Un nuevo estudio revela que la mayoría de estudiantes en Estados Unidos que cometieron crímenes en sus escuelas en la última década, mostraron algunos signos de advertencia previos a sus delitos.
La mayoría eran menores gravemente acosados, tenían problemas disciplinarios y muchos de sus comportamientos preocupaban a otras personas, pero nunca fueron reportados. Así mismo, se reportó que en al menos cuatro casos, los atacantes quisieron emular otros tiroteos en escuelas, incluyendo los de Columbine High School en Colorado, Virginia Tech University y Sandy Hook Elementary School en Connecticut.
El reciente análisis publicado por el Servicio Secreto de Estados Unidos, “Protegiendo a las Escuelas de América: Un análisis del Servicio Secreto de Estados Unidos”, sugiere que “muchas de estas tragedias podrían haberse evitado al detectar estos signos”. Este análisis fue realizado luego del tiroteo en el Marjory Stoneman Douglas High School, en febrero de 2018 en Florida.
En el estudio se examinaron 41 incidentes de escuelas que se produjeron entre 2008 hasta el 2017, y las cifras fueron consideradas si el atacante era un alumno o exalumno dentro del último año, que usó un arma para herir o matar al menos a una persona dentro de la escuela mientras disparaba a otros.
“Estos [ataques] no son actos repentinos e impulsivos en los que un estudiante de repente se disgusta”, dijo la directora del Centro Nacional de Evaluación de Amenazas del Servicio Secreto, Lina Alathari, en una entrevista con AP.
Alathari explicó que su equipo examinó información detallada sobre los atacantes, incluyendo sus vidas familiares, registros de suspensión y comportamientos anteriores.
Las manifestaciones más comunes que estos jóvenes registraron, fueron conflictos con sus compañeros de clase, con el personal de la escuela, en sus relaciones románticas u otros asuntos personales, dice el informe.
Así mismo, el análisis muestra que la mayoría de atacantes eran estudiantes blancos entre el séptimo grado al cuarto año. La mayoría de ellos inició el ataque luego de haber tenido un problema con alguien en la escuela.
Los atacantes también usaron armas de fuego con frecuencia, las cuales a menudo las obtuvieron en el hogar; sin embargo, algunos también las obtuvieron de la casa de un pariente cercano y otros simplemente usaron cuchillos, añade el documento.
Además, el informe resalta que muchas de las armas de fuego no estaban aseguradas y en varios casos los atacantes pudieron acceder a las armas de fuego que estaban en un lugar cerrado con llave, en una caja fuerte o estuche.
Desde el punto de vista de la salud, los signos observados en los estudiantes fueron síntomas psicológicos, conductuales y de desarrollo.
Entre los signos psicológicos, los más vistos fueron síntomas depresivos o idealización suicida, entre los conductuales, estaban el desafío y la mala conducta. Entre los problemas neurológicos, los retrasos en el desarrollo o déficits cognitivos.
Algunos revelaron previamente el deseo de matar, suicidarse y buscar fama o notoriedad.
La directora del Centro Nacional de Evaluación de Amenazas del Servicio Secreto, Lina Alathari, dijo en una entrevista con AP que los asesinatos masivos en escuelas “no son actos repentinos e impulsivos en los que un estudiante de repente se disgusta».
Alathari explicó que su equipo examinó información detallada sobre los atacantes, incluyendo sus vidas familiares, registros de suspensión y comportamientos anteriores antes de publicar el informe.
Entre los detalles que sobresalen, la directora reveló que muchos de los criminales estaban ausentes en la escuela antes del ataque, a menudo por una suspensión. Otros habían sido tratados mal por sus compañeros y se sentían maltratados. Algunos buscaban la fama, mientras que otros eran suicidas.
«Se trata realmente de una constelación de comportamientos y factores», dijo agregó Alathari, recomendando buscar, reconocer los patrones e intervenir temprano para tratar de detener a alguien que persigue la violencia.
En un caso señalado por la directora, un niño de 14 años le disparó a un compañero de clase en su escuela secundaria después de que se burlaran de él y le pusieran nombres homofóbicos. Los comentarios fueron la gota que colmó el vaso en su decisión de atacar.
«Las escuelas, los padres y las fuerzas del orden deben trabajar juntos, restringir rápidamente el acceso a las armas en los casos en que los estudiantes representen un riesgo de daño a sí mismos o a otros”, añade el documento.
***
A continuación
Mujeres deprimidas y sin familia: el desastre del feminismo
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.