Los estadounidenses deben estar atentos y ejercer su derecho a la libertad de expresión para oponerse al control social que han acelerado los gobiernos de todo el mundo durante la pandemia del COVID-19, o la nación puede caer en una «dictadura científica», según Patrick Wood, director y fundador de Citizens for Free Speech.
En declaraciones al programa «Crossroads» de EpochTV, Wood dijo que prevé que Estados Unidos y el mundo entero se comporten como el Partido Comunista Chino (PCCh) si se elimina la libertad de expresión.
«La libertad de expresión es el único antídoto contra lo que estamos viendo en el mundo hoy, para oponerse a ello, para resistirlo», dijo Wood. «El día en que la libertad de expresión sea completamente aplastada —y creo que eso sería en el caso de China, está bastante bien abatida allí con seguridad— será el día en que veamos al mundo entero comportarse como lo hace China ahora mismo en términos de desaparición de personas, ya sea individualmente o en masa, ya que eso es, ya sabes, cuestiones genocidas más grandes de simplemente deshacerse de la gente que no te gusta».
Wood se refería a la detención masiva de la población uigur en la región noroccidental china de Xinjiang. El Tribunal Uigur, un tribunal popular independiente con sede en Londres, dictaminó el 9 de diciembre que el régimen chino ha cometido un genocidio contra los uigures y otras minorías musulmanas de la región.
La libertad de expresión siempre ha sido un elemento natural de resistencia a la tiranía, dijo Wood, señalando que, aunque la tiranía no tiene capacidad para retroceder por sí misma, la libertad de expresión puede resistir a la tiranía.
«Sin la libertad de expresión, puedo decir esto con certeza (…) estaríamos acabados como nación, como pueblo, como se acabaría la libertad», dijo Wood. «Se acabaría todo lo que sabemos sobre el modo de vida americano. Y caeríamos en una dictadura científica absoluta».
«Tenemos que estar realmente atentos hoy en día, y en mi opinión, la gente tiene que levantarse, hablar, sentarse a la mesa en sus comunidades locales y demás y empezar a oponerse a estas cosas».
«Si no podemos hablar ahora, nunca podremos hacerlo, si la tiranía cae realmente sobre nosotros como una plaga», añadió.
Wood también afirmó que los que están trabajando para inculcar un sistema de control social total y están aplicando políticas duras en nombre de la «salud pública», no son los líderes del gobierno, sino la gente «que está detrás de ellos» que están «alimentando las políticas que se están aplicando en la sociedad».
«Por ejemplo, cuando el [ex] presidente [Donald] Trump salió o cuando el presidente [Joe] Biden salió, quién está a su lado, sino el Dr. Anthony Fauci, y tal vez algunos de sus colegas. Y usted dice, bueno, ¿estas políticas de COVID salieron de la cabeza de Biden o de la cabeza de Trump? No, no tienen experiencia en eso. Salieron de la mente de los tecnócratas», afirmó Wood, refiriéndose a la tecnocracia, un movimiento político-económico que comenzó a principios de la década de 1930 en la Universidad de Columbia en Nueva York.
El concepto de tecnocracia parte de la base de que el precio no puede utilizarse para controlar la abundancia de bienes porque disminuye con el aumento de la abundancia. Por lo tanto, hay que utilizar un método científico para equilibrar la producción y la distribución, según una edición de 1937 de la revista The Technocrat.
«Quien tiene el verdadero poder aquí, ya no es el sistema político», continuó Wood.
Wood dijo anteriormente a «Crossroads» de EpochTV que la idea de la tecnocracia fue introducida en la China comunista en la década de 1970 por Zbigniew Brzezinski, politólogo, cofundador de la Comisión Trilateral y asesor de seguridad nacional del presidente Jimmy Carter.
Eso provocó una mezcla del PCCh y del comunismo en general con «este sistema tecnocrático de gestión social, de gestión total de la economía y de la gente», explicó Wood en su momento.
«Si se mira más profundamente se ve que hay un grupo de personas, un núcleo de ingenieros y científicos, que están trabajando para utilizar la alta tecnología para capturar a toda la sociedad, a todas las personas que la componen, y para controlar e ingeniar el sistema económico».
«Estas gigantescas empresas de alta tecnología que están llenas de tecnócratas, han capturado el gobierno para sus propios fines, pero cuando ese propósito se complete, los gobiernos del mundo no tendrían ningún sentido para estas personas. Serían los primeros en ser traicionados, en mi opinión».
Con información de Ella Kietlinska.
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