El Departamento del Tesoro de Estados Unidos impuso el martes sanciones a varias compañías acusadas de utilizar ventas ilícitas de oro para ayudar a financiar al grupo mercenario ruso Wagner.
Fueron sancionadas cuatro empresas de la República Centroafricana (RCA), Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Rusia, anunció el Tesoro el 27 de junio, acusándolas de participar en transacciones ilegales de oro para financiar las operaciones de Wagner y ampliar las fuerzas armadas del grupo.
Una persona, Andrey Nikolayevich Ivanov, ejecutivo de Wagner, también fue sancionado por supuestamente facilitar negocios de minería y armas en Mali en nombre del jefe de Wagner, Yevgeny Prigozhin.
«Las sanciones del Tesoro desbaratan a actores clave de la red financiera y la estructura internacional del Grupo Wagner», dijo en una declaración el subsecretario del Tesoro para Terrorismo e Inteligencia Financiera, Brian E. Nelson.
Las cuatro empresas objeto de las sanciones estadounidenses en las acciones del martes son: Midas Resources SARLU (Midas) y Diamville SAU (Diamville), con sede en la República Centroafricana; Industrial Resources General Trading (Industrial Resources), con sede en Dubai; y la sociedad de responsabilidad limitada DM (OOO DM), con sede en Rusia.
El Tesoro sostiene que Wagner, actuando como fuerza militar delegada del Kremlin, ha cometido abusos generalizados contra los derechos humanos y se ha apropiado de recursos naturales en múltiples países africanos.
«El Grupo Wagner financia sus brutales operaciones en parte mediante la explotación de recursos naturales en países como la República Centroafricana y Malí», declaró Nelson.
«Estados Unidos seguirá apuntando a las fuentes de ingresos del Grupo Wagner para degradar su expansión y violencia en África, Ucrania y cualquier otro lugar», añadió el subsecretario del Tesoro.
La embajada rusa en Washington no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios sobre las sanciones.
Además de librar algunas de las batallas más sangrientas en Ucrania en lo que el Kremlin denomina una «operación militar especial», las fuerzas de Wagner han luchado en Libia, Siria, la República Centroafricana y Mali, entre otros países.
En enero, Estados Unidos designó a Wagner como organización criminal transnacional responsable de abusos generalizados contra los derechos humanos, y el Kremlin acusó a Washington de haber «demonizado» infundadamente al grupo.
Recientemente, Wagner volvió a ser el centro de atención después de que sus fuerzas abandonaran Ucrania y marcharan hacia Moscú en un acto de rebelión contra los altos mandos militares rusos.
Los inicios de Wagner
El Grupo Wagner, conocido oficialmente como PMC Wagner, o Compañía Militar Privada Wagner, es una organización paramilitar rusa identificada por primera vez en 2014, cuando respaldó a los separatistas prorrusos en el este de Ucrania.
Aunque las empresas militares privadas son técnicamente ilegales en Rusia, Wagner ha operado con respaldo estatal. Algunos medios afirman que el turbio estatus legal del grupo le ha permitido operar con negación pausible como brazo armado no oficial del Kremlin en misiones delicadas en el extranjero.
En 2012, cuando era primer ministro, el presidente ruso Vladimir Putin declaró ante la Duma rusa que apoyaba la creación de empresas militares privadas como herramientas de influencia rusa en el extranjero.
En noviembre de 2022, Wagner abrió una oficina en San Petersburgo, donde Putin fue alcalde y Prigozhin regentaba un restaurante que Putin solía frecuentar.
La inteligencia británica indicó que en diciembre de 2022, Wagner se había registrado formalmente como una entidad legal, con un registro estatal ruso que mostraba que el grupo decía que su actividad principal era la «consultoría de gestión», sin ninguna mención a los servicios de combate.
La empresa debe su nombre al antiguo indicativo «Vagner» de Dmitry Utkin, un excomandante ruso de los Spetsnaz (los comandos de fuerzas especiales de élite militares y policiales de la actual Federación de Rusia), a quien se considera el fundador del grupo, aunque no está claro si fue él quien realmente lo creó o si solo fue un testaferro, según el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.
El propio Utkin, junto con operativos de Wagner, participó en operaciones rusas en Ucrania en 2014, el año en que Rusia tomó Crimea.
Desde su fundación, Wagner ha crecido considerablemente y ha operado en la República Centroafricana, Mali y Siria, entre otros países.
Wagner en Ucrania
En medio de la invasión rusa de Ucrania, las fuerzas de Wagner han proporcionado al Kremlin un apoyo clave, realizando gran parte de los combates más intensos en la región de Donbass y sufriendo importantes bajas en la lucha por Bakhmut.
«Es casi seguro que Wagner comanda ahora 50,000 combatientes en Ucrania y se ha convertido en un componente clave de la campaña de Ucrania», declaró en enero el ministerio de Defensa británico.
Sin embargo, en el transcurso del conflicto en Ucrania, el jefe de Wagner ha mantenido disputas con los altos mandos militares rusos, acusándoles de privar a las fuerzas de Wagner de armas y suministros, y más tarde alegando que ordenaron ataques aéreos contra el grupo mercenario.
El punto culminante fue una acusación que Prigozhin hizo el 23 de junio en un post de su canal de Telegram contra el ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, a quien el jefe de Wagner acusó de «destruir» a sus combatientes y llamó a un motín armado.
Aliado de Putin desde hace tiempo, el líder del Grupo Wagner no apuntó al presidente ruso en sus ataques contra los líderes militares rusos.
«Prigozhin afirmó que el Consejo de Comandantes de Wagner tomó la decisión de detener ‘el mal traído por la cúpula militar’ que descuida y destruye la vida de decenas de miles de soldados rusos», afirma un análisis del Instituto para el Estudio de la Guerra.
El líder de Wagner prometió «ocuparse» de quienes destruyeron a los soldados rusos y regresar a Ucrania después de restablecer la justicia.
«Prigozhin también acusó en particular al ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, de planear personalmente una operación para destruir a Wagner y afirmó que 25,000 efectivos de Wagner están preparados para actuar», añadió el Instituto.
El jefe de Wagner publicó más tarde en su canal de Telegram que no había «golpe», sino solo una «marcha por la justicia».
El viernes y hasta el sábado, los soldados de Wagner pusieron sus miras en Moscú tras tomar durante la noche la ciudad de Rostov del Don, en el sur de Rusia.
Los militares rusos les dispararon desde el aire y bloquearon las carreteras, pero hicieron poco para frenar su rápido avance.
Los cargos de Wagner provocaron la reprimenda de Putin, quien en un discurso calificó la rebelión armada de traición y prometió castigar a sus líderes.
Pero el sábado, en un sorprendente cambio de postura, la Oficina del presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, anunció que Prigozhin había accedido a rebajar la tensión en un acuerdo de amnistía en el que, al parecer, había mediado el propio Lukashenko.
Más tarde, Prigozhin anunció que las fuerzas de Wagner detendrían su avance sobre Moscú para evitar un derramamiento de sangre.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo después que se retirarían los cargos contra Prigozhin y que sería enviado a la vecina Bielorrusia como exiliado.
Putin declaró en sendos discursos el lunes y el martes que la rebelión de Wagner era una traición y ponía en riesgo una «guerra civil», aunque elogió a los combatientes por su valor en el campo de batalla y sus logros en Ucrania.
El líder ruso les ofreció la opción de trasladarse a Bielorrusia, integrarse en el ejército regular ruso o simplemente volver a casa con sus familias.
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo click aquí
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.