Varios estados están desinvirtiendo sus fondos públicos de pensiones de China tras la creciente desconfianza pública hacia Beijing, pero miles de millones de dólares de jubilación siguen invertidos en la nación comunista.
Cuarenta y dos estados tienen al menos un fondo de pensiones público invertido en China o Hong Kong, según The Rubicón Report de Future Union, un grupo sin ánimo de lucro dirigido por el capitalista de riesgo Andrew King.
Cinco estados (Florida, Misuri, Indiana, Kansas y Oklahoma) están desinvirtiendo en China al menos 1200 millones de dólares en fondos de pensiones. En Illinois se ha presentado un proyecto de ley para desinvertir en naciones adversas, y el gobernador de Arizona vetó una medida similar.
El movimiento de desinversión se produce tras la preocupación de Estados Unidos ante los informes de ciudadanos chinos que intentan entrar en bases militares y comprar terrenos cerca de ellas.
En mayo, el presidente Joe Biden emitió una orden ejecutiva para impedir que MineOne, una empresa china de minería de criptomonedas, operara a una milla de la base aérea Francis E. Warren de Cheyenne, Wyoming. La base alberga misiles balísticos intercontinentales con armamento nuclear.
Según una encuesta del Pew Research Center publicada en mayo, más del 80 por ciento de los adultos estadounidenses ven a la China comunista de forma desfavorable, y el 43 por ciento tiene una opinión muy desfavorable.
El líder chino Xi Jinping recibe valoraciones igualmente negativas, según la encuesta.
El estudio revela que el 50 por ciento de los estadounidenses considera a China un competidor, mientras que el 43 por ciento considera al país un enemigo de Estados Unidos.
Incluso mientras algunos inversores estadounidenses se desvinculan de China, muchos Estados siguen invirtiendo dinero en el país porque no tienen en cuenta los riesgos de un sistema comunista “amañado”, declaró King a The Epoch Times.
Los gestores de inversiones estatales pueden buscar el mayor beneficio sin tener en cuenta que lo que parece bueno sobre el papel puede no ser una realidad cuando llegue el momento de cobrar una inversión, dijo.
“Si el [régimen chino] decreta o decide que no quiere devolverte tu dinero, adivina qué, no recuperas tu dinero”, dijo King.
Un escenario así podría ser devastador para los jubilados estadounidenses.
El Sr. King afirmó que la seguridad nacional es otra cuestión que los inversores deberían tener en cuenta.
Para invertir en empresas chinas de alto rendimiento que Beijing subvenciona, los inversores estadounidenses deben dar acceso a la propiedad intelectual y al software operativo en la mayoría de los casos, dijo.
“La contrapartida para acceder [a las inversiones chinas] significa que hay que renunciar a la tecnología”, afirmó.
El informe de Future Union (que examinó bases de datos públicas y privadas, como Crunchbase, Capital IQ y Private Equity International) se centra en los mayores fondos de pensiones estadounidenses que invierten en China.
En los últimos 36 meses, las pensiones públicas estadounidenses han invertido más de 68,000 millones de dólares en China, según el informe.
Algunos cuestionan la conveniencia de retirar las inversiones de China, la segunda mayor economía del mundo.
La National Association of State Retirement Administrators (Asociación Nacional de Administradores de Pensiones Estatales) dijo que no cree en las desinversiones ordenadas por los estados. Las órdenes de retirar dinero de empresas específicas deberían provenir únicamente del gobierno federal sobre la base de la seguridad o los intereses humanitarios de Estados Unidos, dijo el grupo.
Jason Isaac, miembro de la Texas Public Policy Foundation y director general del American Energy Institute, señaló que los pensionistas ya han perdido dinero en el inestable mercado inmobiliario chino.
Country Garden y Evergrande Group, empresas chinas de promoción inmobiliaria, perdieron cientos de millones de dólares de valoración en los dos últimos años debido al desplome del mercado inmobiliario en China, declaró Isaac a The Epoch Times.
“Así que tenemos bomberos, profesores y policías estadounidenses que están apoyando empresas chinas que se están hundiendo”, dijo.
Isaac dijo que el público necesita entender que China exige algo a cambio de la oportunidad de invertir.
Si las empresas estadounidenses quieren hacer negocios en China, están obligadas a compartir información y acceso al software operativo con el Partido Comunista Chino, explicó.
Esto provocó la aprobación de una ley federal firmada por Biden en abril que obligaba a ByteDance a vender TikTok o enfrentarse a una prohibición estadounidense.
Los estados que invierten en fondos medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés) tienen más probabilidades de invertir en empresas chinas porque grandes grupos de inversión como BlackRock suelen dar a las empresas chinas puntuaciones ESG más altas que a las estadounidenses, le dijo Issac a The Epoch Times.
Es necesario que más estados aprueben leyes para retirar de China sus inversiones en pensiones públicas y universidades, afirmó.
Alexander Gray, director financiero de American Global Strategies, una empresa de asesoría internacional, se mostró de acuerdo.
Las empresas chinas no están sujetas al mismo tipo de prácticas de contabilidad corporativa y supervisión financiera que se utilizan en los países occidentales, lo que supone un riesgo para los jubilados, afirmó.
“Creo que es peligroso confiar en un sistema tan fundamentalmente defectuoso para el sustento de las personas”, declaró Gray a The Epoch Times. Añadió que las acciones chinas contribuyen directamente a las capacidades militares y de vigilancia de China.
En 2019, el Sistema de Jubilación de Profesores del Estado de Nueva York y el Sistema de Jubilación de Profesores del Estado de California tenían participaciones en Hangzhou Hikvision Digital Technology, según informes de cable.
Hikvision es un fabricante estatal chino que suministra equipos de videovigilancia para fines civiles y militares.
Fue incluida en la lista negra del presidente Donald Trump porque supuestamente se benefició de la vigilancia de uigures en campos de detención en la región china de Xinjiang.
“Hemos tenido ejemplos de fondos de jubilación de empleados públicos estadounidenses que apoyan a la empresa nacional china de construcción naval que está construyendo la armada china que algún día podría estar matando a marineros estadounidenses en el Mar de China Meridional”, dijo Gray.
El verano pasado, la administración Biden emitió una orden ejecutiva que bloqueaba la inversión en sectores chinos específicos como la inteligencia artificial, los semiconductores y la computación cuántica.
En noviembre de 2023, la presión de los legisladores republicanos hizo que el Federal Retirement Thrift Investment Board, el principal fondo de pensiones del gobierno estadounidense, anunciara que dejaría de invertir en acciones cotizadas en Hong Kong y China.
Gray dijo que el gobierno federal debería hacer más para ayudar a los estados que intentan frenar al PCCh con una serie de políticas.
“Eso nunca es lo ideal cuando cada estado, que no suele tener la experiencia necesaria, está teniendo que resolver esto por su cuenta”, dijo.
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