Pertenecen a un grupo que se ha vuelto cada vez más invisible en la provincia china más afectada por la crisis del coronavirus.
Entre ellos Liang, una niña de tres años del condado Hong’an al norte de Wuhan, capital de la provincia de Hubei, que viaja a Beijing para tratarse de un cáncer de córnea.
Fue operada por primera vez en el Hospital Tongren de Beijing, en noviembre pasado para extirpar su ojo izquierdo, seguido de una serie de tratamientos de quimioterapia. Pero cuando las repentinas medidas de cierre entraron en vigor el 23 de enero, quedó atrapada en Wuhan, impidiéndole viajar para el último curso del tratamiento.
Ahora, han pasado más de 20 días desde la sesión de quimioterapia programada, y su familia está desesperada por conseguirle un médico, temiendo que a medida que el retraso se prolongue, las células cancerosas puedan propagarse más y reclamar por su vida.
«Si las células cancerosas se acumulan en los nervios ópticos y se extienden al cerebro, será peligroso, no es una cuestión de dinero», dijo el padre de Liang a The Epoch Times.
Los hospitales locales los han rechazado, dijeron, agregando que no hay recursos en Wuhan para realizar la tan necesitada quimioterapia.
«El esfuerzo de control del brote en Wuhan significa que todos los hospitales son utilizados para tratar a los pacientes con coronavirus», precisó.
«Todos estamos atrapados en casa, sin saber qué hacer», continuó. «Si vamos a Beijing, el comité local del pueblo y el comité vecinal tendrían que acogernos, no es diferente a trepar al cielo».
Liang, al igual que un número incalculable de chinos enfermos en zonas cerradas, fueron olvidados por las autoridades, mientras China continúa luchando contra el virus mortal de rápida propagación, ha agotado los recursos médicos de la nación. Cientos de millones de personas en todo el país permanecen bajo alguna forma de cuarentena.
«Necesita pasar por los procedimientos»
Un residente en el distrito de Jianghan que se hace llamar Juanjuan ha pedido ayuda en Internet.
El pánico comenzó hace unos días, cuando la presión sanguínea de su madre, Cai, bajó peligrosamente. La familia llamó a la ambulancia, solo para ser dirigida al comité vecinal, que tiene la última palabra de los servicios de ambulancia.
«Nos daban patadas como a balones de fútbol», dijo Juanjuan a The Epoch Times.
Luego, durante cinco días, su madre permaneció inconsciente en su pequeño apartamento de una cama con una fiebre de 102 grados Fahrenheit (38,5 grados centígrados).
Finalmente, llegaron al hospital a pie. Una tomografía computada no mostró ninguna infección pulmonar, lo que indica que probablemente no había contraído el nuevo coronavirus. Sin embargo, la tomografía reveló serias infecciones en su hígado que requerían tratamiento urgente. El departamento de emergencias, sin embargo, no tenía el espacio suficiente para admitir a Cai y se negó a proporcionar a la familia cualquier ayuda médica, señaló Juanjuan.
«Tuve que arrastrar a mi madre mientras caminábamos a casa, no podía caminar [por sí misma] en absoluto», añadió.
Juanjuan explicó que ha intentado llamar a la línea directa del alcalde, pero que aún no ha podido comunicarse. Todo lo que quieren, agregó, es que su madre sea hospitalizada.
Ella manifestó que en la sala de emergencias le pidieron a su madre que se hiciera dos pruebas de ADN para determinar si tenía el virus, un procedimiento agotador que implicaba largas colas de espera y riesgos de infección cruzada.
Chen, una secretaria de la oficina de su complejo comunitario, confirmó a The Epoch Times que esta es una práctica habitual, ya que todos los recursos médicos de la ciudad están destinados a combatir el coronavirus.
«Ella [Cai] tiene una fiebre que surgió de una inflamación, no es neumonía [viral]», expresó. «Solo están asustados, pero por mucho que se diga, necesitan pasar por los procedimientos».
Juanjuan ha probado tres tipos de antipiréticos para aliviar la fiebre de Cai. Ella y su padre, que tiene problemas de corazón y algunos temblores ocasionales, ahora se turnan para cuidar de Cai.
«Cada día se hizo más difícil, toda nuestra familia sufre una crisis nerviosa», afirmó.
«Duele día y noche»
Aproximadamente a dos horas de tren de Wuhan, un residente local del condado Duoxiang sintió la misma sensación de desesperación.
Liu recientemente se sometió a una cirugía para tratar la trombosis en su pierna. Se encontraba en el Hospital de la Unión de Wuhan cuando el brote se agravó, y decidió volver a casa para pasar el Año Nuevo Lunar Chino con la esperanza de que el brote se extinguiera rápidamente.
Pero al igual que Liang, de tres años, Liu quedó atrapado en su casa después de que los funcionarios prohibieran todo transporte público.
Mientras tanto, la salud de Liu siguió deteriorándose después de un mes de espera en casa: los músculos de su pierna se desgastaron y toda su pierna derecha se entumeció.
Cuando Liu llamó al médico del Hospital de la Unión de Wuhan para pedirle ayuda, estuvieron de acuerdo con él de que el tratamiento era necesario, pero indicaron que no había manera de ayudarlo, ya que, como muchas otras instituciones médicas, el hospital ahora solo trataba a pacientes con coronavirus.
Otro hospital local en Tianmen también suspendió la atención para los pacientes sin coronavirus.
Liu destacó que el virus había enfermado al menos a unos cientos de residentes de su provincia, provocando más miedo y políticas de cuarentena aún más estrictas.
«Muchos hospitales ahora mismo simplemente no admiten a ningún paciente, excepto a aquellos con síntomas de fiebre», aseguró Liu. «No aceptan pacientes».
Los analgésicos se han convertido en un lujo también.
«He estado buscando analgésicos por todas partes», comentó. «Sin tomar las pastillas, duele día y noche».
Sigue a Eva en Twitter: @EvaSailEast
Descubre
Videos filtrados de China revelan lo que realmente está sucediendo en los hospitales
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.