En muchas partes del mundo, es habitual tener algo más que una opción binaria a la hora de votar. Países como Alemania, Argentina, Brasil, Francia, India, Irlanda, Italia, México y el Reino Unido llevan años adoptando sistemas multipartidistas. Sin embargo, Estados Unidos parece estar poniéndose lentamente al día con este modelo, especialmente a medida que el voto hispano gana protagonismo en las elecciones de 2024. ¿Podría un tercer partido ganarse a esta población votante crucial?
No soy el único que cree que un tercer partido podría ofrecer un ticket que los estadounidenses están deseando. De hecho, en una encuesta reciente de Gallup, el 63 por ciento de los encuestados apoyaba la idea de un tercer partido político. He oído a muchos reconocer que el concepto de un tercer partido responde a las preocupaciones que la mayoría de los votantes tienen con el panorama político actual.
Sin embargo, algunos demócratas prominentes afirman que una candidatura de este tipo podría atraer a un número significativo de votantes demócratas y actuar como aguafiestas en las próximas elecciones. En esencia, garantizaría la victoria de Trump. Contrariamente a estas preocupaciones, los resultados de la encuesta revelan que el 58 por ciento de los republicanos y el 46 por ciento de los demócratas apoyan la idea de un tercer partido.
Dicho esto, ninguno de los dos grandes partidos tiene totalmente asegurada la lealtad de los votantes hispanos. Las últimas elecciones sugieren que el Partido Republicano podría estar abriéndose paso, ya que Donald Trump captó sorprendentemente el 29 por ciento por ciento del voto hispano en 2016, una cifra que subió al 37 por ciento en 2020, y ahora se sitúa en un inédito 42 por ciento, según una reciente encuesta de The Washington Post. Sin embargo, la situación es más compleja de lo que parece.
Cuando se profundiza, el apoyo hispano a Trump se vuelve menos impresionante, ya que el 70 por ciento de los hispanos lo desaprueba.
Esto significa que una parte sustancial de sus votantes hispanos pueden no ser partidarios entusiastas. Del mismo modo, el 60 por ciento de los hispanos desaprueba al presidente Biden, lo que demuestra que tampoco han abrazado del todo al Partido Demócrata. ¿Es posible que un candidato de un tercer partido, de una organización como No Labels, sea la respuesta política que buscan los hispanos?
Una cosa es innegable: ningún partido puede permitirse ignorar el voto hispano. Los hispanos son el mayor grupo minoritario de Estados Unidos, superando al número de afroamericanos y asiáticos juntos. No solo está creciendo la población hispana, sino que su tasa de participación electoral también está aumentando rápidamente, con un salto de casi el 10 por ciento de 2016 a 2020.
A pesar de la innegable importancia de su voto, ninguno de los principales partidos ha abordado eficazmente las preocupaciones de los votantes hispanos. Por un lado, los hispanos a menudo se sienten demonizados por el Partido Republicano y, por otro, se sienten ignorados por los demócratas. Según una encuesta de Axios-Ipsos Latino, uno de cada tres votantes hispanos cree que ninguno de los dos partidos se preocupa realmente por su grupo demográfico. Un indicio convincente de la oportunidad de un tercer partido reside en el hecho de que los hispanos, en una proporción notablemente superior a la de la población general de EE.UU., se identifican como independientes.
Según Gallup, el 52 por ciento de los hispanos se identifica como independiente, frente al 42 por ciento de la población general.
Esto ofrece una vía prometedora para que algún candidato se asegure el apoyo hispano sin alinearse con los extremos del espectro político. No Labels, con su posicionamiento mixto y bipartidista, está preparado para aprovechar al máximo esta oportunidad. En la base del movimiento «No Labels» está el hecho de que la mayoría de los estadounidenses, incluidos los hispanos, consideran que ninguno de los partidos propone soluciones sensatas y pragmáticas.
Esto proporciona una vía prometedora para que un candidato se asegure el apoyo hispano sin enredarse en los extremos del espectro político. No Labels, con su enfoque interpartidista, no exige que los votantes abandonen su ideología política o sus afiliaciones a los principales partidos. Más bien ofrece al votante una candidatura que se adapta mejor a las necesidades del pueblo estadounidense.
No Labels puede diferenciarse dirigiéndose a los hispanos como estadounidenses en primer lugar y como hispanos en segundo lugar.
Esto significaría evitar lo que yo llamo «hispandering» y recurrir a intentos poco sinceros de conectar. Consideremos cómo ambos partidos han cortejado a los votantes hispanos con meteduras de pata que dan escalofríos, desde la ensalada de tacos de Trump el Cinco de Mayo hasta Jill Biden comparando la singularidad de los hispanos con los tacos de desayuno.
La mayoría de los hispanos se encuentran en el 50 por ciento medio del espectro político, sintiéndose alienados a medida que los dos grandes partidos se acercan más a los extremos. No es de extrañar que el 65 por ciento de los votantes hispanos califiquen de «mala» la calidad de los candidatos políticos de ambos bandos en los últimos años. Si los partidos Demócrata y Republicano siguen presentando candidatos que no son del agrado de la mayoría de los hispanos, puede que a No Labels le corresponda crear un nuevo hogar político para este influyente grupo demográfico.
El resultado está por verse. Lo que está claro es que los hispanos desempeñarán un papel fundamental en las próximas elecciones presidenciales. Su numerosa y creciente comunidad, combinada con su voluntad de votar en función de sus creencias y no de las líneas partidistas, les convierte en una fuerza a tener en cuenta. Mientras el mundo político especula sobre si los hispanos se alinearán con los republicanos o con los demócratas, puede que haya llegado el momento de que los medios de comunicación y los políticos se preparen para una nueva narrativa si los hispanos optan por un camino diferente.
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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