Un encuestador independiente descubrió en julio de 2022 que el 10% de los estadounidenses que recibieron la vacuna contra el COVID-19 se arrepienten de haberlo hecho.
Además, el 15 por ciento de los 1038 adultos que participaron en la encuesta dijeron que un médico les había diagnosticado una nueva enfermedad, semanas o meses después de haberse vacunado.
La organización Children’s Health Defense (CHD, por sus siglas en inglés) encargó la encuesta dos años después del inicio de la Operación Warp Speed para conocer la posición de la gente sobre las vacunas contra el COVID-19 y su salud.
La encuesta, realizada por Zogby Analytics, afirma que el margen de error es de +/- 3,1 puntos porcentuales.
«El hecho de que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) informen de que más de 232 millones de estadounidenses de entre 18 y 65 años han tomado al menos una dosis de la vacuna COVID-19, y que el 15% de los encuestados informen de una afección recientemente diagnosticada, es preocupante y requiere un estudio más profundo», dijo Laura Bono, directora ejecutiva de la CHD.
«La tecnología de la vacuna de ARNm es nueva y los ensayos clínicos, naturalmente, no tienen datos a largo plazo. La CHD cree que esta encuesta apunta a la necesidad de más estudios».
El 67% de los encuestados se vacunó una o más veces, mientras que el resto no se vacunó.
Entre los que aplicaron las vacunas contra el COVID-19, el 6 por ciento se aplicó una dosis, mientras que el resto se aplicó de 2 a 4 vacunas.
De las afecciones médicas recién diagnosticadas, las más comunes fueron los coágulos de sangre (21 por ciento), el infarto de miocardio (19 por ciento), el daño hepático (18 por ciento), los coágulos en las piernas y los pulmones (17 por ciento) y el accidente cerebrovascular (15 por ciento).
El 67% de los participantes dijo que vacunarse fue una buena decisión, mientras que el 24% se mostró neutral.
Otra encuesta realizada al mismo tiempo encuestó a 829 adultos estadounidenses de entre 18 y 49 años, y los resultados muestran que el 22 por ciento de ellos informó de una nueva afección en las semanas o meses siguientes a la aplicación de la vacuna COVID-19.
Las principales afecciones fueron problemas autoinmunes, coágulos sanguíneos, derrames cerebrales/coágulos pulmonares, daños en el hígado/coágulos en las piernas/ataque al corazón y alteración del ciclo menstrual. El 10% de estas afecciones eran graves.
El 14% de los participantes se arrepintió de haberse aplicado la vacuna, mientras que el 58% pensó que era una buena decisión, y el resto se mostró neutral.
Informes anteriores
En mayo, un cardiólogo declaró a The Epoch Times que había observado un aumento de los casos de inflamación del corazón. Aunque los medios de comunicación han prestado más atención a los problemas de coágulos de sangre, ha habido muchos más casos de miocarditis, según su observación.
Algunos médicos también han observado irregularidades menstruales asociadas a las vacunas contra el COVID-19, algo que Anthony Fauci parece admitir, diciendo que el asunto es «temporal» y que «tienen que estudiarlo más».
También en mayo, The Epoch Times reportó de que un cardiólogo pediátrico tuvo que dejar de trabajar y fue castigado por su junta directiva por no querer recomendar la vacuna a un joven paciente que había contraído el COVID-19 anteriormente.
Muchos otros médicos también fueron castigados por cuestionar las vacunas contra el COVID-19.
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