SURREY, BC— A pesar de los renovados esfuerzos de la Real Policía Montada de Canadá (RCMP, por sus siglas en inglés) para evitar que un convoy de camiones y otros vehículos establezcan una presencia más fuerte en el cruce fronterizo de Pacific Highway en Surrey, Columbia Británica (BC, por sus siglas en inglés), un camión logró atravesar el bloqueo policial.
El 12 de febrero, una oleada inicial de aproximadamente 20 vehículos comerciales y particulares pasó el bloqueo antes de que se enviaran rápidamente refuerzos policiales para interrumpir el acceso al cruce a ocho cuadras al norte de la frontera, expandiéndose posteriormente a 16 bloques.
Una vez que el único camión, un Ford F-350 blanco, entró, fue inmediatamente rodeado por policías a pie para evitar que el conductor avanzara.
Sin embargo, después de un canto entusiasta de O Canadá, los manifestantes se cruzaron de brazos y rodearon a la policía mientras otros despejaban a cientos de personas para permitirle al conductor un paso estrecho hacia la carretera que conducía hacia los otros camiones, que habían cruzado antes de que la RCMP reforzara el bloqueo.
El conductor, que no dio su nombre, dijo a The Epoch Times que su entrada a la «zona prohibida» era necesaria para demostrar la importancia de los convoyes y protestas en curso en otros cruces fronterizos y en Ottawa.
«Estaré aquí por largo rato», dijo. «Todo el mundo debería levantarse del sofá y venir aquí. ¿Qué más vamos a hacer si no nos levantamos ahora por nuestras libertades?»
Colby Seiz fue el primero en cruzar el bloqueo el 12 de febrero con su enorme camión Oshkosh.
«Empecé a conducir y los canadienses de a pie empezaron a abrirlo», dijo Seiz a The Epoch Times. «Fue como si Moisés y el Mar Rojo se separaran, y pudiéramos irnos».
Seiz formó parte del convoy que comenzó en Chilliwack, BC (Columbia Británica), y se extendió aproximadamente 40 kilómetros mientras que más personas se unían conforme se acercaban a Surrey. Y calculó que «miles y miles y miles» se habían sumado al convoy; otros manifestantes dijeron que la fila tenía más de 90 bloques de largo.
Todas las carreteras secundarias al norte de la frontera también estaban atascadas, ya que los vehículos del convoy intentaron encontrar rutas alternativas para llegar a la manifestación, lo que obligó a muchos a estacionarse a más de un kilómetro de distancia y caminar, o darse por vencidos e irse a casa.
Aunque la ruta principal al cruce fronterizo de Pacific Highway se cerró el 12 de febrero, la frontera permanece abierta. La Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá dijo que los viajeros deben usar «un sitio de tramitación alternativo» hasta que se despeje la carretera.
Con respecto a romper el bloqueo, la RCMP dijo en un comunicado de prensa que tal «comportamiento no se tolera» y está siendo investigado.
La gran mayoría de los manifestantes permanecieron detrás de las barreras policiales, tocando música a todo volumen y mostrando carteles que exigían el fin de los mandatos y restricciones debido al COVID-19.
Con su bandera canadiense, Pam Banks fue una de las que creía que necesitaba llegar a la frontera.
«Estoy aquí luchando por nuestra libertad en Canadá», dijo en una entrevista. «Estoy luchando para que mis nietos crezcan como yo crecí. Solo quiero recuperar a mi país y estoy aquí apoyando a todos».
El suboficial James Topp, quien recientemente fue despedido de las Fuerzas de Reserva de Canadá porque se negó a vacunarse contra el COVID-19, dijo que su misión ahora es crear conciencia sobre la amenaza a las libertades de los canadienses.
«Esto es difícil para mí por el encono y la atención que probablemente se ponga sobre mí por lo que estoy haciendo en este momento, pero creo que es lo que hay que hacer», dijo a The Epoch Times, enfatizando que está hablando a título individual y sin representar a las fuerzas armadas.
«Estoy aquí porque me opongo a que los mandatos del gobierno se impongan a los canadienses que eligen no vacunarse para poder trabajar», dijo.
Topp caminará hasta Ottawa, partiendo de Vancouver el 20 de febrero, y probablemente se le sumen otras personas en el camino. Está desarrollando el sitio web www.canadamarches.ca para hacer una crónica de su viaje.
«La intención es crear un [efecto de] una piedra en el estanque y, con suerte, tener una ola al frente», dijo.
«Estamos unidos»
El apoyo a la protesta fronteriza de Pacific Highway llegó a Estados Unidos; un grupo de estadounidenses se dirigieron a los canadienses desde su ciudad fronteriza de Blaine, Washington, sosteniendo banderas estadounidenses y gritando ánimos desde 20 metros de distancia.
Mientras tanto, un convoy estadounidense de unas dos docenas de vehículos comerciales condujo por la Interestatal 5 para mostrar su apoyo a la protesta canadiense, según Marcella Willia, quien fue una de las oradoras en la manifestación.
«Esto es apoyo. Esto es familia y estamos unidos», dijo Willia en un discurso apasionado, intercalado con extractos de la Carta Canadiense de Derechos y Libertades. «Gracias a nuestros camioneros canadienses, y puedo también agradecer a los camioneros cuyos ojos están puestos en Canadá».
Kanwaljit Singh es cofundador de Sikh Freedom Alliance, un grupo dedicado a conseguir la libertad para toda la humanidad. En Canadá, él y su grupo son fervientes partidarios de los camioneros y sus esfuerzos para que se eliminen los mandatos gubernamentales. Pero su apoyo tiene motivos adicionales.
“Los medios han estado etiquetando a estas protestas y a este movimiento como supremacistas blancos en un movimiento racista, así que quiero acabar con ese mensaje de división», dijo en una entrevista.
«No pueden etiquetarnos así. Eso anulará el mensaje cuando me miren”, dijo Singh. «Apoyar a los camioneros, queremos ser parte de eso porque es para todos nosotros”.
Singh dijo que ha pasado los últimos dos meses hablando con personas de la comunidad sij y, según dijo, prácticamente todos quieren que terminen los mandatos, pero con frecuencia tienen miedo de hablar. Así que él está dispuesto a hacerlo por ellos.
Él dice que a la gente de la comunidad le preocupa perder sus trabajos o su capacidad para volar a la India, y para aquellos que intentan convertirse en ciudadanos canadienses, hablar públicamente en contra de las restricciones gubernamentales podría poner en peligro esa oportunidad.
«Por eso lo pintan como algo racista, porque si las minorías se alzan con la población mayoritaria para formar una unidad contra estos mandatos, el gobierno se rendirá», dijo Singh.
Seiz resumió la actitud de las miles de personas que lograron llegar a la frontera.
«Los canadienses solo quieren libertad», dijo. «Quieren ser libres y que no se les digan lo que tienen que hacer».
Con información de The Canadian Press.
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