WASHINGTON—El exabogado de la campaña de Hillary Clinton que está siendo juzgado por haber mentido supuestamente al FBI no subirá al estrado para testificar, según dijo en un tribunal federal el 26 de mayo.
Michael Sussmann, el abogado, dijo que acordó no testificar después de hablar con sus abogados cuando se lo pidió el juez de distrito de Estados Unidos Christopher Cooper, que supervisa el caso. Cooper dijo a Sussmann que tiene derecho a declarar, pero que puede optar por renunciar a ese derecho.
Sussmann estaba considerando testificar en su propia defensa contra el cargo de hacer una declaración falsa al gobierno, que conlleva una posible pena de cárcel de hasta cinco años.
La acusación se produjo después de que Sussmann aportara información derogatoria sobre Donald Trump, mientras representaba a la campaña de Clinton, al FBI antes de las elecciones de 2016, mientras afirmaba que actuaba por su cuenta.
Sussmann dijo después al Congreso que acudió al FBI en nombre de un cliente, con información de un cliente.
El FBI examinó los datos, que supuestamente mostraban un vínculo entre Trump y Rusia, y descubrió que no corroboraban ese supuesto vínculo. Meses después, Sussmann compartió la información con la CIA, que concluyó que el supuesto vínculo no era «técnicamente plausible» y no «resistía el escrutinio técnico», según el equipo del abogado especial John Durham, que está procesando al abogado de Perkins Coie.
Funcionarios de la campaña de Clinton han dicho que ésta aprobó un plan para difundir las mismas acusaciones a los medios de comunicación, pero que no aprobaron que Sussmann acudiera al FBI porque temían que retrasara la publicación de historias sobre las acusaciones.
La decisión de Sussmann de no subir al estrado se produjo después de que sus abogados intentaran convencer al juez de que, en caso de declarar, no le permitiera ser interrogado sobre las negociaciones que mantuvo con el gobierno antes de ser acusado.
Los expedientes sobre el asunto se presentaron, pero fueron sellados. Eso significa que no estaban disponibles para ser examinados por partes ajenas a la defensa, la fiscalía y el juez.
Los fiscales dejaron de lado su caso el miércoles. La defensa comenzó a llamar a los testigos, incluido el agente especial del FBI Thomas Grasso.
Dos testigos de carácter —Jimma Elliott-Stevens, una abogada de Thomson Reuters que fue asistente de Sussmann cuando éste trabajaba en el Departamento de Justicia, y Martha Stansell-Gamm, una jubilada que contrató a Sussmann en el departamento— hablaron ante el tribunal de sus relaciones con él, aunque reconocieron no saber nada del caso en cuestión.
La defensa cerró su caso el jueves, y los fiscales no ofrecieron ninguna refutación. Los alegatos finales están programados para el viernes. Eso dará a las partes tiempo durante la noche para «afinar los argumentos» a no más de 90 minutos cada uno, dijo Cooper.
Tras los alegatos finales, el jurado deliberará antes de emitir un veredicto.
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