Una enfermera ha muerto ocho días después de haber sido vacunada con la vacuna CoronaVac, de fabricación china, en Java Oriental el 14 de febrero, informaron varios medios de comunicación indonesios.
Erny Kusuma Sukma Dewi, de 33 años, dio positivo en el test del virus del PCCh (Partido Comunista Chino), comúnmente conocido como nuevo coronavirus, y fue tratada en un hospital, pero luego murió. Todos sus colegas y amigos dieron negativo en el test del virus, mientras que su marido dio positivo sin presentar síntomas, según su empleador Endah Woro Utami, presidente del Hospital General Regional de Ngudi Waluyo en la Regencia de Blitar.
«[Su temperatura corporal] es normal. No tiene] antecedentes de enfermedad. Es joven. Está sana [antes de ser vacunada]», dijo Utami a Kompas Indonesia el 21 de febrero.
La enfermera atendió a los pacientes de la COVID-19 dentro del hospital antes de enfermar ella misma.
El gobierno indonesio ha lanzado un programa nacional para vacunar a todos los trabajadores sanitarios contra la COVID-19. Como profesional de la medicina, Dewi recibió una primera inyección de la vacuna CoronaVac el 28 de enero.
El 5 de febrero, Dewi empezó a tener fiebre, tos y dificultad para respirar. Acudió a un hospital local para recibir tratamiento. El 6 de febrero, el estado de Dewi se deterioró y fue trasladada al hospital en el que trabajaba, recibiendo tratamiento en una unidad de cuidados intensivos hasta que murió el 14 de febrero, según Utami.
Utami dijo que Dewi murió de COVID-19 pero no mencionó cuándo fue diagnosticada.
El secretario de la sección de Blitar del Sindicato Nacional de Enfermeras de Indonesia confirmó la versión de Utami cuando habló con CNN Indonesia el 22 de febrero.
Ni Utami ni el secretario dijeron que Dewi pudo haberse infectado con el virus a causa de la vacuna. Dijeron que Dewi visitó otra ciudad después de recibir la vacuna. Aparte de su marido y sus pacientes, nadie con quien contactó dio positivo por virus del PCCh. Utami dijo que no creía que Dewi se hubiera infectado en el hospital.
CoronaVac fue desarrollada y fabricada por Sinovac Biotech, con sede en Beijing.
Sinovac llevó a cabo la última fase de los ensayos clínicos de la vacuna en Brasil, en los que se demostró que tenía una eficacia del 50.4 por ciento, apenas superando el umbral del 50 por ciento establecido por la Organización Mundial de la Salud para su aprobación reglamentaria. La tasa también es inferior a la de las vacunas desarrolladas en Estados Unidos, ya que la de Pfizer-BioNTech es del 95 por ciento y la de Moderna del 94.1 por ciento.
En octubre de 2020, el presidente brasileño Jair Bolsonaro cuestionó la eficacia de las vacunas chinas y escribió en las redes sociales: «El pueblo brasileño no será el conejillo de indias de nadie».
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