Un grupo de padres hispanos de California está alzando su voz de protesta contra la inseguridad escolar, la cual ha alcanzado picos alarmantes en el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD).
El LAUSD, ubicado al sur de California, es el segundo distrito escolar más grande de los Estados Unidos con cerca de 600,000 estudiantes. Actualmente, más del 70 por ciento de ellos son estudiantes hispanos. Sin embargo, hace unos años, el LAUSD llegó a tener hasta 750,000 niños hispanos dentro de su área.
Según algunos padres de Los Ángeles, las malas decisiones de la junta escolar llevaron a que los padres hispanos llevaran a sus hijos a escuelas chárter o cambiaran de distrito escolar. Esto empeoró en febrero de 2021, cuando la junta escolar del LAUSD votó a favor de quitar a la policía de todos los colegios del distrito.
La medida, que buscaba desfinanciar a la policía de L.A., eliminó casi el 35% de su presupuesto, equivalente a USD 25 millones. Esto generó que más de 133 policías escolares dejaran de cuidar las escuelas del distrito escolar.
El dinero fue luego redirigido al Plan de Rendimiento de Estudiantes Negros (BSAP) destinado a reducir la «sobreidentificación de estudiantes negros en suspensiones, disciplina y otras medidas», según la junta escolar. Kelly Gonez, presidenta de la junta escolar de LA, dijo que la decisión de quitar a los policías escolares se debía a que los estudiantes negros sentían un “daño intrínseco” cuando veían a los oficiales en los campus.
Sin embargo, para los padres hispanos, esta medida ha ocasionado un grave problema de inseguridad en las escuelas y comunidades.
“Esta decisión de la junta escolar fue un cheque en blanco para las pandillas y narcotraficantes”, dijo Juan José Mangandi, padre residente de Pico Union, un vecindario en el centro de Los Ángeles, a The Epoch Times. “Sin policías escolares, ya no hay la suficiente garantía de que nuestros hijos puedan tener un espacio seguro dentro de la escuela y en los vecindarios. Los niños se escapan de las escuelas y no pasa nada. Los niños llegan drogados a las clases y no pasa nada”.
Entre los incidentes más reportados dentro de las escuelas del LAUSD el año pasado, hubo más de 12,500 casos por riesgo de suicido, más de 5000 casos de peleas y agresiones físicas, más de 3500 de amenazas y más de 2000 de abuso de sustancias ilícitas.
Mangandi dijo que esto se ha salido de control, principalmente en Junior School y High School.
En noviembre de 2023, un joven hispano fue apuñalado tras una pelea entre estudiantes en la Polytechnic High School de Los Ángeles. Sin embargo, no hubo una respuesta inmediata para detener el altercado, ya que la policía escolar estaba impedida de trabajar. La escuela tampoco reportó el crimen al Departamento de Policía de Los Ángeles.
“Hoy cualquier niño puede llevar una cuchilla, una metralleta, o un arma, y nadie lo registra. A los jóvenes incluso se les ha dado el poder de maltratar a cualquiera, porque en las escuela les dicen que ‘son niños’”, añadió el padre.
Un personal no capacitado para enfrentar la inseguridad escolar
En reemplazo de los agentes de policía, el personal administrativo, incluso personal docente externo a las aulas, son los encargados de mantener la seguridad dentro del campus. Sin embargo, estas personas no están capacitadas para hacer el trabajo de un oficial de policía. Incluso el mismo personal teme separar las peleas entre alumnos o intervenir en los incidentes por miedo a perder sus credenciales o ser criticados y juzgados por el sindicato de maestros de Los Ángeles (UTLA).
“La realidad es que los maestros han perdido el control de las escuelas”, dijo el padre de origen mexicano. “En este momento, no hay una autoridad en las escuelas, y esto ha causado que los colegios se vuelvan muy anárquicos; por eso muchos padres están llevando a sus hijos a otro tipo de escuela”.
Mangandi, quien también es miembro de la Red de Padres por la Seguridad Escolar, dijo que las escuelas públicas tampoco abordan los problemas ni crean iniciativas para concientizar a los estudiantes sobre la violencia, las pandillas y el abuso de drogas, considerando el hecho de que la gran mayoría de comunidades en Los Ángeles son de nivel socioeconómico bajo.
“Los mismos estudiantes no quieren hablar sobre el tema porque tienen miedo de que los maestros los vayan a acosar, y también tienen miedo que las pandillas sepan que ellos están defendiendo a la policía”, añadió. “Es un clima muy, muy, muy, sombrío aquí”.
“Los maestros, especialmente los que son del UTLA, les dicen a los niños que no respeten a los policías, que la policía solo sirve para reprimir, para atacar, y para meter a los estudiantes a las cárceles juveniles”, dijo. “Están perfilando a los policías como criminales”.
Mientras tanto, la tasa de criminalidad en el distrito escolar de Los Ángeles se ha disparado en un 200% entre 2020 y 2023.
Los estudiantes hispanos son el segundo grupo demográfico que más inseguro se siente en las escuelas del distrito y sus alrededores, según una Encuesta sobre la Experiencia Escolar llevada a cabo por el LAUSD este año. Un 33 por ciento de hispanos dijo sentirse inseguro dentro de su escuela, mientras que un 42 por ciento de hispanos se sentía inseguro en el vecindario. Ambas cifras representaron un aumento del 6 por ciento y 5 por ciento, respectivamente, comparados con el 2022.
Tras la decisión de quitar a la policía escolar, se realizó una encuesta para saber la opinión de los estudiantes, el personal escolar, y los padres. Según Mangandi, cerca del 80% de los encuestados dijeron que querían de regreso a los agentes de policía.
“Nosotros nos acercamos al superintendente escolar del LAUSD y le dijimos que como padres, estábamos dispuestos a participar en la creación de un plan estratégico para un nuevo modelo de seguridad con la policía, y también contar con programas que permitan que los niños se dieran cuenta de que la violencia, las drogas, las pandillas no eran positivos”, dijo.
“Le hicimos muchas propuestas, pero lastimosamente los intereses políticos de algunos líderes en Los Ángeles hacen que solo vivan por los fondos”, añadió Mangandi.
“Los latinos estamos en el último lugar del avance y progreso en nuestras condiciones materiales y culturales en Los Ángeles y ellos simplemente siguen una agenda. Las consecuencias son la gran cantidad de niños que están muriendo por el fentanilo, la gran cantidad de niños que están siendo reclutados por las pandillas, la gran cantidad de niños que no quieren ir a la escuela porque tienen miedo a ser atacados porque ya no está la policía escolar”.
“La comunidad latina hispana se siente discriminada”
Para el padre californiano, la seguridad en el distrito se está manejando en base a intereses políticos e ideológicos y no en base a las necesidades de los niños, padres y de la comunidad hispana. “Creo que todo esto tiene que ver con los intereses políticos e ideológicos del Sindicato de Maestros de Los Ángeles, que básicamente está empujando una agenda anti-minorías, anti-latinos, porque no piensan en las verdades necesidades de nuestra gente y población”.
Asimismo, afirmó que los padres hispanos no se sienten escuchados por el LAUSD al tomar decisiones.
“La comunidad latina hispana se siente discriminada por ellos”, dijo. “El Sindicato de Maestros y la Junta Escolar están empujando un modelo que básicamente está destruyendo el tejido familiar de nosotros como latinos, nos está quitando nuestra identidad, y son los que más daño están haciendo a los latinos. Eso hay que decirlo con claridad”, añadió.
El padre, cuyo movimiento ciudadano ha congregado a cerca de 80 padres latinos de L.A. para tomar acción frente a las medidas de seguridad en los colegios, dijo que la comunidad latina debe movilizarse en grandes cantidades y hacer presión a los políticos y asambleístas para dejar un buen legado a sus hijos.
“La comunidad latina tiene que despertar”, dijo. “Hay un sentimiento muy importante entre los estudiantes hispanos, que es la incertidumbre. Ellos piensan: ‘¿Por qué vivo en estos barrios? Si hay barrios muy bonitos que salen en las películas, ¿por qué vivo aquí donde hay un fuerte olor a marihuana cada rato, donde hay peleas, donde la gente no se respeta, donde no hay valores?’”, dijo.
“Estos niños, generalmente cuando nacen aquí en Los Ángeles, parecen estar condenados a ser parte del mismo ciclo de drogadicción y violencia”, añadió.
The Epoch Times se contactó con el LAUSD y el UTLA para solicitar comentarios.
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