Un grupo de ataque de un portaaviones de la Marina de EE. UU. que lleva cazas furtivos F-35C ha entrado en el mar de China Meridional por primera vez durante su actual despliegue y está llevando a cabo «operaciones de seguridad marítima», según informaron el martes las autoridades.
El portaaviones de clase Nimitz, el USS Carl Vinson, que partió de San Diego el mes pasado, llevará a cabo operaciones de vuelo con aviones de ala fija y rotatoria, ejercicios de ataque marítimo, así como entrenamiento táctico coordinado entre unidades de superficie y aéreas en la región en disputa, dijo la Marina en un comunicado de prensa.
Las operaciones en el mar de China Meridional forman parte de la presencia rutinaria de la Marina de EE. UU. en el Indo-Pacífico, dijeron los funcionarios, señalando que el grupo de ataque está desplegado en el área de operaciones de la 7ª Flota de EE. UU. «en apoyo de una región Indo-Pacífica libre y abierta».
«La libertad de todas las naciones para navegar en aguas internacionales es importante, y especialmente vital en el mar de China Meridional, por donde transita cada año casi un tercio del comercio marítimo mundial», dijo en una declaración el contralmirante Dan Martin, comandante del Grupo de Ataque del portaaviones Carl Vinson. «A todos nos interesa que la comunidad internacional desempeñe un papel activo en la preservación del orden internacional basado en normas».
Los cazas furtivos F-35C están diseñados para operar explícitamente en los portaaviones de la Marina de EE. UU. Su configuración, sus sensores integrados, su combustible interno y su capacidad armamentística permiten a los pilotos eludir la detección del enemigo.
El medio estatal de línea dura chino Global Times calificó la llegada del portaaviones de clase Nimitz a los mares en disputa como un «despliegue provocador» y dijo que el Mando del Teatro Sur del Ejército Popular de Liberación (EPL) chino está en alerta máxima.
El portavoz del Mando del Teatro Sur del EPL, el coronel superior de la Fuerza Aérea Tian Junli, acusó a la Marina de EE. UU. de violar la soberanía y la seguridad de China.
«EE. UU. seguirá volando, navegando y operando donde el derecho internacional lo permita, como lo hizo aquí el USS Benfold», dijo la 7ª Flota de EE. UU. en una declaración. «Nada de lo que diga [la República Popular China] nos disuadirá».
China ha tratado de impedir por la fuerza que otros países de la región accedan a los ricos caladeros del mar en disputa. Brunéi, Malasia, Filipinas, Taiwán y Vietnam se enfrentan a disputas territoriales con China en el mar de China Meridional.
En julio del año pasado, más de una docena de personas a bordo de un pesquero vietnamita se vieron obligadas a saltar por la borda después de que su barco fuera embestido por una embarcación china. En enero, un pescador filipino dijo que los guardacostas chinos le impidieron navegar hasta una zona de pesca cercana a una isla administrada por Manila.
En marzo, más de 200 embarcaciones chinas —que se cree que están tripuladas por la milicia marítima de Beijing— atracaron en el arrecife de Whitsun, uno de los arrecifes, islas y atolones en disputa en el mar de China Meridional.
La vicepresidenta de EE. UU., Kamala Harris, durante una conferencia de prensa en Vietnam el 26 de agosto, repitió sus críticas a Beijing por socavar el orden internacional basado en normas.
«Tenemos que encontrar formas de presionar y aumentar la presión, francamente, sobre Beijing para que acate la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar y para que ponga en tela de juicio sus intimidatorias y excesivas reivindicaciones marítimas», dijo Harris, añadiendo que Estados Unidos «mantendrá una fuerte presencia en el mar de China Meridional» para enfrentarse a China.
El miércoles por la noche, el presidente Joe Biden, en su segunda conversación telefónica con el mandatario chino Xi Jinping, recalcó el interés permanente de Estados Unidos en la paz, la estabilidad y la prosperidad en el Indo-Pacífico, dijo la Casa Blanca.
Frank Fang contribuyó a la elaboración de este artículo.
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