Tras 23 días de incomunicación con el activista cubano José Daniel Ferrer, su esposa Nelva Ortega sigue exigiendo fe de vida y ahora lo ha reportado como desaparecido.
La también activista y promotora de Cuba Decide, Nelva Ortega Tamayo, dijo que el pasado jueves se dirigió a la prisión de Mar Verde donde Ferrer, activista de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), permanece preso desde el pasado 11 de julio, al intentar sumarse a las masivas protestas contra el régimen en el país.
“Luego de hacerme esperar por más de cuatro horas en el salón de espera, me trasladaron hacia la oficina del jefe de la prisión, el teniente coronel Pineda, y éste trató nuevamente de convencerme con la misma sarta de mentiras que la vez anterior, [pero] ante mi postura de la exigencia de fe de vida de mi esposo, me dejó allí custodiada por la policía”, dijo Ortega a través de un video enviado por la hermana de Ferrer, Ana Belkis Ferrer, a The Epoch Times.
Luego de esperar otra hora más, el jefe de la prisión se apareció con otro agente represor de nombre José, quien le enseñó un video “supuestamente de mi esposo en ese momento, del cual no pienso hablar porque es una burla”.
“Es totalmente una burla, es increíble que no me dejen ver a mi esposo, que no me dejen escucharlo a través de una llamada telefónica, que no haya visitas conyugales o no haya visitas familiares supuestamente por la postura según ellos que ha tomado mi esposo”, agregó.
La esposa de Ferrer señaló que por casi un año “han sido constantes y permanentes” las violaciones a sus derechos y libertades contra el activista.
“Piensan que vamos a aceptar como fe de vida un video. No. Están equivocados. Solamente de las propias palabras de mi esposo por las llamadas reglamentarias o frente a frente, él puede confirmar lo que está pasando. Por lo cual, vamos a seguir reportándolo como desaparecido”, señaló.
Ortega ya se había dirigido a la prisión a fines de junio para tener información de su esposo, sin embargo, dijo fue difícil conseguir cómo dirigirse hacia la cárcel, ya que los transportistas son amenazados por el régimen si se dirigen a la sede de la Unión Patriótica de Cuba.
En febrero de 2020 Ferrer fue condenado a prisión tras un juicio a puerta cerrada por un supuesto delito de lesiones contra otro hombre, cargo que sus familiares y colaboradores niegan. Tras seis meses encerrado, y en medio de fuertes presiones internacionales, en abril de 2020 se le conmutó la pena por una sanción de cuatro años y medio de detención domiciliaria.
Más de un año después, Ferrer fue encarcelado de nuevo al intentar unirse a las protestas masivas del 11 de julio del año pasado–las más grandes registradas en Cuba en décadas.
La ONG Prisoners Defenders informó que al menos 842 personas se encontraban a fines de 2021 en prisión en la isla por motivos políticos, en su mayoría por los hechos del 11 de julio.
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