PARÍS — Los responsables espaciales celebraron el regreso de Europa al espacio después de que el cohete Ariane 6 llevara a cabo con éxito una serie de pruebas en su vuelo de debut el martes, pero la misión terminó con el lanzador en órbita sin liberar su último lote de cargas útiles.
Vigilado por un caza Rafale, el nuevo cohete sin tripulación de Europa despegó de la Guayana Francesa hacia las 16:00 hora local (19:00 GMT), restableciendo el acceso independiente del continente al espacio tras retrasos, contratiempos políticos y debates sobre financiación.
Aunque no se trata de una misión comercial, el vuelo desplegó tres conjuntos de microsatélites con fines de investigación, lo que llevó a los responsables espaciales europeos a declarar que el viaje inaugural fue un éxito.
«Europa volvió al espacio», declaró Philippe Baptiste, Director de la Agencia Espacial Francesa (CNES), a través de un enlace de video con la sede parisina de la Agencia Espacial Europea (ESA), donde empleados y políticos aplaudieron el despegue.
En un hito muy esperado, el motor Vinci que propulsa la etapa superior del cohete se reinició en el espacio por primera vez. Está diseñado para reiniciarse repetidamente, lo que permite al operador Arianespace colocar cargas útiles en varias órbitas diferentes.
Sin embargo, un tercer encendido tuvo que ser abandonado después de que una unidad de energía más pequeña se apagó por razones no especificadas, lo que significa que el último lote de cargas útiles —dos cápsulas pequeñas diseñadas para probar las condiciones de supervivencia durante la reentrada— quedaron atrapadas a bordo.
«Tuvimos una anomalía… Probablemente no vamos a terminar esta parte de la misión como esperábamos», declaró Tina Buchner da Costa, arquitecta del sistema de lanzamiento de Ariane 6.
La unidad de potencia auxiliar afectada es un sistema crucial para que el cohete pueda colocar las cargas útiles en la órbita prevista.
Se espera que su fallo, aunque tardío en la misión, impulse una investigación de ingeniería.
No obstante, el Director General de la ESA, Josef Aschbacher, declaró que la Agencia está en vías de realizar un segundo vuelo a finales de año.
Ariane 6 fue desarrollado con un coste estimado de 4 mil millones de euros (4330 millones de dólares) por ArianeGroup, copropiedad de Airbus y Safran. Su primer lanzamiento, previsto inicialmente para 2020, se ha retrasado repetidamente.
Desde que la Agencia retiró su cohete Ariane 5 hace más de un año, Europa carece de medios independientes para enviar sus satélites al espacio, mientras que la guerra en Ucrania cortó los lazos occidentales con los cohetes rusos Soyuz y el Vega C italiano está en tierra.
«Ariane 6 es fundamental para la ambición espacial de Europa», declaró a Reuters Toni Tolker-Nielsen, director en funciones de transporte espacial de la ESA, desde la sala de control del puerto espacial europeo.
«Se trata de un acceso soberano al espacio para misiones institucionales y gubernamentales… y esta necesidad se acentuó aún más en vista de la situación geopolítica».
Competencia espacial
El aislamiento temporal de Europa en un mercado cada vez más global quedó al descubierto el año pasado, cuando sus agencias se vieron obligadas a cambiar algunas cargas útiles al Falcon 9 de su rival estadounidense SpaceX.
Ariane 6 debe su existencia a la decisión de las 22 naciones de la ESA en 2014 de desarrollar una familia de cohetes frente a la feroz competencia de la empresa espacial privada de Elon Musk.
Estados Unidos y decenas de otros países llegaron a depender en gran medida de Falcon 9 para alcanzar la órbita, ya que la vida cotidiana en la Tierra depende cada vez más de los enlaces por satélite y los datos.
El ministro francés de Finanzas, Bruno Le Maire, que forma parte del gobierno centrista y proeuropeo del presidente Emmanuel Macron, tercero en las elecciones del domingo, destacó el papel del programa Ariane como símbolo de la unidad europea.
«A veces hay preocupaciones y dudas sobre la capacidad de Europa para jugar en la misma liga que China y Estados Unidos; con Ariane estamos demostrando que, a través de la determinación y la voluntad colectiva, podemos operar al mismo nivel», dijo al personal de la ESA.
Aun así, los responsables europeos señalaron que pasará algún tiempo antes de que Ariane 6 se rentabilice económicamente, después de que los países patrocinadores acordaran una nueva ronda de ayuda financiera el año pasado.
«Ariane 6 aún no es competitivo, pero quiere llegar a serlo», declaró Ian Annett, exdirector general adjunto de la Agencia Espacial Británica.
En el último revés, el operador europeo de satélites meteorológicos Eumetsat anunció el mes pasado que lanzaría su próximo satélite con un Falcon 9 en lugar del Ariane 6 previsto inicialmente.
La sorpresiva decisión enfureció a las autoridades europeas y rompió con los llamamientos a respaldar la industria espacial local, poniendo de manifiesto las tensiones latentes en torno a las ambiciones espaciales de Europa.
La ESA puso en marcha una iniciativa para impulsar proyectos de lanzadores pequeños que podrían allanar el camino a un futuro actor privado.
Ariane 6 tiene 29 misiones que lanzar en los próximos años y aspira a realizar hasta 12 vuelos al año.
Eso incluye 18 lanzamientos para la constelación de Internet Kuiper de Amazon.
SpaceX lanzó cohetes Falcon 96 veces en 2023 y casi 70 en lo que va de 2024, aunque la mayoría fueron para desplegar sus propios satélites Starlink.
Aún así, los analistas dicen que esto rompió las normas y generó una feroz competencia por parte de China, que realizó 67 lanzamientos en 2023.
Por Tim Hepher y Joey Roulette
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