Mientras COVID-19 se propagaba en marzo, los médicos estadounidenses limitaron las citas en persona, y muchos pacientes las evitaron por miedo a la infección. El resultado fue un enorme incremento de las consultas médicas y de salud conductual de forma remota.
Los médicos, hospitales y proveedores de salud mental de todo el país reportaron un aumento de 50 a 175 veces en el número de consultas virtuales, según un reporte publicado en mayo por la firma consultora McKinsey & Co.
La oleada de COVID-19 se ha reducido a medida que los pacientes se atreven a volver a los consultorios médicos. Pero los profesionales médicos y los expertos en salud predicen que cuando la pandemia termine, la telesalud seguirá jugando un papel mucho más importante que antes.
Estudios demostraron que la satisfacción de los pacientes con la telesalud es alta. Y para los médicos que antes eran escépticos a la atención a distancia, la necesidad se convirtió en la madre de la invención.
«Todavía hay algunos Tomasinos que dudan, pero ahora que hemos llevado nuestras prácticas de esta manera durante tres meses, la gente ha aprendido que es bastante útil», dijo el Dr. Joseph Kvedar, presidente de la Asociación Americana de Telemedicina y dermatólogo en ejercicio que enseña en la Escuela de Medicina de Harvard en Boston.
Para los pacientes, las ventajas de la telemedicina son claras: generalmente se puede obtener una cita más rápido, en la seguridad de su propio hogar o lugar de trabajo, ahorrando tiempo y dinero en gasolina y estacionamiento, en algunos casos, incluso evitando una pérdida de salario por faltar al trabajo.
James Wolfrom, un ejecutivo postal jubilado de 69 años de edad de San Francisco, ha tenido en su mayoría consultas de atención de la salud virtuales desde que comenzó la pandemia. Aprecia especialmente las visitas en video.
«Es como si estuviera en la habitación con el médico, con todos los beneficios y ninguna de las desventajas de tener que llevar mi cuerpo al centro», dijo Wolfrom, que tiene diabetes tipo 2. «Incluso después de la pandemia, voy a preferir hacer la videoconferencia que tener que ir allí».
La telemedicina también brinda atención a las personas de las zonas rurales que viven lejos de las instalaciones médicas.
El crecimiento de la atención virtual se ha visto facilitado por los cambios en las reglas de Medicare por la emergencia COVID-19, incluyendo un reembolso a los médicos por la telemedicina al mismo ritmo que la atención en persona por una lista ampliada de servicios. Los reguladores estatales y los planes de salud comerciales también han flexibilizado sus políticas de telesalud.
En California, el Departamento de Administración de la Atención Médica, que regula los planes de salud que cubren a la gran mayoría de los residentes asegurados del estado, exige que los planes comerciales y la mayoría de los planes de administración de la atención médica de Medi-Cal durante la pandemia paguen a los proveedores por la telesalud igual que con las citas regulares y limiten la participación de los pacientes en los costos a no más de lo que pagarían por las visitas en persona. A partir del 1 de enero, una ley estatal —AB-744— hará que eso se mantenga permanentemente para los planes comerciales.
Otros cinco estados —Delaware, Georgia, Hawai, Minnesota y Nuevo México— tienen leyes de paridad de pago ya en vigor, según Mei Wa Kwong, director ejecutivo del Center for Connected Health Policy. El estado de Washington tiene una que también comenzará el 1 de enero de 2021.
Si está planeando pedir una cita de telesalud, asegúrese de preguntar a su plan de salud si está cubierto y cuál será el monto del copago o el coseguro. La cita se puede hacer a través de su proveedor de la red o de una compañía de telesalud que su aseguradora contrate, como Teladoc, Doctor On Demand o MD Live.
También puede ponerse en contacto directamente con una de esas compañías para pedir una consulta médica si no tiene seguro, y pagar entre 75 y 82 dólares por una visita médica regular.
Si usted es uno de los 13 millones de californianos inscritos en Medi-Cal, el programa estatal de Medicaid, puedes obtener servicios de telesalud a un costo mínimo o gratuito.
Los grandes consultorios médicos y los sistemas de salud suelen tener sus propias plataformas de telemedicina. En otros casos, su proveedor puede usar una plataforma disponible públicamente como FaceTime, Skype o Zoom. En cualquier caso, necesitará acceso a un ordenador portátil, una tableta o un teléfono inteligente, aunque para una conversación telefónica bastará con un teléfono fijo o un simple teléfono móvil.
Los teléfonos inteligentes con buenas cámaras pueden ser particularmente útiles en la telemedicina porque las fotos de alta resolución pueden ayudar a los médicos a ver ciertos problemas médicos con mayor claridad. Por ejemplo, una foto de una buena cámara de un teléfono inteligente suele proporcionar suficientes detalles para que un dermatólogo determine si un lunar requiere más atención, dijo Kvedar.
Las aplicaciones y las herramientas domésticas relativamente económicas permiten medir la presión arterial, el pulso, el nivel de saturación de oxígeno y el azúcar en sangre. Es una buena idea monitorear sus signos vitales y tener los números listos antes de comenzar una consulta virtual.
Tenga en cuenta que una visita remota no es adecuada para todas las situaciones. Por ejemplo, en caso de una lesión grave, un dolor de pecho intenso o una sobredosis de drogas, debe llamar al 911 o acudir a la sala de emergencias lo antes posible.
Las visitas virtuales tampoco se recomiendan en otros casos en los que el médico necesite ponerle las manos encima.
Wolfrom solo ha tenido unas pocas consultas personales este año, una de ellas con un podólogo que le revisa los pies cada 6 a 12 meses para detectar neuropatía relacionada con la diabetes. «Eso solo se puede hacer mientras se está en el consultorio y el podólogo está tocando y sintiendo los pies», dijo Wolfrom.
Las consultas en persona son generalmente mejores para los niños pequeños. Los niños a menudo requieren vacunas, y es más fácil para los doctores monitorear su crecimiento y desarrollo personalmente, dijo el Dr. Dan Vostrejs, un pediatra del Centro Médico de Santa Clara Valley en San José.
En general, la telemedicina es eficaz en los casos en los que generalmente se le enviaría a una clínica de atención urgente, como lesiones menores o síntomas similares a los de la gripe, incluyendo fiebre, tos y dolor de garganta.
También se utiliza cada vez más para los seguimientos posquirúrgicos. La telemedicina puede ser una bendición para los pacientes geriátricos o discapacitados con movilidad reducida.
Entre los principales usuarios de la telesalud se encuentran los especialistas médicos que tratan enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión, las enfermedades cardiovasculares y el asma, dijo el Dr. Peter Alperin, internista de San Francisco y vicepresidente de productos en Doximity, una especie de LinkedIn para los profesionales médicos.
Los proveedores pueden monitorear los signos vitales de los pacientes a distancia y discutir los resultados de laboratorio, la dieta, los medicamentos y cualquier síntoma en una videoconferencia o una conversación telefónica. «Si nota algo que está mal, puede llevarlo a su consultorio», dijo Alperin, y agregó que es «una mejor forma de triage».
Pero la telemedicina tiene algunas desventajas serias. Por un lado, el entorno menos formal puede permitir que algunas prácticas médicas rutinarias se salgan de control.
En el segundo trimestre de este año, la presión arterial se registró en el 70 por ciento de las visitas al consultorio médico en comparación con alrededor del 10 por ciento de las visitas de telemedicina, según un estudio publicado a principios de este mes.
Elsa Pearson, residente de Dedham, Massachusetts, tenía una cita médica programada para marzo, que se cambió a una llamada telefónica debido al cierre producido por la pandemia.
«Fue honestamente la consulta más eficiente que he tenido en mi vida», dijo Pearson, de 30 años. Pero, «Debo admitir que sin la presión de tener los laboratorios justo ahí cuando sale de la cita, aun tengo que hacerlos».
Tal vez el mayor obstáculo de la telesalud es la pérdida de una relación médico-paciente más estrecha y valiosa.
En un ensayo reciente, el Dr. Paul Hyman, un médico de Maine, reflexionó sobre los momentos en que un descubrimiento inesperado durante un examen en persona presuntamente había salvado la vida de un paciente: «El descubrimiento de un lunar irregular, una masa de tejido blando o un nuevo soplo —no olvido estos casos, y no creo que los pacientes tampoco—».
Bernard J. Wolfson es el editor en jefe de California Healthline, publicada por Kaiser Health News. Este artículo fue publicado por primera vez por California Healthline, un servicio de la Fundación para el Cuidado de la Salud de California.
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