En medio de las crecientes tensiones, mientras Kiev supuestamente prepara un asalto a Crimea y combate por mantener bajo su control Bajmut, Estados Unidos está transferiendo a Ucrania equipo militar por un valor de hasta USD 400 millones para ayudar a su defensa contra la invasión rusa, incluidos los sistemas de cohetes de alta movilidad, morteros y proyectiles anticarro, anunció el Departamento de Defensa el 3 de marzo.
«De conformidad con una delegación de autoridad del presidente [Joe] Biden, estoy autorizando nuestra 33ª retirada de armas y equipos estadounidenses para Ucrania desde agosto de 2021, valorada en 400 millones de dólares», dijo el secretario de Estado, Antony Blinken, en una declaración. «Este paquete de asistencia militar incluye más municiones para HIMARS y obuses proporcionados por Estados Unidos, que Ucrania está utilizando tan eficazmente para defenderse».
Los HIMARS son vehículos móviles lanzacohetes valorados en unos USD 4 millones cada uno y cada cohete individual cuesta unos USD 168,000. La administración Biden ha donado 20 de estos vehículos —fabricados por Lockheed Martin— al ejército ucraniano desde el comienzo de la guerra.
Biden está enviando a Ucrania 143 obuses —grandes cañones de artillería que recuerdan a la Segunda Guerra Mundial— a un costo de unos USD 5 millones la unidad.
También se incluyen en el paquete municiones de demolición y equipos para la limpieza de obstáculos, así como equipos de prueba y diagnóstico para apoyar el mantenimiento y la reparación de vehículos, piezas de repuesto y otros equipos de campo para ayudar a los ucranianos a mantener sus fuerzas en combate.
«Movilizando al mundo»
«Estados Unidos seguirá movilizando al mundo para apoyar a Ucrania», declaró el viernes la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre.
Aunque la comunidad internacional apoya ampliamente a Ucrania, hay signos de cansancio. El mes pasado, dos naciones —Malí y Nicaragua— votaron en contra de la resolución de las Naciones Unidas que denuncia a Rusia, a pesar de no haberlo hecho en marzo de 2022.
Estados Unidos ha cambiado el tipo de ayuda que proporciona a medida que avanza la guerra, ofreciendo armas que, según dijo, estaban prohibidas al principio de la guerra. Algunos países europeos también han prometido su apoyo aportando tanques, vehículos blindados, sistemas de artillería y munición.
Los críticos argumentan que el paquete de ayuda es inoportuno y muestra la actitud incauta de la administración Biden hacia la guerra.
«Armamento nuclear»
«El último paquete de armas llega cuando Estados Unidos está presionando a Ucrania para que lance una gran contraofensiva y funcionarios estadounidenses y ucranianos están discutiendo abiertamente ataques contra Crimea, una clara línea roja para Putin», dijo Dave DeCamp, editor de noticias de Antiwar.com.
«Cada nuevo paquete y cada día que pasa sin conversaciones de paz aumenta el riesgo de una escalada mayor que podría llevar a un choque directo entre la OTAN y Rusia, un escenario que sería catastrófico para el mundo entero», dijo DeCamp.
Este último paquete llega antes de la promesa del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, de retomar Crimea, la península meridional de Ucrania ocupada por Rusia, que los rusos se anexaron en 2014. Moscú considera la región parte de Rusia, y la mayoría de los habitantes de Crimea comparten esta opinión.
En septiembre, el presidente ruso Vladimir Putin dijo que respondería con un ataque nuclear «si hay una amenaza a la integridad territorial de Rusia». Funcionarios del Departamento de Estado y aliados noruegos han expresado su preocupación ahora que Crimea está en el punto de mira de Kiev, temiendo que Putin pueda desplegar una bomba nuclear táctica.
El general Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, repitió estas preocupaciones en una entrevista con Financial Times el mes pasado y dijo que la guerra tendrá que terminar en última instancia en la mesa de negociaciones.
«En este caso concreto, es contra un país grande y con armas nucleares. Así que hay que ser muy, muy consciente de la gestión de la escalada».
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