La propuesta de compra de U.S. Steel por 15,000 millones de dólares de parte de Nippon Steel fue remitida al presidente Joe Biden para que tome una decisión final, después de que un órgano decisorio clave no llegara a un consenso.
El presidente dispone de 15 días para decidir si bloquea o aprueba el acuerdo, al que ya dijo que se había opuesto. Si no toma ninguna medida en este plazo, la fusión seguirá adelante.
La remisión allana el camino para una decisión antes de que el presidente electo Donald Trump tome posesión.
Trump también se ha opuesto públicamente a la adquisición desde que se anunció en diciembre de 2023.
El Comité de Inversiones Extranjeras en Estados Unidos (CFIUS, por sus siglas en inglés), que revisa las inversiones extranjeras en Estados Unidos en busca de riesgos para la seguridad nacional, fue incapaz de tomar una decisión sobre el acuerdo, lo que provocó la remisión a Biden.
La portavoz de la Casa Blanca, Saloni Sharma, comentó la recepción de la evaluación. «Hemos recibido la evaluación del CFIUS y el Presidente la revisará».
Nippon Steel dijo que ha hecho todo lo posible para abordar las preocupaciones de seguridad nacional, incluido el nombramiento de ciudadanos estadounidenses para puestos de alta dirección en U.S. Steel.
El CFIUS se mostró dividido sobre si estas medidas eran suficientes. Si la transacción fracasa, Nippon Steel deberá pagar a U.S. Steel una multa de 565 millones de dólares y podría emprender medidas legales contra el gobierno estadounidense.
Nippon Steel pretende aumentar su capacidad mundial de producción de acero, incrementando su producción con U.S. Steel de 65 millones de toneladas a 85 millones de toneladas métricas al año. El acuerdo es fundamental para su objetivo de elevar la producción a más de 100 millones de toneladas a largo plazo.
Según Ryunosuke Shibata, analista de SBI Securities, Estados Unidos es el único país desarrollado en el que está aumentando la demanda interna de acero, con los precios más altos del mundo debido a que la capacidad de producción no cubre las necesidades nacionales.
Esto convierte a U.S. Steel en «una oportunidad única para Nippon Steel», afirmó Shibata.
En una declaración, U.S. Steel dijo que esperaba que Biden «hiciera lo correcto» y «se adhiriera a la ley» aprobando la transacción.
«La transacción entre U. S. Steel y Nippon Steel mejora la seguridad nacional y económica de Estados Unidos a través de la inversión en fabricación e innovación —por parte de una empresa con sede en uno de los aliados más cercanos de Estados Unidos— y forja una alianza en acero para combatir la amenaza competitiva de China», declaró la empresa.
Se trata de una operación que debería aprobarse por sus méritos y que debería ser un modelo de inversión «friendshoring». Es la mejor manera, con diferencia, de garantizar que U. S. Steel, incluidos sus empleados, comunidades y clientes, prospere en el futuro, y Nippon Steel ha asumido compromisos extraordinarios, incluidos más de 2700 millones de dólares de inversiones en nuestras instalaciones de USW, que se plasmarán en un acuerdo legal vinculante ejecutable por el gobierno estadounidense, para garantizar que estas virtudes se hagan realidad».
Un grupo de alcaldes de la región de Mon Valley, en Pensilvania, así como el alcalde de Gary, Indiana, escribieron una carta el 23 de diciembre instando a Biden a apoyar la adquisición.
Ellos destacaron que el sustento de sus comunidades depende de la capacidad de U.S. Steel para prosperar y que las inversiones propuestas por Nippon Steel salvaguardarían los puestos de trabajo locales.
La Casa Blanca, el CFIUS y Nippon Steel no respondieron a las peticiones de comentarios de The Epoch Times.
Con información de Reuters
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