Si bien el deterioro cognitivo es inevitable con el envejecimiento, las investigaciones emergentes sugieren que la vejez puede no ser todo pesimismo para nuestra capacidad cerebral.
Desde un vocabulario que alcanza su punto máximo entre los 60 y 70 años hasta habilidades mejoradas para ignorar las distracciones, los últimos hallazgos revelan cómo las décadas que pasan pueden agudizar, no embotar, nuestra destreza mental.
Qué habilidades mentales alcanzan su punto máximo y cuáles disminuyen
Nuestras capacidades mentales no disminuyen uniformemente a medida que envejecemos. Si bien la inteligencia fluida —la capacidad de pensar rápidamente y recordar información— alcanza su punto máximo alrededor de los 20 y disminuye gradualmente, un estudio reciente sugiere un panorama más preciso.
El estudio, publicado en Psychological Science, analizó datos de más de 48,500 personas y encontró que el momento en que las habilidades cognitivas alcanzaban su punto máximo variaba. Si bien algunas habilidades disminuyen después de la escuela secundaria, otras se estabilizan en la edad adulta temprana, disminuyendo alrededor de los 30 años. Sorprendentemente, ciertas habilidades, como la acumulación de vocabulario, alcanzan su punto máximo a finales de los 60 o principios de los 70.
Además, un estudio más reciente publicado en Nature Human Behavior examinó tres habilidades cognitivas cruciales: alerta (vigilancia de la información entrante), orientación (cambio de atención) e inhibición ejecutiva (ignorando las distracciones).
Si bien el estado de alerta disminuyó con la edad, la orientación y la inhibición mejoraron con el tiempo, subyacentes a funciones críticas como la memoria y la toma de decisiones.
Estos hallazgos desafían la noción del deterioro cognitivo uniforme, sugiriendo que mientras algunas habilidades disminuyen, otras pueden mejorar con la experiencia y la práctica.
Déficits de atención versus mejora del conocimiento
Las habilidades cognitivas se pueden dividir en dos tipos: razonamiento fluido y conocimiento cristalizado.
El razonamiento fluido implica «control cognitivo» —es la capacidad de prestar atención activamente, aprender nueva información, procesarla rápidamente y recordar lo aprendido, dijo a The Epoch Times Christopher Christodoulou, neuropsicólogo clínico e investigador del Centro de Excelencia para la Enfermedad de Alzheimer de Stony Brook. Estas capacidades tienden a disminuir con la edad, aunque no al mismo ritmo para todos.
Por otro lado, el conocimiento cristalizado se refiere a habilidades e información que las personas han aprendido y practicado a lo largo del tiempo.
«Estos hábitos bien establecidos — pueden seguir siendo fuertes», dijo Christodoulou, citando ejemplos como el vocabulario y el conocimiento semántico. Aunque los adultos mayores pueden tener dificultades para recordar detalles o palabras específicas con tanta facilidad, a menudo aún reconocen y poseen ese conocimiento subyacente, señaló.
Aún así, la edad sigue siendo el factor de riesgo más importante para las enfermedades que afectan la estructura y función del cerebro, especialmente el Alzheimer. Otras afecciones comunes en los adultos mayores, como la diabetes y las enfermedades cardíacas, también aumentan el riesgo de demencia.
El poder de los juegos cognitivos
Algunas evidencias sugieren que el deterioro cognitivo puede retrasarse o incluso revertirse mediante ejercicios y entrenamiento mental.
Un estudio de 2021 evaluó la eficacia de los juegos cognitivos móviles (CMG por sus siglas en inglés) diseñados para entrenar y desafiar el cerebro. Los investigadores analizaron las puntuaciones de los juegos y la velocidad de procesamiento en 100 sesiones de CMG en 12,000 participantes de entre 60 y más de 80 años.
Los jugadores mejoraron sus puntuaciones y velocidad de procesamiento a lo largo de las 100 sesiones, independientemente de su edad. Esto sugiere que los adultos mayores y muy mayores pueden lograr un mejor rendimiento cognitivo mediante el uso de CMG en la vida real. Estos juegos pueden incluir versiones de aplicaciones móviles de juegos populares como ajedrez, Scrabble o Sudoku.
Los ejercicios mentales se encuentran entre las formas de mantener o incluso mejorar nuestras capacidades cognitivas a lo largo de los años, pero «obviamente no son lo único», dijo Christodoulou. Los factores del estilo de vida como el ejercicio físico (especialmente aeróbico), las interacciones sociales y seguir una dieta mediterránea también pueden contribuir significativamente a mantener la mente alerta a medida que envejecemos, señaló.
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