El alcalde de Nueva York, Eric Adams, ha lanzado una nueva advertencia sobre la crisis de la inmigración ilegal que afecta a la Gran Manzana, afirmando que la «fría realidad» es que la ayuda federal para hacer frente a la afluencia no va a llegar pronto y que las ciudades tienen que soportar la carga solas.
«No salimos de Washington con ningún optimismo de que algo vaya a cambiar drásticamente», declaró Adams en una rueda de prensa celebrada el 8 de diciembre en Nueva York, un día después de regresar de la capital del país, donde pidió ayuda para financiar la afluencia de solicitantes de asilo que ha inundado la ciudad de Nueva York.
«Está claro que, de momento, esta crisis la van a llevar las ciudades», dijo, al tiempo que reiteraba una versión de su estribillo tantas veces repetido de que «la caballería no va a venir», afirmando que la «fría realidad» es que «la ayuda no está en camino en un futuro inmediato».
Peticiones de ayuda federal
Adams, demócrata, forma parte de un grupo de cinco alcaldes de ciudades santuario que recientemente pidieron al presidente Joe Biden 5000 millones de dólares en fondos federales para ayudarles a hacer frente a los abrumadores costes de la afluencia de inmigrantes ilegales a sus comunidades.
«En estos momentos, Denver está gastando casi 2 millones de dólares a la semana en refugios, la ciudad de Nueva York ha superado los 1700 millones de dólares de gasto y Chicago ha gastado más de 320 millones de dólares», reza una reciente carta conjunta al Presidente Biden, firmada por los alcaldes de las cinco ciudades: Brandon Johnson de Chicago, Mike Johnston de Denver, Sylvester Turner de Houston, Karen Bass de Los Ángeles y Adams.
Con un número récord de personas cruzando la frontera sur de Estados Unidos, el espacio de acogida ha disminuido en las comunidades más afectadas por la afluencia. Los inmigrantes ilegales duermen en los vestíbulos de las comisarías de Chicago, una terminal de cruceros se ha convertido en refugio en Nueva York y el número de solicitantes de asilo que llegan a Denver se ha multiplicado por diez, reduciendo la capacidad de los refugios.
Adams y los demás alcaldes escribieron en su carta conjunta que no basta con depender de los presupuestos municipales y que se han visto obligados a recortar servicios esenciales de la ciudad para atender las necesidades de las personas que entraron ilegalmente en el país.
Durante su viaje a Washington el jueves, Adams se reunió con líderes del Congreso y miembros de la administración Biden para hablar de financiación adicional.
Dijo que la mayor esperanza de ayuda para las ciudades afectadas por la crisis probablemente procedería de la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA).
«Hubo un verdadero sentido de colaboración por parte del administrador de la FEMA para ayudarnos en estos momentos tan difíciles en todas estas ciudades», dijo el Sr. Adams.
La ciudad de Nueva York ya ha gastado USD 1450 millones en la crisis de la inmigración ilegal en el año fiscal 2023 y, a menos que obtenga ayuda federal y estatal, se dispone a gastar casi USD 11,000 millones en la crisis en los próximos dos años, según han declarado las autoridades.
Recortes de servicios
El gasto relacionado con la afluencia de inmigrantes ha obligado a las autoridades de la ciudad de Nueva York a realizar fuertes recortes en los servicios, incluidos los educativos y policiales.
En general, la ciudad ha aplicado un recorte generalizado del 5 por ciento que afecta a todos los organismos municipales: la mayoría de las bibliotecas públicas de Nueva York dejarán de abrir los domingos, se reducirá su programa universal de preescolar y los servicios de saneamiento se verán afectados. Los recortes en seguridad pública también serán dolorosos.
El director de presupuestos de Adams dijo en una reciente sesión informativa que se cancelarán las próximas cinco clases de la academia de policía y que el número de agentes de policía se reducirá de 33,541 a aproximadamente 29,000.
El presidente de la Asociación Benévola de la Policía, Patrick Hendry, expresó su conmoción y consternación por los profundos recortes policiales, afirmando que echarán por tierra décadas de progreso en materia de seguridad pública.
«Esto es realmente un desastre para todos los neoyorquinos que se preocupan por la seguridad de las calles. Los policías ya estamos al límite de nuestras fuerzas, y estos recortes nos devolverán a niveles de personal que no hemos visto desde la epidemia de delincuencia de los años 80 y 90», dijo Hendry en un comunicado.
«No podemos volver a esa situación. Necesitamos que todos los niveles de gobierno trabajen juntos para encontrar una manera de apoyar a los agentes de policía y proteger los treinta años de progreso en seguridad pública de la ciudad de Nueva York», añadió.
Los recortes se producen cuando aproximadamente 143,000 inmigrantes ilegales han llegado a la ciudad de Nueva York desde la primavera de 2022, y más de 65,000 siguen en los refugios de la ciudad.
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