Los funcionarios federales han advertido esta semana que es «un delito» falsificar las tarjetas de vacunación COVID-19 en medio de nuevas restricciones impuestas por varias ciudades importantes.
«Sabemos de algunos casos de fraude o falsificación de tarjetas COVID-19 que se anuncian en sitios de redes sociales y plataformas de comercio electrónico, aunque la práctica no está generalizada», dijo el coordinador para el COVID-19 de la Casa Blanca, Jeff Zients, durante una sesión informativa virtual de la Casa Blanca.
Zients añadió que «es un delito» y que la «Oficina del Inspector General del Departamento de Salud y Servicios Humanos está investigando estos ardides».
Anteriormente, el FBI y otras agencias federales dijeron que cualquiera que compre o venda tarjetas de vacunación falsas podría enfrentarse a sanciones.
El jueves, Zients dijo que el gobierno federal no tiene previsto crear una base de datos centralizada que contenga los registros de vacunación de los individuos.
«No habrá una base de datos federal de vacunación. Al igual que con el resto de las vacunas, la información se mantiene a nivel estatal y local», dijo. «Pero cualquier sistema que se desarrolle en el sector privado o en otro lugar debe cumplir normas clave, como la asequibilidad, estar disponible tanto en formato digital como en papel y, lo que es más importante, proteger la privacidad y la seguridad de las personas».
En los últimos días, cuando la ciudad de Nueva York y algunos países europeos anunciaron que obligarían a las personas a presentar pasaportes de vacunación en ciertos negocios a partir del próximo mes, se ha producido un aumento de tarjetas de vacunación falsas tanto en Estados Unidos como en la UE.
“Como un segmento de la población intenta evitar las nuevas medidas, la darknet reacciona al mercado real y así la demanda da lugar a ofertas”, dijo Dmitry Galov, investigador de la empresa de ciberseguridad Kaspersky, en una entrevista con el Wall Street Journal, refiriéndose a las tarjetas de vacunación falsas.
Y un portavoz del Departamento de Justicia dijo a los medios de comunicación, de manera similar, que «aunque no tenemos cifras definitivas, estamos viendo más de este tipo de ardides recientemente».
Benjamin Mason Meier, profesor de política sanitaria mundial en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, dijo que será difícil para las empresas o algunos organismos verificar si una tarjeta es real. Después de que las autoridades de la ciudad de Nueva York anunciaran la semana pasada que exigirán a los restaurantes, cafés, bares, teatros y gimnasios que verifiquen si un cliente está vacunado, no está claro cómo un pequeño negocio podría hacer cumplir esa norma y verificar que una tarjeta de vacunación es auténtica.
«Estados Unidos, a diferencia de la mayoría de los países que cuentan con sistemas electrónicos, basa su vacunación en una tarjeta de papel endeble», dijo. «Es necesario que haya políticas de rendición de cuentas para asegurarse de que todos los estudiantes actúan en el interés colectivo de todo el campus», dijo sobre las universidades.
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