (INM) de México a través de una declaración.
Desde enero, 4180 menores acompañados y no acompañados, principalmente de Centroamérica, fueron descubiertos en México sin documentos de viaje suficientes, añadió.
Las últimas medidas, según el INM, estaban destinadas a proteger a los menores de Centroamérica, muchos de los cuales están siendo explotados por bandas criminales, como parte de los esfuerzos para entrar ilegalmente en Estados Unidos. Las bandas criminales les dicen que será más fácil entrar en Estados Unidos si traen niños consigo.
Estas últimas restricciones coinciden con un aumento del número de inmigrantes ilegales que llegan a la frontera estadounidense a través de México.
La afluencia de inmigrantes ilegales, incluidos muchos menores en la frontera entre México y Estados Unidos, alcanzó nuevos máximos desde la última crisis de 2019. El número de cruces ilegales se disparó después que el presidente Joe Biden comienzó a aplicar su plan, con el que hizo campaña para revertir las normas y políticas migratorias destinadas a frenar el flujo de inmigración ilegal de la era Trump.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP) anunció esta semana un aumento de más del 100 por ciento, mes a mes, en dos categorías de extranjeros ilegales: las unidades familiares y los menores no acompañados.
Las estadísticas de la CBP muestran que, en febrero, los agentes detuvieron a un total de 100,441 extranjeros ilegales a lo largo de la frontera suroeste, un aumento del 28% en comparación con enero.
El secretario del Departamento de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, dijo el domingo que aunque la frontera sur está cerrada, los niños no acompañados que entren ilegalmente al país no serán expulsados.
Con información de Janita Kan y The Associated Press.
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