John Vecchiarello se preparaba para ir al hospital por apendicitis cuando se enteró que su hijo tuvo una fiebre repentina. Su exesposa, que se suponía que lo llevaría al hospital, llamó para avisar que tenía que llevar a su hijo al pediatra urgentemente. Entonces Vecchiarello recibió la noticia de que su hijo estaba enfermo con COVID-19.
Hasta entonces, además de seguir las reglas de distanciamiento social, Vecchiarello no había pensado especialmente en el virus del PCCh (Partido Comunista Chino) que se había convertido en una pandemia. Pero este golpe directo en su casa, impulsó a Vecchiarello a entrar en acción.
Comenzó a hacer toda la investigación que pudo; quería saber qué se estaba haciendo con el virus y qué podía hacer personalmente por su hijo.
Cuanto más leía, más se daba cuenta que esto empezó en China y podría haber sido contenido si las autoridades hubieran actuado adecuadamente.
Recordó haber leído la noticia de que el Berman Law Group estaba demandando a China por el mal manejo del virus, también llamado el nuevo coronavirus, en una demanda colectiva, y Vecchiarello pensó en unirse.
«Me acerqué, respondieron a todas mis preguntas y me sentí muy confiado de que eso era lo que quería hacer», dijo Vecchiarello, que vive en el área de Nueva York.
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«Cuando empecé a averiguar más sobre China, donde había comenzado el brote, quería que se los haga responsables», dijo. Vecchiarello se molestó al descubrir lo pronto que se había expandido el virus y que el PCCh había silenciado a los médicos en lugar de contener el brote. «En realidad no hay mucho más que pueda hacer como padre. Soy bastante impotente y no soy médico».
«Realmente quiero que China se haga responsable de esto. Quiero que esto sea algo que no vuelva a suceder. Si se podía prevenir, entonces quiero que se prevenga el problema en el futuro», dijo.
El hijo de Vecchiarello se está recuperando y sus síntomas ya son leves, pero ha cambiado la perspectiva de Vecchiarello sobre el virus del PCCh. Dijo que antes de que su hijo se enfermara de COVID-19, salía con una mascarilla. Ahora se pone un traje Tyvek completo.
Vecchiarello dice que es obvio el porqué las densas áreas urbanas están siendo golpeadas con más fuerza, pero espera que la gente de los pueblos más pequeños, incluso de las áreas rurales, tomen serias precauciones también. «Cincuenta casos pueden convertirse en mil en muy poco tiempo», dijo.
El PCCh «debe considerarse como el responsable»
El Berman Law Group presentó una demanda colectiva el 12 de marzo, solicitando daños y perjuicios al PCCh por el mal manejo del brote. Es un esfuerzo transcontinental en el que Berman Law Group, con sede en Florida, se asocia con Lucas Compton de Washington en la demanda.
En el plazo de dos semanas, el grupo estaba recibiendo cerca de 10,000 solicitudes de todo el país de ciudadanos que querían participar, así como de abogados y ciudadanos de otros países que querían presentar su propia demanda colectiva contra China. Han creado un sitio web, DemandChinaPay.org.
Debido a que el PCCh retuvo información, ha infringido el acuerdo del Reglamento Sanitario Internacional que lo obliga a notificar oportunamente a la Organización Mundial de la Salud las emergencias de salud pública de interés internacional.
«Decidieron silenciar a los médicos que iban a hablar de ello, y como resultado, en un esfuerzo por proteger sus propios intereses económicos, y con sus incumplimientos comerciales y de bioterrorismo, han desencadenado esto en el mundo y se les debe hacer rendir cuentas, se les debe hacer pagar», dijo Jeremy Alters, el principal estratega y portavoz no jurista de la demanda de Berman Law Group.
«La población estadounidense y la de todo el mundo están sufriendo enormemente. Nuestra economía está devastada, las economías de todo el mundo están devastadas, y no estamos en condiciones de decir simplemente ‘¿Sabes qué? Es China, son una superpotencia mundial, vamos a dejarlos ir’. Estamos en posición de hacer responsable a esa superpotencia por lo que ha hecho. Y tenemos la intención de hacerlo de cualquier manera que podamos a través de esta demanda», dijo Alters.
«Estamos sentados aquí viendo en la televisión lo que está pasando en Nueva York», dijo. «Donde los doctores y enfermeras están usando bolsas de basura —¡bolsas de basura!— para tratar de protegerse de este virus, porque no tenemos máscaras, y no tenemos batas, y no tenemos protectores faciales. ¿Pero por qué no los tenemos?».
Señala el hecho de que China nacionalizó las corporaciones que fabrican tales productos hace semanas y, sin embargo, no está ayudando a resolver el problema que creó. Estos son los tipos de preguntas que la demanda ayudará a responder.
George Sorial, socio de Lucas Compton, dice que el apoyo del Congreso y su personal ha estado creciendo. Espera que este caso se convierta en algo que unifique a los Estados Unidos. El representante Lance Gooden (R-Texas) está presentando un proyecto de ley que abrirá a China al litigio en los tribunales americanos.
«Nunca en mi vida he visto sufrimiento y lucha a este nivel», dijo. «Mira lo que está pasando ahora mismo, hay un nivel de ansiedad y sufrimiento —sufrimiento emocional, sufrimiento económico— sin precedentes simplemente porque el gobierno de China falló».
Una vida de servicio
Raymond Bodine, en Texas, perdió recientemente a su tía anciana Lenora, después de que diera positivo en el test de COVID-19. Lenora vivía en un asilo con su hermana gemela, Lauretta, que tiene demencia pero que sabe que su hermana se ha ido.
Las gemelas se habían mudado a un asilo en el estado de Washington a finales de 2018. El 5 de marzo de 2020, el centro llamó a Bodine para pedirle permiso para hacerles pruebas a sus tías de COVID-19. Lenora tenía fiebre y se negó a la prueba, y Lauretta se mostró asintomática pero la prueba dio positivo el 10 de marzo. Lenora dejó de hablar y luego en sus últimos días dejó de comer. Después de su muerte el 23 de marzo, el médico forense del condado hizo la prueba y confirmó que era positiva para COVID-19.
Recientemente, Bodine habló con su tía Lauretta, quien le dijo: «Me siento bien, cariño».
«Hablando con ella la noche que Lenora falleció, ella tuvo una lucidez fabulosa», dijo Bodine, quien añade que sus tías tienen 87 años. «Porque incluso hablando con ellas hace un año, estaban listas para ir con el Señor cuando fuera el momento, porque tienen fe, son muy firmes en eso».
Bodine está muy esperanzada de que la demanda traiga consigo documentos e información, si China cumple, que podrían dar luz a una crisis que está dejando a muchos en la oscuridad. Sus tías fueron monjas y maestras católicas y vivieron una vida de servicio, y él quiere honrar la memoria de su tía ayudando a jugar un papel para traer al mundo la verdad.
«China no informó todo lo que probablemente podrían haber revelado en diciembre, enero, cuando comenzaron a luchar contra el [virus], dijo Bodine. «Mi corazón me movió hacia adelante para llegar a la verdad… Solo tengo esperanza en la verdad».
Janita Kan contribuyó a este informe.
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