El Día Mundial de la Bondad, que se celebra anualmente el 13 de noviembre en muchos países de todo el mundo desde que fue introducido por el Movimiento Mundial de la Bondad en 1998, es un día para destacar las buenas acciones en la comunidad y para recordarnos a todos el poder positivo de la virtud de la bondad, el hilo común que nos une a todos; la bondad trasciende la raza, la religión, la política, el género y la ubicación.
Por este motivo, para nuestros lectores, el personal de The Epoch Times Inspired presenta este artículo «El poder de la bondad», que contiene dos relatos breves de la antigua China que destacan la virtud de la bondad, extraídos del programa titulado «Ancient Tales of Wisdom» de la red de radio Sonido de la Esperanza.
Lea los cuentos a continuación, y esperamos que se sienta inspirado en este Día Mundial de la Bondad:
La virtud es la naturaleza de la conciencia otorgada a los humanos por el cielo, y es el elemento más hermoso de la esencia de una vida humana. Por eso, lo más importante para un hombre es mantener la bondad y mejorar continuamente su moralidad.
A un verdadero caballero le gusta leer buenos libros y hacer buenas acciones. No solo eso, él también alentará y promoverá las acciones bondadosas en público y enseñará a otros a hacer lo mismo para que las personas mejoren y vivan en paz y prosperidad con base en los principios del cielo y el camino recto.
Por eso un antiguo refrán decía: «El verdadero caballero es el que trata a los demás con amabilidad». Hay innumerables ejemplos de personajes de la antigüedad que ofrecen consejos sobre acciones amables. Los siguientes son solo algunos.
En el Período de Primavera y Otoño (770 a.C.-476 a.C.), cuando Zilu, del estado de Lu, fue a ver a Confucio por primera vez, llevaba una pluma en la cabeza para mostrar su arrogancia y beligerancia. Pero después de escuchar a Confucio hablar sobre la virtud de la modestia, se sintió conmovido y por voluntad propia se puso la ropa de los estudiantes, y comenzó a aprender sobre la etiqueta de Confucio.
Mientras enseñaba cómo ser un caballero y un funcionario, Confucio dijo: «La lealtad es lo más importante para un caballero. Para un caballero, la valentía sin lealtad no tiene orden; para una persona mezquina, la valentía sin lealtad es un robo. Un caballero busca el camino a seguir, no la comida, y se preocupa por el camino a tomar, no por la pobreza. Un funcionario debe ser un buen ejemplo para los demás; nunca debe ser negligente en el trabajo duro y en el cuidado del pueblo».
Zilu acompañó a Confucio en su recorrido por los estados, promoviendo la ética, y su reino mental siguió trascendiendo. Fue fiel a su Maestro y devoto a su estado.
«Zilu siempre se alegró de aprender de sus errores y nunca dudó en corregirlos, y eso se llama ‘progreso'», lo elogió Confucio.
Más tarde, Zilu se convirtió en un importante funcionario del condado de Puyi. Tres años después de empezar a gobernar el condado con etiqueta y música, Puyi se convirtió en una tierra pacífica y próspera, y la gente era respetuosa con los demás. Confucio atribuyó todo esto a la amabilidad de su alumno.
Wu Qianjin de Shanyou en la dinastía Ming (1368-1644) era un hombre musculoso y agresivo. Como maestro de artes marciales, usaba sus rápidos puños contra cualquiera que se cruzara en su camino. Se apoderaba de las propiedades o el dinero de los demás a su voluntad, y todos le temían.
Un día de calor, subió a una terraza para refrescarse. Al verlo subir, las personas se aterrorizaron y desparecieron. Pero un anciano se quedó, él no tenía miedo.
Wu Qianjin dijo con tono dominante: «Todos se fueron menos tú, así que crees que no soy un maestro de artes marciales lo suficientemente bueno, ¿eh?».
«Estás completamente equivocado», respondió el anciano. «Tus padres te criaron con la esperanza de que fueras útil para tu nación. Eres un experto en artes marciales y, sin embargo, nunca piensas en cómo contribuir a tu país, por el contrario, te conformas con ser una escoria. ¡Qué pena! ¡Qué pena!».
Al escuchar las palabras del anciano, Wu Qianjin dijo con lágrimas de remordimiento: «Todos a mi alrededor decían que era una mala persona, así que me consideraba una mala persona. Tus palabras de hoy fueron como los sonidos de la campana de la mañana y el tambor de la tarde, que me despertaron de mi sueño. Pero he sido una mala persona por mucho tiempo, me pregunto si alguna vez podré convertirme en un verdadero caballero, incluso si lo quisiera. Es como una luna en eclipse: es difícil que vuelva a ser redonda».
El anciano dijo: «Si tomas en serio enmendar tu camino y empiezas a cultivarte y a ser una buena persona, no veo por qué no podrías hacerlo».
Desde entonces, Wu Qianjin cambió y empezó a trabajar por su país. Más tarde, se convirtió en subcomandante del ejército y fue muy respetado y alabado por su mando profesional y su amor al pueblo.
Un antiguo dicho decía: «Es humano equivocarse, pero corregir ese error es un acto de gran bondad».
Enseñar con virtud y cambiar con amabilidad puede inspirar a la gente a reflexionar sobre el verdadero significado de la vida humana y otras cuestiones relacionadas con la ética, la forma de mostrar amor a los demás y evitar perderse en la búsqueda del interés propio y los placeres.
El poder de la bondad es enorme, porque es omnipresente y capaz de cambiar el corazón de uno desde lo profundo. Guía a las personas en la búsqueda y en la práctica de la verdad, las conduce de nuevo a su conciencia, las anima a tomar buenas y correctas decisiones, y disuelve todo lo que es injusto.
A continuación puede escuchar este relato en inglés:
El relato de «El poder de la bondad», se transcribe y publica con el permiso de Sound of Hope Radio Network. Se publicó originalmente en Clearwisdom.net. Audio por Sound of Hope Radio Network. Copyright © 2012. Todos los derechos reservados.
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