Estados Unidos desmintió el jueves una información según la cual China habría llegado a un acuerdo con Cuba para construir una instalación de vigilancia electrónica en la isla, situada a unos 160 kilómetros de Florida, un estado que es sede de instalaciones militares estadounidenses.
El portavoz del Pentágono, el general de brigada Pat Ryder, dijo que el Departamento de Defensa «no tiene conocimiento de que China y Cuba estén desarrollando ningún tipo de estaciones de espionaje por separado», pero que seguirá vigilando las relaciones entre los países.
«Ciertamente, nosotros sabemos que China y Cuba mantienen una relación de algún tipo, pero cuando se trata de las actividades específicas descritas en los artículos de prensa, reitero, sobre la base de la información que tenemos, eso no es exacto», dijo el portavoz a los periodistas.
La noticia del acuerdo de una base espía china fue publicada por primera vez por The Wall Street Journal, que citó a funcionarios estadounidenses anónimos familiarizados con información confidencial. En él se afirmaba que China había acordado pagar miles de millones de dólares por la instalación.
El viceministro cubano de Asuntos Exteriores, Carlos Fernández de Cossio, tachó la noticia de «información totalmente falsa e infundada», según una declaración emitida el jueves por el ministerio de Asuntos Exteriores cubano.
De Cossio percibió el artículo de prensa como una invención de funcionarios estadounidenses, refiriéndose a falsedades anteriores, citando como ejemplo a la supuesta presencia de tropas cubanas en Venezuela, que el gobierno cubano ha negado rotundamente.
«Todas ellas son falacias promovidas con la maliciosa intención de justificar el reforzamiento sin precedentes del bloqueo económico, la desestabilización, y la agresión contra Cuba y para engañar a la opinión pública de Estados Unidos y del mundo», dijo el viceministro cubano.
De Cossio declaró que no obstante los derechos soberanos de Cuba en materia de defensa, el país forma parte de la Declaración de América Latina y el Caribe, que rechaza toda presencia militar extranjera allí, incluida «la base militar que ocupa ilegalmente una porción de nuestro territorio nacional en la provincia de Guantánamo».
«La hostilidad de Estados Unidos contra Cuba y las medidas extremas y crueles que provocan daños humanitarios y castigan al pueblo de Cuba no pueden justificarse de ninguna manera», agregó el viceministro cubano.
Los dos gobiernos mantienen una tensa relación desde hace 60 años, que se volvió más hostil cuando el expresidente Donald Trump endureció las sanciones estadounidenses contra el régimen de la isla.
A continuación, el gobierno de Joe Biden suavizó algunas restricciones de viaje a la isla de régimen comunista. Sin embargo, Estados Unidos declaró el mes pasado que Cuba seguía en la lista de países que «no cooperan plenamente» en su lucha contra el terrorismo.
Preocupación por el supuesto acuerdo entre China y Cuba
Funcionarios estadounidenses expresaron su preocupación por el supuesto acuerdo entre China y Cuba sobre la instalación de una base de espionaje china, afirmando que permitiría a los servicios de inteligencia chinos obtener comunicaciones electrónicas del sureste de Estados Unidos, incluidos correos electrónicos, llamadas telefónicas y datos de transmisión por satélite.
Esto surge tras el descubrimiento de un globo espía chino que atravesó el territorio continental de Estados Unidos a principios de este año y que fue derribado por un avión caza estadounidense el 4 de febrero.
El representante Mike Gallagher (R-Wis.), presidente del Comité Selecto sobre China de la Cámara de Representantes, declaró que la «ardiente campaña diplomática con el PCCh [Partido Comunista Chino] por parte de Estados Unidos después del globo espía no ha hecho más que envalentonar la agresión del PCCh».
«Nosotros debemos dejar claro que, como dijo el presidente [John] Kennedy hace más de 60 años en vísperas de una crisis anterior en Cuba, ‘hay un camino que nunca elegiremos, y es el camino de la rendición o la sumisión'», afirmó Gallagher.
Según el senador Rick Scott (R-Fla.), un viejo crítico de China, las implicaciones del plan de Beijing son sombrías.
«Este movimiento de la China comunista presenta graves amenazas a la seguridad nacional de Estados Unidos que no pueden ser ignoradas. Todos los estadounidenses deberían indignarse. No se trata solo de espiar al Gobierno, que ya es bastante malo, sino de espiarles a ustedes, de ver sus correos electrónicos y sus datos», afirmó Scott en una declaración.
Con la colaboración de Eva Fu y Jackson Richman, e información de Reuters y The Associated Press.
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