La Agencia de Protección del Medio Ambiente de EE. UU. (EPA, por sus siglas en inglés) anunció el miércoles que suspenderá el uso de un pesticida que muchos estudios han relacionado con efectos negativos para la salud.
El clorpirifos, un plaguicida agrícola muy utilizado, quedará prohibido para todo tipo de producción de alimentos con el fin de proteger la salud humana, especialmente la de los niños y los trabajadores agrícolas, anunció la EPA. La prohibición entrará en vigor dentro de seis meses.
«Hoy, la EPA da un paso que ya debería haber dado para proteger la salud pública», dijo el administrador de la EPA, Michael Regan, en un comunicado. «Poner fin al uso del clorpirifos en los alimentos ayudará a garantizar que los niños, los trabajadores agrícolas y todas las personas estén protegidos de las consecuencias potencialmente peligrosas de este pesticida».
«Después de los retrasos y negaciones de la administración anterior, la EPA seguirá la ciencia y pondrá la salud y la seguridad en primer lugar», agregó.
La EPA durante el mandatao del expresidente Barack Obama había, en octubre de 2015, pasado a prohibir el clorpirifos en respuesta a una petición. Un juez federal dio a la agencia hasta marzo de 2017 para decidir si finalizaba la prohibición.
La EPA del presidente Donald Trump, que asumió el cargo en 2017, revocó esa decisión. El entonces administrador de la agencia, Scott Pruitt, dijo en un comunicado en ese momento: «Tenemos que proporcionar seguridad regulatoria a las miles de granjas estadounidenses que dependen del clorpirifos, mientras seguimos protegiendo la salud humana y el medio ambiente. Al revertir las medidas de la administración anterior para prohibir uno de los pesticidas más utilizados en el mundo, estamos volviendo a utilizar la ciencia sólida en la toma de decisiones —en lugar de resultados predeterminados».
Aunque existen alternativas al clorpirifos para muchos cultivos, en algunos como los huertos de cítricos y uvas, los agricultores se quedarán sin ninguna alternativa viable para proteger sus cultivos.
La EPA de Biden ha dicho que está «comprometida a revisar los reemplazos y las alternativas al clorpirifos».
El clorpirifos se utiliza como plaguicida desde 1965 en una amplia gama de productos, como almendras, cítricos, algodón, soja, brócoli y otros cultivos. También se utiliza en entornos no agrícolas, como los campos de golf.
Se ha informado que el compuesto químico, en determinadas concentraciones, inhibe una enzima que regula las señales nerviosas y, al hacerlo, podría provocar efectos neurológicos, como convulsiones, parálisis y daños cerebrales.
Los niños expuestos al clorpirifos presentan más retrasos y trastornos del desarrollo, así como más trastornos por déficit de atención e hiperactividad, según el Centro Nacional de Información sobre Plaguicidas.
La última medida de la EPA se produce en respuesta a una orden de abril del Tribunal de Apelaciones del Noveno Circuito (pdf), que ordenó a la agencia que emitiera una norma final para revocar todos los niveles máximos permitidos de residuos de clorpirifos en los alimentos.
El uso doméstico del clorpirifos está prohibido desde 2001.
En 2020, California prohibió todas las ventas de productos con clorpirifos. Otros estados, como Hawái, Nueva York, Maryland y Oregón, también han tomado medidas para acabar con el clorpirifos.
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