Algunos científicos han establecido un vínculo entre la COVID-19 y la reciente aparición de un raro síndrome inflamatorio en los niños, sin embargo, algunos informes de medios de comunicación y funcionarios han exagerado la certeza y la naturaleza de ese vínculo.
«Sabemos que aún no tenemos todos los datos de esto y es importante que probemos realmente la causalidad antes de intentar discutir de forma definitiva este vínculo», dijo el Dr. Amesh A. Adalja, experto en enfermedades infecciosas del Centro de Seguridad Sanitaria de Johns Hopkins.
«No me sorprendería si hay un vínculo, pero aún no se ha comprobado», dijo a NTD en una entrevista.
El Departamento de Salud del Estado de Nueva York está investigando 102 casos del síndrome, similar a la rara enfermedad de Kawasaki, que causa inflamación en la piel, ojos, vasos sanguíneos y corazones.
Ésta causó la muerte de tres niños pequeños en Nueva York. En otras regiones, como Italia, también ha aumentado el número de niños que están presentando estos síntomas.
Adalja dijo que es posible «que entre los dos haya algún tipo de mecanismo, que posiblemente la infección por coronavirus desencadene una cascada inflamatoria que resulte en [el síndrome inflamatorio en los niños]».
Pero dado que el síndrome inflamatorio no se ha producido de forma consistente a lo largo de la pandemia, sino que parece haber aumentado recientemente, esto sugiere que podría estar en juego otro factor, dijo Adalja. No todos los casos del síndrome han coincidido con la exposición al virus del Partido Comunista Chino (PCCh), que causa la COVID-19.
«Manifestación del virus COVID»
Algunos periodistas han afirmado con certeza la relación causal entre la COVID-19 y el síndrome.
NBC News New York informó que «parece estar aumentando el número de niños que se conoce están desarrollando una respuesta peligrosa a la COVID-19». CNBC publicó un artículo titulado: «El síndrome inflamatorio del coronavirus está causando fallas cardíacas y renales en algunos niños de la ciudad de Nueva York».
El New York Times informó que «cualquier sensación de alivio» sobre que los niños se han salvado en gran medida de la COVID-19 «se hizo añicos esta semana cuando un niño de 5 años en la ciudad de Nueva York murió a causa del» síndrome inflamatorio. Por lo tanto, el artículo sugiere que el síndrome fue causado directamente por la COVID-19.
El gobernador de Nueva York Andrew Cuomo también ha hecho declaraciones que asumen un vínculo definitivo. El 13 de mayo, llamó al síndrome «una nueva manifestación del virus COVID».
Anne Rowley, profesora de pediatría, microbiología e inmunología en la Escuela de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern, dijo a RT news: «No es claro si los casos son causados por el mismo proceso, o si algunos son causados por COVID-19 o por otra condición, como el síndrome de shock tóxico, que es [el resultado de] una infección bacteriana».
Las causas de la enfermedad de Kawasaki tampoco han sido comprendidas en el pasado. «Ésta podría estar vinculada con los genes, virus, bacterias y otras cosas en el mundo que rodea a un niño, como sustancias químicas e irritantes», afirma un artículo de WebMD sobre la enfermedad. «La enfermedad probablemente no es contagiosa, pero a veces ocurre en grupos en una comunidad».
La mayoría de los casos son tratables. Los síntomas incluyen fiebre prolongada, sarpullido, hinchazón y enrojecimiento de los ojos.
Lo que dicen los científicos
Los Centros de Control de Enfermedades emitieron un aviso de salud el 14 de mayo con el título: «Síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico potencialmente asociado con COVID-19». Señaló que «muchos» de los pacientes que han tenido síntomas del síndrome también dieron positivo en la prueba de COVID-19.
Los Centros de Control de Enfermedades emitieron un aviso de salud el 14 de mayo con el título: «Síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico potencialmente asociado con COVID-19». Señaló que «muchos» de los pacientes que han tenido síntomas del síndrome también dieron positivo en la prueba de COVID-19.
Señaló que aún no se sabe con certeza si el síndrome solo afecta a los niños.
Aunque muchos de los que tienen el síndrome también han dado positivo en las pruebas de COVID o de anticuerpos contra el COVID, el 13% dio negativo, según el Departamento de Salud del Estado de Nueva York.
Una publicación en la revista médica The Lancet (pdf), publicada el 6 de mayo, detalló los casos de ocho niños que tenían una inflamación severa. Algunos dieron positivo en la prueba de COVID-19 o tuvieron una probable exposición al virus, mientras que otros no.
Un estudio publicado el 13 de mayo por médicos italianos en The Lancet interpretó un fuerte vínculo entre el síndrome y la COVID-19. Encontró un aumento de 30 veces en la enfermedad a partir del 17 de marzo, en comparación con los cinco años anteriores.
Aunque el incremento fue grande, la cantidad real de casos no. En los cinco años anteriores, se habían diagnosticado 19 niños. Entre el 17 de marzo y el 14 de abril de 2020, diez niños fueron diagnosticados.
El estudio encontró que los casos recientes tendieron a ser más severos que en el pasado.
Con base en el incremento de 30 veces la cantidad, los médicos escribieron en su interpretación que la COVID-19 que «la epidemia se asoció con una alta incidencia de una forma severa de la enfermedad de Kawasaki».
La correlación no es necesariamente por causalidad
El Colegio Real de Pediatría y Salud Infantil del Reino Unido describió el síndrome como «temporalmente asociado con COVID-19». Esta caracterización subraya que las dos condiciones se dan al mismo tiempo, y ese es precisamente el límite de la asociación comprobada hasta ahora.
Un estudio de caso (pdf) sobre un bebé de 6 meses de edad diagnosticado con la enfermedad de Kawasaki que también dio positivo en la prueba de la COVID-19 fue pre-publicado en la revista Hospital Pediatrics el 6 de abril. Un editorial (pdf) de la misma revista advertía sobre el peligro de sacar conclusiones precipitadas sobre la causalidad.
El editorial cita el término «apophenia», que es una tendencia humana a buscar patrones en la información aleatoria. La revista señala que, si bien esto puede ser útil, «a veces nos engañan estos patrones» y «se necesitan investigaciones objetivas y minuciosas para confirmar nuestras observaciones».
El artículo señala dos desafíos que enfrenta la conexión entre la COVID y el síndrome. Uno es que la enfermedad de Kawasaki no tiene un diagnóstico definitivo. El otro es que toda la atención mediática que rodea al síndrome puede hacer que los médicos diagnostiquen más pacientes con la enfermedad de Kawasaki de lo que lo hubieran hecho anteriormente.
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