¿Es la actual ola en las primarias republicanas una prueba más del juego sucio de 2020?

Por Roger Simon
21 de mayo de 2022 11:25 AM Actualizado: 21 de mayo de 2022 1:41 PM

Comentario

Los republicanos tienen ciertamente muchos motivos para estar entusiasmados con la participación en las primarias de esta primavera.

Según JMC Analytics, que está examinando los resultados de las primarias hasta ahora, dice lo siguiente:

«Y lo que comenzó con las primarias de Texas (un electorado republicano del 60% en 2018 que aumentó al 65% en las primarias de marzo) ha sido casi sin excepción el caso en las otras nueve primarias celebradas entre el 3 de mayo y la pasada noche [17 de mayo]. No solo ha aumentado (en las 10 contiendas estatales analizadas) la cuota de electorado republicano del 53 al 61%, sino que la participación general ha aumentado un 15% (un aumento del 32% en la participación de los republicanos en las primarias junto con un descenso del 3% en la participación de los demócratas)».

Estas son malas noticias para los demócratas, y sugieren una posible ola electoral en noviembre. Una interesante comparación de los 10 estados en 2018 y 2022 puede verse en este enlace.

Pero algo más —y más ominoso— se está filtrando aquí.

Según el JMC, la cuota de electorado republicano aumentó en un 8 por ciento, una cantidad enorme en un país putativamente 50-50. También tienen ese aumento del 32% en la participación, frente al descenso del 3% de los demócratas. Los republicanos, si hemos de creerlo, son de repente un sólido partido mayoritario en nuestro país, antes dividido. El reciente cambio de Elon Musk no puede explicar todo esto (es broma, más o menos).

Parte de ello, obviamente, puede atribuirse a la extraordinariamente inepta Administración de Biden, que nos ha traído de todo, desde una inflación desenfrenada, hasta la humillante retirada de Afganistán, pasando por la delincuencia prácticamente incontrolada y la indigencia en nuestras ciudades, por no hablar de una frontera absurdamente abierta que exacerba una epidemia de fentanilo ya mortal y tantos otros desastres grandes y pequeños.

Sin embargo, puede que haya algo más en marcha. Puede que estas cifras no sean tan nuevas en el análisis final. Podrían ser simplemente un aumento de lo que ya ocurrió hace un año y medio.

Podría ser que, al menos hasta cierto punto, sean una indicación más de lo que Trump ha estado literalmente gritando desde las elecciones de 2020, a veces para vergüenza de sus compañeros republicanos: El ganó.

¿Podría el hombre, Joe Biden, del que aparentemente muchos huyen en estos resultados de las primarias, haber atraído en realidad el mayor número de votos en la historia presidencial estadounidense hace un año y medio?

Si es así, ¡menudo vuelco!

Por otro lado, si has visto la película de Dinesh D’Souza «2000 Mulas» (basada en la exhaustiva investigación de Catherine Engelbrecht), al menos habrás levantado tus sospechas. La película sostiene que miles de personas fueron contratadas para verter incontables votos en cajas sin supervisión a altas horas de la madrugada.

Engelbrecht y el investigador Gregg Phillips han producido videos de estas personas haciendo precisamente eso y también han rastreado geográficamente a muchas de estas mismas personas a través de teléfonos móviles como prueba adicional de los crímenes que estaban cometiendo.

Todavía no he visto ningún ataque realmente sustantivo a sus hallazgos, aparte de la habitual «desacreditación» por parte de los sospechosos habituales. Es como si todos los medios de comunicación hegemónicos se transformaran en esos tres monos japoneses que no ven el mal, no oyen el mal y no hablan sobre el mal cuando se trata del Partido Demócrata. (Bueno, han sido esos monos durante bastante tiempo en realidad, más bien décadas).

Curiosamente, sin embargo, los grandes medios de comunicación conservadores han sido unánimes en su silencio, como si alguien (¿abogados? ¿los verdaderos jefes de las empresas?) les hubiera ordenado no reportar sobre la película, aunque Tucker Carlson entrevistó favorablemente a Engelbrecht, pero no a D’Souza.

Estos resultados de las primarias no son lo que se llamaría dispositivo (resolver el asunto) de las elecciones de 2020, pero son otra indicación de que algo puede estar podrido no en Dinamarca esta vez, sino en los Estados Unidos de América.


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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times

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