Evergrande de China está en peligro. ¿Qué significa para el régimen chino?

Por He Qinglian
13 de octubre de 2020 1:06 PM Actualizado: 19 de octubre de 2020 6:47 PM

Comentario

Una importante noticia que está circulando en línea y apareció en los recientes titulares de los medios de comunicación de China es la «Carta SOS» al gobierno, supuestamente escrita por el gigante inmobiliario chino Evergrande Group, para pedirle apoyo.

«El SOS de Evergrande sacude la industria inmobiliaria: Sálveme o le mostraré cómo muero», titularon los medios de comunicación en el país. Hasta ahora, todos los informes relacionados fueron eliminados de la Internet china, excepto algunas imágenes.

A mi no me interesa la autenticidad de la carta, aunque tiendo a creer que es real, ni si Evergrande se confabula con el gobierno —el ecosistema gobierno-empresa de China hace imposible que un negocio tenga éxito sin colgarse del cinturón de los poderosos funcionarios del gobierno— ni si es ético que una compañía de negocios amenace a su gobierno patrón. Lo que me interesa es el contenido del informe y por qué Evergrande cree que es un talón de Aquiles para el Partido Comunista Chino (PCCh).

Talón de Aquiles del PCCh

El supuesto informe del Grupo Evergrande advierte que si no se produce a tiempo una reorganización de su filial Hengda Real Estate, la empresa se enfrentará a peligros inminentes. Una de las amenazas es la crisis de liquidez que puede causar un impago de la deuda de la empresa de 130,000 millones de yuanes (USD 19,000 millones). En segundo lugar, el Grupo Evergrande puede sufrir un default de su deuda de 835,500 millones de yuanes (USD 123,800 millones), en la que están involucradas 171 organizaciones financieras, incluidos bancos, fideicomisos y fondos. El default cruzado masivo daría lugar a una agitación financiera sistemática. En tercer lugar, se verían afectadas 8441 empresas de las fases anteriores y posteriores, y algunas podrían quebrar, lo que a su vez socavaría la estabilidad económica de la nación. Por último, los 792 proyectos inmobiliarios en curso de Evergrande se verán afectados, amenazando 3 millones de puestos de trabajo y 2 millones de propietarios.

Dos trabajadores mueven un modelo de un edificio durante una feria inmobiliaria en Xian de la provincia de Shaanxi (China) en 2007. (Fotos de China/Getty Images)

Las consecuencias parecen graves, ya que socavan la política nacional de las «seis estabilidades» y «seis protecciones» que el gobierno central chino aplicó durante más de tres años. Estas representan las estabilidades en las esferas del empleo, las finanzas, la inversión extranjera, el comercio exterior, la inversión interna y las expectativas del mercado (objetivos de desarrollo). La política de las «seis protecciones» es una versión reforzada de las «seis estabilidades» planteadas en las «Dos Sesiones» de 2018. La política protege el empleo y los medios de vida de los ciudadanos, así como el mercado central, a fin de garantizar unos ingresos adecuados y promover el consumo y la demanda. Esta es la base para una economía estable.

Evergrande debe haber estudiado los documentos del gobierno central bastante bien, en los que se observa que el PCCh entiende que el colapso de una gran empresa sería perjudicial para el mercado central, el que causaría quiebras y desempleo. El desempleo conduciría entonces a una reducción del consumo y a la incapacidad de expandir la demanda.

El «cuello de botella del consumo» seguramente obstruirá el ecosistema y causará la caída de las empresas, los empleados y los prestamistas relacionados con Evergrande. Por supuesto, los impuestos se verán muy afectados, y las «seis estabilidades» se convertirán en las «seis turbulencias» que amenazan la base económica de China.

Evergrande hizo un buen trabajo al tocar con precisión el punto sensible de la madre PCCh. Ahora que la «madre» escucha la llamada, sería interesante ver si Evergrande tendrá un rescate amoroso.

Evergrande

China mantiene un número récord de negocios inmobiliarios. Cuando los bienes raíces estaban en su apogeo, muchas compañías se cambiaron al desarrollo de propiedades. En 2018 se registraron más de 97,000 promotores inmobiliarios, aunque cada año se producían quiebras. Más de 2000 promotores se declararon en bancarrota en 2014. En palabras de los medios de comunicación chinos: «Los cerdos que cabalgaron sobre el viento cayeron más fuerte cuando el viento se detuvo». Los medios se refirieron a la fluctuación como una gran reorganización de la industria inmobiliaria.

Según las estadísticas, el régimen chino emitió políticas de regulación inmobiliaria 620 veces en 2019, un récord histórico y un aumento del 38 por ciento desde 2018.

Las regulaciones endurecieron las políticas de financiación ya que la Comisión Reguladora de Banca y Seguros de China advirtió repetidamente sobre el riesgo de la financiación inmobiliaria. Cada vez se aplicaron más limitaciones a fuentes como los fideicomisos, los préstamos bancarios, los bonos corporativos y las deudas con el extranjero, lo que provocó restricciones de efectivo para algunas pequeñas y medianas empresas inmobiliarias.

El sitio web del Tribunal Supremo Popular de China muestra que 2019 fue el año más difícil para las pequeñas y medianas empresas inmobiliarias, con más de 525 empresas que se declararon en quiebra. Los expertos señalaron que la lista de quiebras incluye principalmente empresas pequeñas que ocasionalmente se involucraron en bienes raíces, y su quiebra tuvo un impacto limitado en el sector. Se predice que el 80 por ciento del resto de las empresas inmobiliarias entrará en bancarrota y solo las empresas más grandes y fuertes sobrevivirán.

Sin duda, se espera que Evergrande sobreviva a la despiadada reestructuración dado su tamaño. Forbes clasificó a su fundador, Xu Jiayin (Hui Ka Yan), como el hombre más rico de China y la 34ª persona más rica del mundo en 2017.

Presidente del Grupo Evergrande, Xu Jiayin (izq), junto al fundador y presidente del Grupo Alibaba, Jack Ma, en Guangzhou, China, el 5 de junio de 2014. Alibaba acababa de acordar la compra a Xu del 50 por ciento del equipo de fútbol de Evergrande de Guangzhou. (ChinaFotoPress vía Getty Images)

A principios de 2020, los medios de comunicación chinos anunciaron que el año 2019 fue «el más difícil de la última década y el mejor de la próxima». Los medios predijeron una era del oligopolio en la que solo se necesitan unos 50 promotores inmobiliarios en todo el país. Los expertos de la industria dieron un pronóstico aún más conservador diciendo que «el futuro del mercado inmobiliario obviamente pertenecerá a las 30 principales empresas».

Sin embargo, Evergrande está indudablemente entre los tres principales gigantes inmobiliarios. Las estadísticas de la China Index Academy muestran que en 2019, las tres principales empresas inmobiliarias de China fueron Country Garden, Vanke y Evergrande, con unos ingresos totales de 771,500 millones de yuanes (USD 114,400 millones), 631,200 millones de yuanes (USD 93,600 millones) y 626,200 millones de yuanes (USD 92,800 millones), respectivamente.

Entonces, ¿por qué Evergrande se encuentra de pronto luchando?

La primera razón, por supuesto, es la debilidad financiera de la empresa. China Business Network publicó un informe el 24 de septiembre que describía claramente la situación financiera de Evergrande. La subsidiaria de Evergrande, Hengda Real Estate, tenía un activo total de 926,8oo millones de yuanes (USD 137,400 millones), y una deuda total de 865,500 millones de yuanes (USD 128,300 millones). Esto se traduce en una proporción de deuda del 82 por ciento, excluyendo el pago por adelantado. Si se tiene en cuenta el bono perpetuo de 116,000 millones de yuanes (USD 17,200 millones), el índice de deuda neta de la empresa sube al 445 por ciento. Evergrande no tuvo más remedio que buscar inversiones estratégicas.

Después de tres rondas de aumentos de capital, Evergrande recogió 130,000 millones de yuanes (USD 20,000 millones) de inversión estratégica de varios inversores, a un costo del 36.54 por ciento de la participación de Evergrande. Pero el mecanismo de ajuste de la valoración que Evergrande firmó con los inversores plantó algunas barreras potenciales para la reorganización de Evergrande.

En primer lugar, Evergrande prometió un beneficio neto agregado de 165,000 millones de yuanes (USD 24,500 millones) para el ejercicio fiscal de 2018 a 2020 (que de hecho es un alto dividendo independientemente de las ganancias financieras). En segundo lugar, si Evergrande no logra reorganizarse y vender Hengda Real Estate a Shenzhen Special Economic Zone Real Estate & Properties y volver al mercado de valores A para 2020, los inversores estratégicos tendrían derecho a exigir a los principales accionistas de Hengda, a Kailong Real Estate, controlado por Evergrande, o al presidente del Grupo Evergrande, Xu Jiayin, que recompren acciones, o a que Kailong entregue algunas acciones de Evergrande a los inversores.

Los inversores estratégicos acordaron ampliar el plazo de reorganización hasta 2021, teniendo en cuenta los altos dividendos que Evergrande ha pagado en los últimos tres años. Si la reorganización no se completa a tiempo, los accionistas de los inversores estratégicos pueden seguir exigiendo a Evergrande o Xu Jiayin que recompren acciones.

Yo no creo que Evergrande sea la única gran empresa inmobiliaria que haya adquirido fondos en condiciones tan duras.

Una vista del distrito financiero de Pudong, en Shanghai, China, desde la Torre Jin Mao, el 17 de enero de 2011. (Peter Parks/AFP/Getty Images)

El absceso estallará tarde o temprano

El sector inmobiliario en China es hace mucho tiempo una industria de alto riesgo. La supervivencia de los bienes raíces ya no es una tarea económica, sino política. Tres actores están ligados al mercado inmobiliario: los gobiernos locales que dependen de la venta de tierras para obtener ingresos, los promotores inmobiliarios que dependen de los préstamos y los millones de compradores de viviendas que dependen de los préstamos hipotecarios. Los tres cuelgan sus cabezas en bancos comerciales estatales cuyo verdadero jefe es el régimen chino.

Más de 100 crisis económicas han ocurrido desde el siglo XX y la mayoría de ellas fueron causadas por burbujas inmobiliarias. Los ejemplos más recientes incluyen crisis en Japón, Estados Unidos y España. China ha creado la mayor burbuja inmobiliaria de la historia moderna del mundo, que habría estallado hace mucho tiempo si hubiera ocurrido en otro país. Pero el régimen chino es bueno para controlar la economía. Sin embargo, el gobierno chino está en un dilema, ya que no puede arriesgarse a que la burbuja explote, ni a que se haga más grande. Todas las políticas regulatorias que China ha liberado en los últimos años tienen un objetivo: dejar que la burbuja se reduzca lentamente, para permitir que las partes involucradas bajen a un nivel tan bajo como puedan antes de que tengan que saltar por la ventana de un edificio alto.

Por cierto, la mayoría de los propietarios de viviendas en China no desean que los precios de la vivienda disminuyan, porque el 70 por ciento de los activos de los hogares chinos son bienes raíces y la caída de los precios de la vivienda causará una devaluación significativa. Incluso aquellos que han pagado su hipoteca guardarán fuertes resentimientos contra el gobierno, sin mencionar a los que aún están pagando. Por lo tanto, el gobierno y el pueblo chino esperan que los precios de las viviendas sean relativamente estables.

Por último, me gustaría responder a la expectativa de que el nivel de consumo del pueblo chino crecerá una vez que la burbuja inmobiliaria se rompa, ya que cambiarán el gasto de la compra de viviendas a otros artículos. Esta suposición es muy poco realista para China. El estallido no promovería el consumo. Por el contrario, debido a la devaluación de los activos de los hogares, tanto la voluntad como la capacidad de gasto se desplomarán. No se pueden evitar los siguientes factores.

1. Los pagadores de hipotecas tendrán que seguir pagando sus hipotecas. La deuda per cápita de los jóvenes adultos chinos nacidos después de 1990 es de 127.000 yuanes (USD 18,826) en 2019, según las estadísticas del Banco Central de China. Mientras tanto, 560 millones de chinos en 2019 no registraron ahorros, según un informe del Banco Central.

2. El estallido de la burbuja inmobiliaria causará un enorme desempleo en más de 50 industrias relacionadas con el sector inmobiliario.

Por lo tanto, si la burbuja inmobiliaria estalla, sería una pesadilla para el gobierno, el sistema bancario, las empresas y la mayoría de los chinos. La gravedad de la situación dependerá de cuánto pueda reducirse la burbuja antes de que estalle. La «amenaza» de Evergrande para el gobierno no es solo una amenaza, sino un futuro inminente.

He Qinglian es una prominente autora y economista china. Actualmente radicada en Estados Unidos, es autora de «China’s Pitfalls», que trata sobre la corrupción en la reforma económica de China de los años 90, y «The Fog of Censorship: Media Control in China» (La niebla de la censura: Control de los medios de comunicación en China), que trata de la manipulación y restricción de la prensa. Escribe regularmente sobre cuestiones sociales y económicas contemporáneas de China.


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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times

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