WASHINGTON — Las autoridades prevén la asistencia de más de 250,000 invitados acreditados en la toma de posesión del presidente electo Donald Trump el 20 de enero y un número menor de manifestantes al previsto.
«Recomendamos a la gente llegar temprano debido a la magnitud de las multitudes que esperamos», indicó el jefe de la Policía del Capitolio de EE. UU., Thomas Manger, durante una conferencia de prensa sobre la ceremonia el 13 de enero, junto a la alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, y otras autoridades federales y locales.
La toma de posesión del presidente Joe Biden en 2021 fue limitada debido a las preocupaciones por la pandemia de COVID-19.
La investidura de Trump en 2017 atrajo entre 300,000 y 600,000 personas, según un experto en análisis de multitudes. El evento estuvo marcado por grandes manifestaciones.
Aunque la próxima toma de posesión tendrá protestas, no se espera que la asistencia sea tan alta como se pronosticó inicialmente.
Manger estima que entre 10,000 y 15,000 personas asistirán a la Marcha del Pueblo sobre Washington, una protesta programada para el 18 de enero en el Lincoln Memorial.
Manger informó que, según el permiso solicitado por una organización llamada We Fight Back, se estima la asistencia de 10,000 personas a sus protestas en el centro de Washington D.C. el día de la toma de posesión.
La jefa de la Policía Metropolitana, Pamela Smith, calculó que habrá una docena de manifestaciones el 20 de enero.
Señaló que se espera que la Marcha del Pueblo atraiga a «aproximadamente 25,000 personas o menos», destacando que será «el evento más grande» de este tipo programado.
Manger declaró a The Epoch Times que no hay indicios de que grupos extremistas —similares a los que protestaron contra la Convención Nacional Demócrata (DNC) en 2024— vayan a presentarse en Washington D.C. en los próximos días.
Una protesta violenta contra la DNC frente al consulado israelí de Chicago, organizada por el grupo anarquista «Behind Enemy Lines» (Tras las líneas enemigas) y la organización pro Hamás, Samidoun, resultó en decenas de detenciones, incluyendo numerosas personas vinculadas a la costa oeste.
«Estamos preparados para cualquier situación similar», afirmó Manger sobre la posibilidad de protestas semejantes.
«La mayor amenaza para todos nosotros sigue siendo el actor solitario», advirtió el jefe de la Policía del Capitolio.
El agente del FBI Dave Sundberg ofreció garantías sobre la seguridad para el día de la investidura, considerando los dos intentos de asesinato que Trump sobrevivió durante la campaña electoral.
«Actualmente no estamos siguiendo ninguna amenaza específica o creíble contra la ceremonia inaugural o el complejo del Capitolio», aseguró Sundberg a los periodistas.
Las autoridades indicaron que la toma de posesión es solo el más reciente de una serie de Eventos Nacionales Especiales de Seguridad (NSSE) locales.
Los dos eventos de seguridad anteriores fueron el funeral del presidente Jimmy Carter y la certificación de los resultados de las elecciones presidenciales de 2024, el 6 de enero.
Matt McCool, agente especial del Servicio Secreto de EE. UU. a cargo de la oficina de Washington, explicó que el vallado para el próximo NSSE complementará las vallas ya instaladas tras esos eventos.
«Se utilizarán más de 50 kilómetros de vallas antiescalada para la inauguración, más que en cualquier otro NSSE hasta la fecha», señaló McCool.
Agregó que los drones formarán parte de las actividades de su agencia.
«No se alarmen si ven estos recursos durante la inauguración o en los entrenamientos de los próximos días», indicó McCool.
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