Hace un par de años, tuve un problema en el cuello. Cada vez que giraba la cabeza hacia la izquierda, oía un sonido raro y chirriante. Mi cuello estaba un poco rígido, pero no lo suficiente como para explicar el ruido que hacía. Empecé a preocuparme de que los ruidos que salían de mi cuello fueran una señal de que algo estaba realmente mal.
Resulta que tenía algo que se llama crepitación, que es una gran palabra para describir cualquier tipo de ruido procedente de una articulación. Los sonidos pueden ser crujidos, chirridos, chasquidos, rechinidos e incluso estallidos. El ruido de la articulación puede ser tan suave que solo usted lo oiga o lo suficientemente fuerte como para asustar a una habitación llena de gente.
Los crujidos pueden estar causados por una serie de problemas estructurales. Una de las causas más comunes del ruido articular es el estallido de burbujas de aire dentro de la articulación. Lo que ocurre es que el gas se acumula en el líquido sinovial que amortigua las articulaciones, y el gas forma burbujas. Cuando una articulación se retuerce o se estira, se puede oír la liberación de estas burbujas como un sonido de estallido. Un ejemplo de este tipo de crepitación es cuando alguien se cruje los nudillos. Suena horrible y doloroso, pero normalmente no causa dolor ni daños a largo plazo. Curiosamente, si se cruje los nudillos, tendrá que esperar a que las burbujas de gas se reformen antes de poder volver a crujirlos.
Otra causa frecuente de ruido articular es cuando los huesos de la articulación chocan entre sí. Esto puede ocurrir por lesiones y traumatismos en la articulación, pero es mucho más frecuente en personas con artrosis, especialmente de rodilla. Las articulaciones contienen un tipo de tejido conectivo, llamado cartílago, que actúa como amortiguador y protege los extremos de los huesos del roce dentro de la articulación. La artrosis es una enfermedad en la que el desgaste por el uso excesivo y el envejecimiento hace que el cartílago se erosione y la articulación se inflame. Cuando el cartílago de la articulación está desgastado, no es raro oír un ruido de rozamiento o chirrido cuando los huesos rozan entre sí.
También puede oírse un crujido cuando un ligamento o un tendón se encaja en una estructura ósea de la articulación. Esto suele ocurrir porque los ligamentos o tendones se inflaman, se hinchan y no se mueven con la suavidad que deberían. Dado que este tipo de ruido articular suele estar asociado a la inflamación, el crepitante de ligamentos o tendones puede ser doloroso.
Otra estructura de las articulaciones que puede ser fuente de ruido es la bursa. Las bursas (en plural) son bolsas de líquido espeso que rodean las articulaciones para protegerlas de las lesiones. Un traumatismo o una infección pueden hacer que las bursas inflamadas rocen entre sí dentro de la articulación, lo que se puede oír como un sonido de chirrido, chasquido o estallido.
La crepitación puede producirse en cualquier articulación. Las rodillas suelen ser unas de las articulaciones más ruidosas. Son un lugar común de la osteoartritis, pero también son famosas por hacer un fuerte crujido cuando una burbuja de aire estalla dentro de la rodilla. La articulación temporomandibular (ATM) que conecta la mandíbula inferior con el cráneo también puede ser fuente de mucho ruido. Las personas con problemas de ATM pueden experimentar chasquidos y estallidos cada vez que abren la boca. Sin embargo, los hombros, las muñecas, los tobillos, los codos, los dedos de las manos y de los pies, e incluso la columna vertebral, pueden provocar crepitación si se dan las condiciones adecuadas.
¿Es la crepitación algo malo?
Si oye ruidos procedentes de una articulación, es posible que se pregunte si es un problema. Y la respuesta es que depende. Un crujido de nudillos o un fuerte chasquido de rodilla sin dolor es solo la liberación de gas dentro del líquido sinovial de las articulaciones. Sin embargo, un ruido articular cada vez más frecuente o acompañado de dolor, inflamación, hinchazón o pérdida de funcionalidad suele ser un problema. El ruido puede ser un signo de daño articular, osteoartritis, tendinitis o incluso una enfermedad crónica.
Además, la crepitación acompañada de dolor articular, o el dolor que se origina en la articulación pero que baja por la pierna o el brazo también puede ser un signo de compresión nerviosa por el estrechamiento de los espacios articulares. Así pues, la respuesta breve es que si experimenta ruido articular además de cualquier síntoma, sería una buena idea someterse a una revisión.
Al final, el crujido del cuello me acompañó durante varias semanas. Hice algunos estiramientos para aflojar el cuello y los hombros, dejé de llevar una bandolera y el ruido desapareció. Ahora, cuando estiro el cuello, oigo los débiles sonidos de los músculos que se aflojan, pero no hay sonidos de crujido ni dolor, ¡así que estoy bien!
Lynn Jaffee es una acupuntora licenciada y autora de «Pasos simples: El camino chino hacia una mejor salud». Este artículo fue publicado originalmente en AcupunctureTwinCities.com
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