Estadounidenses recibirán tarjetas de registro tras vacunarse contra COVID-19

Por Charlotte Cuthbertson
03 de diciembre de 2020 6:51 PM Actualizado: 03 de diciembre de 2020 6:51 PM

WASHINGTON — El Departamento de Defensa confirmó el 2 de diciembre que, probablemente, se distribuirán 20 millones de dosis de una vacuna COVID-19 a finales de este mes.

Los estadounidenses que sean vacunados recibirán una tarjeta de registro de la vacuna COVID-19, que también servirá como recordatorio para su próxima dosis, dijeron las autoridades. Las vacunas, actualmente bajo aprobación, requieren dos dosis.

Tres fabricantes de vacunas han solicitado una autorización de uso de emergencia ante la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), entidad que se reunirá el 10 de diciembre para revisar la primera solicitud de Pfizer. El Reino Unido aprobó la vacuna Pfizer para su uso el 2 de diciembre.

La FDA aceptará la solicitud de Moderna el 17 de diciembre.

El comisionado de la FDA, Dr. Stephen Hahn, dijo en julio que su agencia daría luz verde a una vacuna siempre que sea segura y tenga, al menos, un 50 por ciento de efectividad. Los fabricantes de vacunas han afirmado, hasta ahora, que sus productos tienen una eficacia superior al 94 por ciento.

Tras la aprobación de la FDA, «la distribución al pueblo estadounidense se hará de forma inmediata en un plazo de 24 horas. Ese es nuestro objetivo», dijo el general del ejército Gustave Perna, jefe de operaciones de la Operación Warp Speed, en una conferencia de prensa el 2 de diciembre.

El secretario de Salud y Servicios Humanos, Alex Azar, alentó a los estadounidenses a informarse sobre las vacunas y su proceso aprobación.

«Estos productos de vacunas se evaluarán con el mismo rigor que los estadounidenses pueden esperar cuando se trata de cualquier otra vacuna o medicamento que sea revisado por la FDA», dijo.

Las vacunas no están sujetas a los mismos controles que los medicamentos farmacéuticos, que deben pasar por el proceso científicamente más riguroso de estudios doble ciego, los cuales implican el uso de un placebo. En cambio, las vacunas se prueban generalmente contra otra vacuna y para su validación no se comparan con un grupo no vacunado.

Los fabricantes de la vacuna COVID-19 son inmunes a la responsabilidad por cualquier lesión que sus vacunas puedan causar, sin embargo, Salud y Servicios Humanos tiene un sistema de notificación voluntaria de lesiones.

Los funcionarios dijeron que esperan distribuir 20 millones de dosis en diciembre, 60 millones en enero y 100 millones en febrero.

Los artículos que se proporcionarán con las vacunas COVID-19 se exhibirán en la sede de la Operación Warp Speed, en Washington, el 13 de noviembre de 2020. (EJ Hersom/DOD)

Uso obligatorio

Algunos estados están considerando la posibilidad de hacer que la vacuna COVID-19 sea obligatoria, o, al menos, implementar medidas punitivas que hagan que sea difícil evitarla, mientras que algunas empresas comenzarán a exigir a los clientes que presenten una prueba de vacunación para que puedan recibir el servicio.

El sitio web de entradas para conciertos TicketMaster anunció, en noviembre, que está trabajando en una tecnología que permitiría a los organizadores de eventos exigir a los clientes que presenten una prueba de vacunación, un resultado negativo de la prueba u otros métodos de verificación aprobados antes de entregar las entradas.

En Australia, el director ejecutivo de la principal aerolínea del país, Qantas, dijo el 30 de noviembre que los pasajeros de la aerolínea tendrían que demostrar que habían sido vacunados contra el virus. Alan Joyce dijo que ha estado hablando con «colegas de otras aerolíneas de todo el mundo» y que la regla de vacunación obligatoria será «un tema común en todos los ámbitos».

Las aerolíneas y los gobiernos de todo el mundo están trabajando en la tecnología y la logística integrales necesarias para implementar un «pasaporte de vacunación» electrónico que certificará qué vacunas ha tenido un viajero y si eso es aceptable para el país al que viaja la persona.

«Las aerolíneas y los gobiernos están trabajando en esto mientras hablamos», dijo Joyce a «A Current Affair» de la cadena Nine.

En Dinamarca, el gobierno tuvo que abandonar una nueva ley, que exigiría la vacunación para COVID-19, después de que los ciudadanos salieran a las calles golpeando ollas y sartenes en protesta por la legislación.

La Ley de Epidemia, que fue actualizada, había otorgado al gobierno una cantidad de poder sin precedentes, incluida la capacidad de «acceder a la casa de una persona con la ayuda de la policía sin una orden judicial previa» y «utilizar la asistencia de la policía para aislar, examinar o tratar a una persona que estuviera infectada o que consideraran infectada con una de las enfermedades transmisibles enumeradas en el apéndice de la ley”, según una publicación de blog de Janne Rothmar Herrmann, profesora de la Universidad de Copenhague.

En Israel, el ministro de Salud está considerando una ley obligatoria de vacuna COVID-19 para abordar un porcentaje de israelíes que no están dispuestos a vacunarse, aunque el país tiene una de las tasas de inmunización más altas, según The Jerusalem Post.

En el Reino Unido, los políticos están divididos sobre el concepto de un «pasaporte de vacuna» que se requeriría para que las personas accedan a restaurantes y lugares de entretenimiento. El primer ministro Boris Johnson dijo el 24 de noviembre que esperaba «vacunar para la Pascua a la gran mayoría de las personas que necesitan más protección».

Caden Pearson, Meiling Lee y Zachary Stieber contribuyeron a este artículo.

Sigue a Charlotte en Twitter: @charlottecuthbo


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