Las autoridades estadounidenses han anunciado la imposición de sanciones a un buque ruso y a dos ciudadanos rusos implicados en el gasoducto Nord Stream II, al que se opone el gobierno de Biden por temor a que pueda ser aprovechado, por Moscú, para convertir en herramienta de presión el suministro de energía contra los aliados europeos.
El secretario de Estado, Antony Blinken, dijo en una declaración emitida el 20 de agosto que se ha presentado un informe al Congreso que enumera las entidades rusas que serán sancionadas en virtud de la Ley de Protección a la Seguridad Energética de Europa (PEESA), de 2019.
Si bien los detalles del informe no se han hecho públicos, Blinken dijo que el barco que figura en el informe, junto con otro barco ruso involucrado en el proyecto Nord Stream II, sería designado como propiedad bloqueada, elevando a siete personas y 16 buques el número total de entidades sancionadas, bajo las reglas de PEESA, por su participación en el proyecto.
“Incluso mientras la Administración continúa oponiéndose al gasoducto Nord Stream II, incluso a través de nuestras sanciones, continuamos trabajando con Alemania y otros aliados y socios para reducir los riesgos que plantea el gasoducto para Ucrania y los países de primera línea de la OTAN y la UE y para impedir que Rusia ejecute actividades malisiosas, incluso en la esfera de la energía”, dijo Blinken en un comunicado.
El anuncio se produce después que el presidente Joe Biden emitiera el viernes una orden ejecutiva que permite imponer sanciones con respecto a «ciertos proyectos de gasoductos rusos».
En una carta a la presidente de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi (D-Calif.), Biden escribió que la orden ejecutiva “responde a ciertos proyectos de oleoductos rusos destinados a expandir la influencia de Rusia sobre los recursos energéticos de Europa, los cuales debilitarían la seguridad energética europea, incluida la de Ucrania y el flanco oriental de los países de la OTAN y la UE, y por lo tanto amenaza la seguridad nacional, la política exterior y la economía de Estados Unidos».
Ucrania se opone al proyecto Nord Stream II, debido a que le preocupa que Rusia pueda usarlo como un arma en su contra. Las relaciones entre Ucrania y Rusia colapsaron después de la toma de Crimea por parte de Moscú en 2014 y por el apoyo ruso a las fuerzas separatistas que luchan contra las tropas ucranianas en la parte oriental del país. A Kiev también le preocupa perder las tasas de las que se beneficia como punto de tránsito del gas ruso que fluye hacia Europa.
El proyecto de USD 11,000 millones, que duplicaría la capacidad de Nord Stream para enviar gas natural del Ártico ruso a Alemania, está casi completo, con solo 14 kilómetros por construir, dijo el viernes el presidente ruso Vladimir Putin.
Putin hizo las declaraciones después de reunirse con la canciller alemana, Angela Merkel, en Moscú, el viernes. Los dos líderes están decididos a finalizar el gasoducto a pesar de la oposición de Estados Unidos.
Con información de Reuters.
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