Los abogados del presidente electo Donald Trump solicitaron el 14 de noviembre a un juez federal que se retire de un caso de difamación interpuesto por los ahora exonerados «Cinco de Central Park», citando la «significativa conexión personal» del juez con el abogado principal de los demandantes.
En la solicitud, el equipo legal de Trump pidió la «inmediata recusación» del juez Michael Baylson, del Distrito Este de Pensilvania. La moción destacó una revelación realizada el 13 de noviembre por Shanin Specter, el abogado principal que representa a los demandantes, sobre su relación de larga data con Baylson.
«Específicamente, el Sr. Specter declaró que representó personalmente tanto al Honorable Michael M. Baylson como a su esposa», indica la moción. «El Sr. Specter también manifestó que conoce y mantiene una amistad con el juez Baylson desde su infancia, y que tanto el juez como su esposa fueron invitados a su casa en varias ocasiones».
Los abogados de Trump señalaron que la relación «supera la amistad normal entre un abogado y un juez», argumentando que el público razonablemente «tendría dudas» sobre la imparcialidad del tribunal si Baylson continuara presidiendo el caso.
La demanda por difamación, presentada el 21 de octubre, se origina en los comentarios que Trump realizó durante su debate presidencial del 10 de septiembre con la vicepresidenta Kamala Harris, de cara a las elecciones generales de 2024.
«La recusación es necesaria y apropiada, particularmente en un caso de alto perfil que involucra un debate presidencial y un presidente electo como demandado, donde la confianza del público en el poder judicial es aún más crítica», argumentaron los abogados de Trump en la presentación.
Specter declaró a The Epoch Times el 15 de noviembre: «No nos oponemos a la moción».
Durante el debate presidencial, Trump defendió su postura sobre el caso de los «Cinco de Central Park», un grupo de adolescentes negros e hispanos detenidos y condenados por violar y golpear a una mujer blanca mientras corría en Central Park el 19 de abril de 1989. La víctima, Trisha Meili, una banquera de inversiones de 28 años, fue abandonada moribunda entre arbustos, y los cinco fueron también acusados de atacar a otros dos hombres esa misma noche.
Tras los ataques que conmocionaron a la ciudad, Trump publicó anuncios a página completa en los principales periódicos de Nueva York exigiendo el restablecimiento de la pena de muerte en el estado.
«Ellos confesaron, dijeron que se declararon culpables y yo dije, bueno, si se declararon culpables hirieron gravemente a una persona, al final mataron a una persona… Y se declararon culpables, luego se declararon inocentes», afirmó Trump durante el debate.
Los cinco hombres —Yusef Salaam, Antron Brown (antes McCray), Kevin Richardson, Raymond Santana y Korey Wise— vieron anuladas sus condenas en 2002 después de que las pruebas de ADN los exoneraran, pero solo tras cumplir entre seis y trece años de prisión. Demandaron a Trump en Pensilvania, acusándolo de hacer «declaraciones falsas y difamatorias».
«Los demandantes nunca se declararon culpables de ningún delito y posteriormente fueron absueltos de toda responsabilidad. Además, las víctimas de las agresiones de Central Park no fallecieron», señala la demanda.
Steven Cheung, portavoz de la campaña de Trump, calificó la acción legal en una declaración a los medios como «otra frívola demanda de interferencia electoral presentada por activistas de izquierda desesperados que intentan distraer al pueblo estadounidense».
Matías Reyes, un violador convicto, confesó en 2002 a la policía que él había agredido a Meili cuando tenía 17 años y que actuó solo. Un informe posterior del Departamento de Policía de Nueva York concluyó que, aunque el ADN y otras pruebas respaldaban la versión de Reyes, no existía «nada más que su palabra no corroborada de que lo hizo solo».
En 2014, la ciudad de Nueva York indemnizó a los cinco hombres con 41 millones de dólares, un acuerdo que según el alcalde Bill de Blasio permitiría «a toda la ciudad pasar página y seguir adelante».
Trisha Meili, tras su recuperación, se convirtió en defensora de las víctimas de agresiones sexuales.
Zachary Stieber y The Associated Press contribuyeron con este reportaje.
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