Según un nuevo estudio de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de EE. UU., la mayoría de los jóvenes estadounidenses que sufrieron inflamación del corazón tras recibir la vacuna contra el COVID-19 obtuvieron resultados anormales en las imágenes por resonancia magnética (IRM).
Los investigadores de los CDC han realizado un seguimiento de los jóvenes que experimentaron miocarditis, una forma de inflamación del corazón, tras recibir las vacunas contra el COVID-19 de Pfizer o Moderna, que utilizan la tecnología del ARN mensajero (ARNm).
Los investigadores informaron en The Lancet sobre los resultados de las encuestas rellenadas por los jóvenes estadounidenses y sus proveedores de atención médica. Incluyeron los resultados del 47 por ciento de los 836 pacientes de entre 12 y 29 años que experimentaron miocarditis después de la vacunación al menos 90 días antes de que el profesional médico rellenara la encuesta. La miocarditis de cada paciente se notificó al Sistema para Reportar Eventos Adversos a las Vacunas. Se excluyeron los pacientes que rellenaron ellos mismos la encuesta.
Alrededor del 81% de los pacientes incluidos fueron considerados por los proveedores de atención médica como totalmente recuperados o «probablemente totalmente recuperados» de la miocarditis. Sin embargo, casi la mitad de los pacientes seguían presentando síntomas, incluido el dolor torácico. Y entre los 151 pacientes que tenían resultados de resonancia magnética cardíaca de seguimiento, el 54 por ciento tenía un hallazgo anormal, como inflamación y cicatrización.
«No está claro el significado de los hallazgos de la resonancia magnética cardíaca entre el subconjunto de pacientes que recibieron imágenes cardíacas. La evidencia de miocarditis en curso en las resonancias magnéticas cardíacas de seguimiento basadas en los criterios modificados de Lake Louise fue poco común», escribieron los investigadores de los CDC. «Sin embargo, en consonancia con las pocas series de casos publicadas de miocarditis después de la vacunación contra COVID-19 de ARNm, observamos que casi la mitad de los pacientes (71/151) con resonancias magnéticas cardíacas de seguimiento presentaban un realce tardío de gadolinio, que sugería la presencia de cicatrices en el miocardio».
En algunos de los pacientes, las imágenes cardíacas iniciales eran normales pero las de seguimiento después de varios meses eran anormales, lo que puede indicar que la afección empeora con el tiempo.
«Los CDC están llevando a cabo un seguimiento adicional de los pacientes que no se consideraron recuperados al menos 12 meses desde el inicio de los síntomas, para comprender mejor sus resultados a más largo plazo», dijeron los investigadores.
Ian Kracalik, investigador de los CDC y autor principal, no respondió a las preguntas enviadas por correo electrónico.
Los cardiólogos opinan
El Dr. Anish Koka, cardiólogo de Pensilvania, dijo que el estudio «debería disipar la ridícula noción de que la miocarditis clínica —una enfermedad que sale a la luz cuando se tiene dolor en el pecho porque las células del corazón están muriendo— es leve».
Koka, escribiendo en Substack, dijo que muchas de las anomalías detectadas en las resonancias magnéticas están «muy probablemente» relacionadas con la miocarditis.
Los CDC han dicho que las pruebas actuales apoyan una relación causal entre las vacunas de ARNm y dos formas de inflamación del corazón, la miocarditis y la pericarditis.
«Es muy probable que se trate de cicatrices reales. La pregunta válida y abierta es qué significan estas cicatrices a largo plazo. Y la mejor respuesta es que no lo sabemos», dijo Koka.
Los informes enviados al VAERS indican que los jóvenes, especialmente los varones, corren un riesgo mayor de lo esperado de sufrir una inflamación del corazón tras recibir las inyecciones de Pfizer o Moderna. La tasa más alta notificada es de 78.7 por cada millón de segundas dosis administradas, en varones de entre 16 y 17 años, según indicaron los CDC a principios de septiembre. Algunos análisis de riesgo-beneficio han llegado a la conclusión de que los riesgos de las vacunas para los jóvenes sanos superan los beneficios.
Los investigadores del nuevo estudio escribieron: «A pesar de que la incidencia de la miocarditis tras la vacunación COVID-19 es mayor de lo esperado, se ha demostrado que los beneficios de las vacunas de ARNm contra COVID-19 superan el riesgo de la miocarditis». Citaron un documento de los CDC de julio de 2021 y otro de abril.
El Dr. Peter McCullough, cardiólogo de Texas, dijo en Twitter que el riesgo de efectos secundarios para los jóvenes es una «razón de peso» para que no se vacunen, al destacar los resultados del nuevo documento. McCullough dijo que ha visto a jóvenes en su consulta con resultados anormales más de un año después de la vacunación.
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