La desesperante búsqueda de cadáveres en las morgues de Guayaquil continuaba este martes con denuncias de familiares que llevan esperando más de veinte días para conocer el paradero de sus seres queridos, sin que las autoridades puedan ofrecerles consuelo.
Se trata de decenas de fallecidos en hospitales de la ciudad y de cuerpos recogidos en domicilios por la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) que opera, bajo el mando de Jorge Wated, en toda la provincia de Guayas, de la que Guayaquil es capital, en medio de la crisis por la pandemia del coronavirus.
22 días de espera
Uno de los casos más extremos es el de Carlos Martillo, cuya madre, Rosa Elena Alvarado, falleció el 30 de marzo en el hospital Guasmo Sur y hasta la fecha no tiene noticias del cadáver.
«El día en que iban a entregarnos su cuerpo llegó un contingente de la Armada y desalojaron a todos. Desde ese momento no sabemos dónde está», denunció Martillo en declaraciones a Efe.
Según el certificado de defunción, Alvarado falleció a los 82 años por una «neumonía por coronavirus».
«Aún está ahí (en el hospital). Desde hoy comenzamos a sepultarlos», fue la última notificación que recibió la familia de la FTC el pasado 14 de abril.
Sin embargo, el nombre de la mujer no aparece en la página que habilitó el Gobierno para buscar a los fallecidos en Guayaquil en el marco de esta pandemia.
Alvarado forma parte de las imprecisas estadísticas que se han manejado este último mes y medio en la provincia de Guayas, donde el balance oficial cifraba este martes en 7108 los contagios de coronavirus y 238 los fallecidos.
Esos datos no incluyen a otros cerca de 8000 muertos que desde el 29 de febrero se han sumado a las estadísticas habituales (unos 2000 al mes) y que en marzo causaron el colapso absoluto de cementerios y servicios fúnebres, obligando a muchos sacar a las calles los restos mortales de sus familiares.
Y aunque la recogida se ha regularizado, aseguran las autoridades, para muchos el caos de los enterramientos continúa.
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En busca del abuelo
Wated, que contesta en persona a ciertos requerimientos que lo etiquetan por redes sociales, dio este lunes una respuesta parecida a Ivonne Morales.
«Está en el Guasmo, durante esta semana estaremos sepultando a este grupo», replicó el jefe de la FTC en referencia a una publicación que ella había hecho por redes sobre la desaparición del cuerpo de su abuelo.
Él fue uno de los cientos de cadáveres que Criminalística evacuó de los domicilios en las dos primeras semanas de este mes, tras permanecer varios días entre la familia.
«Mi abuelito murió el 1 de abril en casa de una tía y de ahí lo llevaron a los contenedores en el hospital Guasmo Sur. Cuando lo recogieron, los policías dijeron que se los llevarían a una fosa común y que ya no sabríamos nada de él. Sin embargo, el mayor que estuvo a cargo del levantamiento nos dijo que iría a Parque de la Paz», cuenta Morales a Efe.
En el cementerio han dicho a la familia que no hay registros de quienes ingresan desde ese centro médico, y «en el hospital, en cambio, dicen que tampoco saben nada».
«Ha sido todo un caos», se queja Morales sobre los veinte días de espera de alguna información, y teme que al final no sea el cuerpo de su «abuelito el que entierren».
«He escuchado a personas que encuentran los nombres de sus familiares en otros cuerpos», concluye la guayaquileña.
Estadísticas oficiales
Aunque allí no se constataron los primeros casos de contagio en el país, Guayaquil es la zona cero de la propagación de la pandemia en Ecuador, donde a día de hoy los datos oficiales elevan a casi 10,400 los contagios y 520 los muertos.
El Gobierno reconoce asimismo otros 902 decesos como «probables contagios», pero los otros casi 8000 casos «extra» constatados por el Registro Civil en Guayas quedarán como parte de unas estadísticas secundarias por la imposibilidad de saber las causas del fallecimiento.
La FTC dice haber recogido a más de 1.400 cadáveres de hospitales y centros médicos, y que ha enterrado a más de la mitad de ellos en un arduo proceso que requiere en muchos casos identificar a los fallecidos mediante técnicas forenses.
El caos en las calles
Pero el caos no se da únicamente en los enterramientos. También en las calles es notorio el desacato a las órdenes de permanecer en casa dictadas por el Gobierno, pese a que solo en Guayaquil se concentra el 51 % de todos los casos de contagio en el país.
El incremento del flujo vehicular y peatonal ha sido creciente con el paso de los días, a tal punto que, este lunes y martes, se aglomeraron largas filas de autos en el principal puente de ingreso a la urbe, casi como al de una jornada laborable normal.
«Vemos que los vehículos que están autorizados a salir lo están haciendo para realizar actividades normales, ajenas a lo permitido que es abastecerse de alimentos y medicinas», dijo el gerente de la Autoridad de Tránsito Municipal, Andrés Roche, al referirse al mal uso que la ciudadanía hace de los salvoconductos autorizados.
La inusual -para estos días- aglomeración en mercados, centros comerciales, farmacias y barrios populares de la ciudad, ha llevado al Gobierno a cambiar, por tercera vez desde iniciaron las restricciones el 16 de marzo, los salvoconductos.
«Es muy preocupante y peligroso el aumento de movilidad. En la última semana el incremento en Guayaquil es de 17,7 %. Si bajamos la guardia se perderán vidas», escribió en su cuenta de Twitter el presidente Lenín Moreno, en el que también publicó un vídeo con tomas del tráfico en la que es la Wuhan ecuatoriana.
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