Las cosas pueden volverse drásticamente horribles cuando automovilistas en China atropellan accidentalmente a peatones.
En 2011, un perturbador video viral se difundió desde la ciudad de Foshan, Guangdong, en el que una niña de 2 años apodada Yue Yue fue atropellada por dos vehículos. Ni los automovilistas ni los 18 peatones y ciclistas que pasaron por allí se detuvieron a ayudarla.
Aunque Yue Yue fue finalmente rescatada por un barrendero, no pudo sobrevivir por las heridas.
Aún más espeluznante es que algunos automovilistas en China prefieren matar al peatón en lugar de herirlo cuando ocurre un accidente de tráfico. Para asegurarse de que la víctima esté muerta, el conductor arrollará intencionalmente al peatón varias veces.
Este escandaloso fenómeno de “golpear para matar” fue investigado por el abogado de Nueva York Geoffrey Sant en un artículo publicado en Slate.
Según Sant, en los últimos años, las cámaras de circuito cerrado de televisión en toda China han estado grabando regularmente a automovilistas que acababan de atropellar accidentalmente a un peatón y que luego daban marcha atrás a propósito para matar a la persona herida.
Slate relató un incidente que ocurrió en abril de 2015, también en Foshan, Guangdong, donde una niña de 2 años fue atropellada por un BMW que llegó a toda velocidad a través de un mercado de frutas.
La abuela de la niña gritó: “¡Detente! ¡Atropellaste a una niña!”
El automovilista sin licencia del BMW se detuvo por un momento antes de dar marcha atrás para aplastar a la chica hasta matarla, no una vez, sino tres veces.
La conductora luego se bajó del automóvil y dijo: “No digas que yo conducía el auto. Di que fue mi marido. Podemos darte dinero”.
Cuando el caso fue llevado a los tribunales, la mujer afirmó que fue un accidente y fue sentenciada solo con dos a cuatro años de prisión.
Y en 2008, otro caso mostraba las imágenes de circuito cerrado de televisión de un Volkswagen Passat blanco yendo hacia atrás a alta velocidad para atropellar a una abuela de 64 años. El conductor, Zhao Xiao Cheng, manejó reiteradamente hacia adelante y hacia atrás por encima de la anciana, y luego la arrojó en el pavimento, donde fue arrollada al menos cinco veces.
Zhao estaba claramente decidido a matar a la abuela a la que acababa de atropellar. Más allá de toda previsión, no fue encontrado culpable de homicidio intencional.
El tribunal de Taizhou, en la provincia de Zhejiang, le dio crédito a la afirmación de Zhao de que había confundido a la abuela con una bolsa de basura, y lo condenó a solo tres años de prisión. Para compensar su ‘negligencia’, solo tuvo que pagar unos 70.000 dólares a la familia de la abuela.
Entonces, ¿por qué sucede esto?
Aparentemente, los automovilistas matan intencionalmente a los peatones que atropellan por temor a pagar costosas indemnizaciones, porque la ley china hace que sea más económico matar a una persona que herirla.
Según el sistema legal chino, el acusado tendrá que pagar una indemnización única de entre 30.000 y 50.000 dólares por matar a alguien en un accidente de tráfico.
Mientras que en casos que involucran lesiones graves, el acusado será considerado responsable de los gastos de por vida. El conductor tendrá que pagar por el cuidado de por vida del sobreviviente discapacitado.
“Es una situación muy triste. Y quiero dejar en claro que esto no es algo que sucede cada vez que ocurre un accidente. Pero es cierto que los conductores que atropellan a un peatón realmente regresan y los atropellan por segunda vez, o incluso por tercera vez, para asegurarse de que están muertos”, dijo Sant a la anfitriona de As it Happens, Carol Off.
¿Y qué hay de la indiferencia mostrada por los muchos transeúntes en el infame caso de la pequeña Yue Yue?
Según un artículo publicado por La Gran Época, en China hay un fenómeno en el que estafadores organizan falsas lesiones en las calles, o a propósito se arrojan sobre un automóvil en un intento por reclamar una compensación a los automovilistas desprevenidos.
Además, la trampa también está hecha para los transeúntes. Después de “caerse”, una buena persona puede querer ayudarlos, y entonces el estafador termina demandando a la persona que trató de ayudarlo, todo lo cual era parte de su plan.
Esto trajo aparejado el triste fenómeno de que los peatones ahora son reacios a ayudar por miedo a ser demandados.
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